"El Plan Perfecto": dos hombres, un objetivo

Hoy llega a nuestras carteleras cinematográficas una interesante producción en donde todos los detalles son importantes.

Ninguna pista debe ser desechada.

Los aclamados actores Denzel Washington, Clive Owen y Jodie Foster se unen para explorar la irresistible atracción del poder, la fealdad de la codicia y la incógnita de un robo perfecto en un explosivo nuevo drama, El Plan Perfecto.

Los actores de primera magnitud interpretan a neoyorquinos agresivos que tienen que ser más astutos unos que otros para proteger intereses competitivos en esta cinta de acción y suspenso escrita inteligentemente y dirigida con precisión.

Con actuaciones de actores cuya presencia exige atención extrema, Washington, Owen y Foster interpretan personajes que son piezas claves en un complicado rompecabezas pero.

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¿son estas piezas lo que parecen ser?Rindiendo tributo a las películas de robo y corrupción policíaca de los ´70, el director Spike Lee (Haz lo Correcto, Malcolm X, La Hora 25) colabora con Brian Grazer, el productor ganador del Oscar (Plan de Vuelo, El Luchador, El Código Da Vinci) para realizar esta cinta de suspenso en la que nada es lo que parece, con un electrizante libreto por el guionista debutante Russell Gewirtz.

Los tres protagonistas claves - Washington como un detective recientemente ascendido que debe sobreponerse a un escándalo de corrupción, Owen como un brillante criminal que cambia constantemente lo que pensamos que sabemos sobre el asalto al banco y Foster como una misteriosa asesora de Manhattan que siempre obtiene exactamente lo que sus clientes quieren y por lo que le pagan muy bien - se enfrentan y chocan en El Plan Perfecto, una ingeniosa realización de suspenso de Spike Lee, quien juega con los espectadores con trucos de cámara y giros súbitos en la trama.

Para cuando llega a su inesperado final, El Plan Perfecto nos ha revelado que no es igual alas típicas películas de suspenso.

Todo comienza de una forma muy sencilla: Cuatro personas vestidas con uniformes de pintores entran en el transitado vestíbulo del Manhattan Trust, una importante sucursal de una institución financiera mundial de Wall Street.

Minutos después, los ladrones uniformados colocan el banco en un estado de sitio minuciosamente planeado y los cincuenta clientes y el personal del banco se convierten en inocentes peones de un robo perfecto.

Los detectives Keith Frazier (Denzel Washington) y Hill Mitchell (Chiwetel Ejiofor), especialistas en negociar la liberación de rehenes del Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York, son enviados a la escena del crimen con órdenes de establecer contacto con Daltn Russell (Clive Owen), el cabecilla de los asaltantes y asegurar la liberación de los rehenes.

Colaborando con John Darius (Willem Dafoe), el capitán de la Unidad de Servicios de Urgencia, todos llegan a la conclusión que la situación puede resolverse pacíficamente y que la recuperación del banco y la liberación de los que están adentro se puede lograr en un período relativamente corto.

Pero las cosas no resultan como se han planeado.

Russell resulta ser un opositor sumamente hábil, astuto, tranquilo y totalmente en control de la situación; un titeretero con un plan meticuloso para desconcertar y confundir no sólo a los rehenes sino también a las autoridades.

Afuera, la multitud de neoyorquinos crece a medida que la situación se torna más tensa, con los jefes de Frazier cada vez más preocupados de su habilidad para evitar que la situación se convierta en un caos incontrolable.

Los ladrones parecen consistentemente adelantarse a las acciones de la policía, sorprendiendo una y otra vez a Frazier y Darius.

Las sospechas de Frazier de que hay algo más en juego que lo que todos piensan parecen justificarse con la llegada de Madeleine White (Jodie Foster), una influyente asesora con obscuros objetivos, quien solicita una reunión privada con Russell.

Arthur Case (Christopher Plumier), el poderoso hombre de negocios que es el presidente de la junta directiva del banco, también está muy interesado en lo que sucede cada minuto dentro de la sucursal.

¿Pero qué quieren los asaltantes? ¿Por qué nada ha funcionado para aliviar la tensa situación que se estira hora tras hora? Frazier está convencido que hay hilos invisibles que están siendo halados y que negociaciones secretas se llevan a cabo mientras que la inestable situación se hace cada vez más peligrosa.

Con lealtades y motivos cuestionados, el detective se enfrasca en un arriesgado juego del gato y el ratón - pero con las reglas del juego cambiando constantemente, un movimiento en falso puede llevar la volátil situación cada vez más cerca de una conclusión desastrosa y mortal.