Extraordinario. Christian von Koenigsegg cuenta sus planes
El genio de los vehículos exclusivos
No se molestó en ir a la universidad y no tiene ninguna formación en diseño o ingeniería.
Una foto en la oficina de Christian von Koenigsegg muestra uno de los superautos de edición limitada de este sueco de 41 años –un Agera R de 2011.
Koenigsegg Automotive AB está situada en una antigua base de la Fuerza Aérea sueca en la costa sur del país. Su dueño aspira a dominar el mundo en el segmento de los superautos con precio de siete dígitos.
De $1.
4 millones para arriba
Los autos de Koenigsegg Automotive, que se venden desde $1.4 millones, se cuentan entre los vehículos de línea de montaje más exclusivos de la tierra. En los años mejores, la empresa construye solo 12 o 14, cada uno hecho a medida para un comprador específico.
Este año, la empresa construyó su auto número 100 en sus 19 años de existencia. Apodado Hundra (cien, en sueco), el Agera S en fibra de carbono con 1,030 caballos de fuerza fue armado con más de 4,000 piezas personalizadas y terminado con unas franjas en hoja de oro de 14 quilates, aplicadas por un artesano venido de Italia. Está destinado a un cliente de Hong Kong. “Asia es nuestro mayor mercado”, dice Von Koenigsegg.
Los únicos competidores efectivos de Koenigsegg Automotive en el espacio llamado de los “hiperautos” (definido sin ningún rigor como autos de edición limitada, construidos manualmente que cuestan más de 1 millón de dólares) son Pagani Automobili SpA de Italia y Bugatti Automobiles SAS de Francia; este último domina actualmente la categoría con una gigantesca producción anual de 30 a 35 vehículos.
Hiperauto más popular
Koenigsegg controla aproximadamente 25% del mercado, pero tiene la influencia de una marca mucho más grande, al menos entre los aficionados a los autos exóticos. En el salón del automóvil de Ginebra, el Hundra (Agera S) fue designado “Hiperauto más popular”, superando a obras maestras ansiosamente esperadas de Automobili Lamborghini SpA, Bugatti, Ferrari SpA, McLaren Automotive Ltd. y Porsche SE.
Von Koenigsegg creció en los suburbios de Estocolmo, hijo de un emprendedor y una sombrerera de alta costura entre cuyos clientes se contaba la familia real de Suecia. Industrioso por naturaleza, Christian desarmaba tostadoras y grabadoras antes de pasar a los carritos, los ciclomotores y las motos. De niño, no podía limitarse a mirar un espejo lateral y pensar: “¡Qué lindo!”. Tenía que averiguar cómo estaba hecho.
“Nunca digo que soy diseñador de autos”, dice Von Koenigsegg, que no se molestó en ir a la universidad y no tiene ninguna formación en diseño o ingeniería. “Me gusta decir que el auto se diseña solo, pero que yo soy el guía”, afirma.
Repensar todo
El modelo para la mayoría de los fabricantes de automóviles, especialmente los pequeños, consiste en tomar partes existentes -frenos, motores, transmisiones- y combinarlas en un auto de diseño patentado.
Von Koenigsegg ve las cosas de otra manera. Su empresa no solo fabrica sus propios frenos, motores y transmisiones, sino también casi todo el resto del auto, inclusive las tachas de titanio estampadas en el logo de la empresa, una versión más despojada del escudo de 900 años de la familia Von Koenigsegg.
El ‘One:
1’
Cada auto viene con una serie completa de “redes de seguridad”, como control de tracción, control de estabilidad y sistema de frenos antibloqueo. El One: 1 fue bautizado así por su ambición de ser el primer vehículo de línea de montaje que logra el coeficiente uno a uno de peso y caballos de potencia.
Si su producción resulta exitosa, pesará 1,400 kilos y tendrá 1,400 caballos de fuerza, un salto cuántico respecto de los 965 caballos de fuerza del modelo de base de Agera.
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