Panamá
Arroz criollo, entre su lindo colorido y la conservación
Los arroces criollos tienen un bajo rendimiento, pero un alto valor. No se trata de desaparecerlos, sino de conservarlos, aseguran expertos.
- Karol Elizabeth Lara
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- - Actualizado: 30/4/2023 - 11:25 am
El mundo de los arroces criollos que se encuentran en Panamá es tan variado como hermoso. Los hay desde el popular blanco, hasta colorados, amarillos, púrpuras o negros.
Manuel Jiménez, investigador y educador, se ha dedicado por más de una década al estudio de este alimento, en particular con la finalidad de preservar sus semillas en el tiempo.
Actualmente, lidera la Red Campesina de Arroces Criollos en la provincia de Coclé, la cual reúne a personas de campo que se dedican al cultivo de este producto a escalas pequeñas.
En dicha red hay grupos de comunidades de Penonomé, Antón y la aspiración es ampliarlo a más zonas de la provincia.
"Tenemos cerca de tres años de estar trabajando con arroces criollos. Contamos con disponibilidad de semillas para la venta y arroz pilado como el morado o amarillo", dijo Jiménez a Panamá América.
No obstante, el experto recalca que la venta habitualmente se realiza dentro de las mismas comunidades y muy poco se realizan ofertas en la ciudad.
Según el investigador, en su experiencia ha podido observar que algunos arroces están destinados a la comida, otros para preparar bebidas como el chicheme y también los hay con fines medicinales.'
3
años tiene la Red Campesina de Arroces Criollos de mantenerse operativa.
21
variedades de arroz criollo maneja el investigador Manuel Jiménez.
En el caso de Jiménez, trabaja con más de 20 variedades de arroz criollo, sin embargo, el número en el país sería mayor.
Jiménez apunta a que la variabilidad de arroces criollos indica que se da un proceso de selección, el cual las personas han desarrollado a partir de sus necesidades.
Además, la diversidad da muestra de una importante actividad de conservación in situ por parte de los agricultores.
La mayoría de estos cultivos son subutilizados o están en el olvido debido a que productivamente hablando no pueden suplir la demanda del mercado actual, como ocurre con los que se cultivan frecuentemente a nivel comercial.
En ese objetivo de preservación, el Instituto de Innovación Agropecuaria de Panamá (IDIAP) de igual forma juega un papel fundamental ejecutando sus propios proyectos y brindando información a investigadores y productores.
El IDIAP reconoce que los arroces criollos tienen bajo rendimiento, pero un alto valor. No se trata de desaparecerlos, sino de conservarlos, porque una cuestión es el uso y otra la variabilidad.
Estos arroces se han adaptado y con los años han sobrevivido, en parte porque son más rústicos.
"Estos arroces han vivido por años sembrados en laderas. Son muy rústicos, muy sabrosos, con ellos los campesinos alimentan a sus niños y tienen comidas especiales. No necesitan cocinarse con aceite", destacó en una exposición previa la doctora Evelyn Quirós-McIntire, del IDIAP.
Los expertos, adicionalmete, puntualizan que el arroz integra la lista de los alimentos que más consumen los panameños, por lo que preservarlo desde el ámbito social, cultural y de seguridad alimentaria es fundamental.
Además, otra de las aspiraciones de los investigadores es que estos arroces criollos puedan comercializarse en más mercados, sacándole provecho a su color y variedad, ofreciéndoles así a los agricultores la opción de tener una fuente de ingresos.
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