El hijo querido de Cabo Verde
- Fermín Estribí
Luis Durango se convirtió ayer en el Grandes Ligas panameño número 50.
Era cerca de las 4:00 p.m. La multi rosada en Cabo Verde tenía el sonido de la música dominguera, el antaño de los cuartos de la gente pobre (donde no entra ese sol aristocrático) y el sentimiento de las clases sociales que tratan de surgir de sus entrañas.
Así, el mérito del protagonista está en llegar al mejor béisbol del mundo, empero, también, demostrarle a Panamá que la gente buena está en todas partes... está en el corazón de su pueblo.
La madre
“Mamá, me subieron a las Grandes Ligas. ¡Ay, hijo! No lo puedo creer. Yo le pedí tanto a San Miguel Arcángel que esos sueños tuyos fueran realidad, porque tu sueño siempre fue ser un grandes ligas”.
Sus ojos brillaban por la alegría que invadía su corazón y sus palabras eran un ejemplo vivo de las emociones que sólo las madres pueden describir cuando sus hijos logran alguna de sus metas. Así se sentía Cecilia Silgado al momento en que supo que su hijo, Luis Durango, dio el gran salto de su vida al convertirse en el pelotero panameño número 50 en llegar a la Gran Carpa. Estará con los Padres de San Diego.
Esta mujer, de 49 años de edad, y madre de siete hijos describió cuando Luis, a quien de cariño le llama “Fili”, le dio la noticia.
“Él me llamó como a las 10:10 p.m. (del sábado), porque tenía que jugar... yo estaba dormida y contesté al celular y me dice: 'Mamá, perdimos'”, recordó con cierto pesar; lo que ella no imaginaba era lo que el menor de sus hijos varones le diría después. “Mamá, yo no lo creo, no lo creo... Eso me puso nerviosa, porque pensé que algo le había pasado o que lo habían sacado del equipo -San Antonio Missions de la doble A-”, dijo Silgado, quien le insistió a su “joven retoño” que le dijera lo que le ocurría.
Fue en ese instante cuando le contó de su ascenso a las Grandes Ligas. “No te preocupes hijo, Dios está contigo y tú vas a llegar donde quieres llegar”, expresó la madre al final de su conversación con Luis.
Noches de verano
Cecilia Silgado, quien es supervisora en la Dirección Municipal de Aseo, sacó de su memoria algunos de los momentos que vivió cuando el pelotero de los Padres de San Diego dio sus primeros pasos en el béisbol.
"Cuando él comenzó a jugar, tenía como cinco años. Yo no lo vi jugar porque me ponía nerviosa. Un día fui al estadio a verlo, y estaba lanzando, pero me entraron los nervios y me fui", manifestó la madre, quien precisó que eso ocurrió en un partido entre las novenas de Panamá Metro y Chiriquí.
"Ni siquiera la televisión la encendía para verlo, pero cuando la gente gritaba y decía 'ganó Metro con Luis Durango' , entonces yo me sentaba y conversaba con él", indicó.
Silgado recuerda que su hijo inició en ese deporte gracias al instructor Luis Velásquez, que lo llevaba a entrenar y, mediante recolectas, compraba los uniformes y los implementos del equipo de Cabo Verde, en el que su muchacho jugaba.
"Su primera manilla se la regaló mi hermano, Desiderio Silgado, él era lanzador de Panamá Metro. Mis otros hermanos Luis y Abraham Silgado se lo llevaron a jugar en la Categoría Infantil", explicó la señora Cecilia, quien declaró que el primer viaje de su hijo fue a Aruba donde representó a Panamá en un torneo infantil.
Familia feliz
A pesar de que es consciente de la situación difícil que se vive en el sector de Cabo Verde, en Curundú, donde reside, Cecilia Silgado se siente contenta de Luis y de sus hermanos, a los que califica como hijos ejemplares.
"Todo el tiempo les decía que lo que no es de uno jamás lo pueden coger. Gracias a Dios a todos los eduqué, con mi esfuerzo", destacó mientras recordaba que el nuevo panameño en Grandes Ligas se graduó en el Instituto Tomás Alba Edison (ITAE) en Soldadura.
El logro de Durando para alcanzar su sueño se dio a costa de sacrificio, pero no todo terminará allí, ahora más que nunca, tendrá que seguir luchando para mantenerlo vivo.
Lo que dijo el atleta
“Gracias a Dios, primero un saludo a mi gente, a mi mamá, a mis niños, mi familia y a mi gente de Cabo Verde, lugar donde nací e inicié a soñar”, dijo Durango vía telefónica, a este medio, desde Estados Unidos.
Asimismo, revivió el momento de como se le comunicó que ya era jugador de Grandes Ligas.
“Eso fue algo grande, no lo podía creer, fue en el partido de ayer (sábado) donde quedamos eliminados en la AA. Tuvimos una reunión donde nos felicitaron por la buena temporada y al final el entrenador dijo que yo y Ernesto Frieri (mejor amigo de Durango), viajábamos hoy (ayer) para San Diego. Por momento pensé que era broma, pero gracias a Dios se me hizo realidad mi sueño”, señaló el primer bate de Panamá en el Clásico Mundial de Béisbol.
Además, mencionó que ahora sólo queda demostrar su talento, para mantenerse y quedarse entre los mejores peloteros del mundo. En eso confiamos y esperemos sea así...
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