SORPRENDIDO. Iker Casillas prometió, vía Twitter, volver a visitar Panamá. No hay dudas que quedó encantado.
El éxtasis del tiqui-taca
España hizo delirar ayer a la afición que se dio cita en el estadio Rommel Fernández, donde superó sin apremios a Panamá, que no pudo hacer otra cosa que contemplar cómo los españoles aplicaban todos los cánones del fútbol.
Numeritos del partido entre Panamá y España
- 2 goles anotó Pedro Rodríguez, jugador del Barcelona, durante el duelo amistoso de ayer.
- 86 Minuto en que Sergio Ramos convirtió un gol de tiro libre, que significó el cuarto tanto español.
- 1 anotación marcó el equipo panameño, por medio de un penal que cobró Gabriel Gómez.
La afición panameña quiso oponer resistencia, intentó con un par de abucheos demostrarles a los españoles que, en el Rommel Fernández, al único equipo que se aplaude es a Panamá.
Pero la España de estos días tiene una virtud al alcance de muy pocas selecciones: aunque intentes rechazarla, su fútbol, bello e intenso, te termina enamorando. Y eso fue lo que pasó ayer en el coloso de Juan Díaz, donde la Furia Roja, con delicadeza y convicción, aniquiló 5-1 al conjunto dirigido por Julio César Dely Valdés.
Como de costumbre, la Roja española --que estrenaba vestido nuevo-- hizo suya la pelota desde los minutos iniciales del partido, y la labor de arquitectura en el medio sector estuvo a cargo de un hombre capaz de hacer funcionar cualquiera orquesta, Andrés Iniesta, quien junto a Pedro Rodríguez y Andrés Villa llevaron peligro constantemente a la meta protegida por un acosado Jaime Penedo.
A medida que transcurría el tiempo, la impresión de que el primer gol ibérico caería tarde o temprano cobraba fuerza. Y así fue: al minuto 15, Pedro Rodríguez dio un final feliz a una soberbia triangulación tras vencer a Penedo con un disparo cruzado. Posteriormente, David “El Guaje” Villa, tras desborde del imparable Iniesta, enterró el 2-0, al ‘28.
El 3-0 sería obra de “Pedrito”, al ‘42, quien repitió la dosis goleadora al ensayar una amague para dejar al dueño del arco istmeño tendido y confundido y colocarla en la red. Y así se fueron al descanso.
La segunda mitad volvió a ser un monólogo ibérico, a pesar de que Del Bosque movió sus fichas para darle paso, por ejemplo, a Cesc Fàbregas por Iniesta. En este equipo ninguna figura parece desencajar, pues España seguía moviéndola, haciendo gala de su tiqui-taca, mientras que Panamá se mantenía absorta, a la espera de un descuido del campeón del mundo y de Europa que le permitiera dar un contragolpe sorpresa para acercarse en el marcador.
Con la afición ya entregada, rendida al buen fútbol (pues para eso habían pagado), la tropa de Del Bosque volvió a clavar su aguijón en la portería criolla al minuto 81 gracias a un magistral cobro de falta directa del defensor madridista Sergio Ramos y, finalmente, Markel Susaeta (min. 86) cerraría el concierto goleador de los españoles en el Rommel Fernández, que recibía, por primera vez en la historia, el bautismo de fuego de un campeón del mundo.
Otra vez “Gavilán”.
Cuando parecía que la Marea Roja tendría que resignarse a abandonar el estadio con el grito de gol ahogado en la garganta, el árbitro mexicano Mauricio Morales pitó un penal a favor de los nuestros, que ejecutó a lo Panenka Gabriel “Gavilán” Gómez. Nada que hacer para Iker Casillas, quien, al respecto, manifestó que la forma del cobro no le molestó para nada.
En vez de abucheados, los españoles abandonaron las entrañas del Rommel vitoreados. No hubo odios ni resentimientos, solo elogios y pedidos de autógrafos.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.