Estado de alerta en Amazonia por temor a catástrofe
Publicado 1999/03/28 00:00:00
- Mayra Madrid
El temor de que la Amazonia brasileña sufra este año un incendio más grave que el registrado en 1998 en Roraima obligó al Gobierno a decretar el estado de alerta poco después de que las imágenes de satélite detectaran siete focos de calor en la región.
El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA) confirmó ayer que la alerta fue declarada poco después de que las fotografías del satélite NOAA-12 demostraran la existencia de siete focos de calor en la misma región en que se produjo el incendio el año pasado.
Los focos de calor, que aún no ha sido confirmados como focos de incendio, fueron detectados por primera vez en la noche del jueves y persistían en las fotografías hechas por el satélite en la tarde del viernes.
Los focos fueron detectados en cuatro municipios del estado amazónico de Roraima dentro de una reserva forestal y de una reserva indígena, y exactamente en la misma región donde se produjo el incendio el año pasado, considerado como una verdadera catástrofe medioambiental.
Sin confirmar si se había iniciado un incendio o no, el IBAMA decidió declarar el estado de alerta en el estado de Roraima debido a que, ante la ausencia de lluvias, la posibilidad de que el fuego provoque una catástrofe peor a la del año pasado ha sido advertida por diferentes especialistas.
El Instituto de Pesquisas Ambientales de la Amazonia considera que la posibilidad de que se produzca un nuevo incendio en la región ya afectada por el fuego es diez veces mayor que el año pasado debido a que toda la región continúa seca y puede servir como combustible.
El incendio que se inició en enero del año pasado y sólo fue controlado en marzo, cuando las lluvias hicieron lo que miles de bomberos y soldados no habían conseguido, devastó cerca de 38,000 kilómetros cuadrados de los 226,000 que tiene el estado amazónico de Roraima, donde viven 260,000 personas.
Pese a que el fuego no afectó en su totalidad a la selva húmeda amazónica sino a praderas y campos, causó incalculables pérdidas de especies animales y cultivos.
Ahora, "no podemos desconocer que hay estudios que indican la posibilidad de que se produzca un nuevo incendio y que, en caso de que suceda, la tragedia ser mayor", aseguró el ministro brasileño de Medio Ambiente, José Sarney Filho, en una entrevista que concedió esta semana a corresponsales extranjeros.
"Toda la región aún está quemada y lo poco que quedó está muy seco y puede convertirse en combustible perfecto para cualquier incendio", advirtió el ministro.
Sarney Filho, hijo del ex presidente brasileño José Sarney, admitió que Brasil no est preparado para combatir incendios forestales de esa dimensión y que, por esa razón, el Gobierno ha concentrado todos sus esfuerzos en la prevención.
Además del control por satélite, se han creado brigadas en todos los asentamientos de Roraima a las que se entrenó adecuadamente y dotó con equipos modernos.
No obstante, el ministro reconoció que, por falta de dinero, aún no se dispone de los aviones cisterna que varios países ya utilizan para combatir incendios forestales.
El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA) confirmó ayer que la alerta fue declarada poco después de que las fotografías del satélite NOAA-12 demostraran la existencia de siete focos de calor en la misma región en que se produjo el incendio el año pasado.
Los focos de calor, que aún no ha sido confirmados como focos de incendio, fueron detectados por primera vez en la noche del jueves y persistían en las fotografías hechas por el satélite en la tarde del viernes.
Los focos fueron detectados en cuatro municipios del estado amazónico de Roraima dentro de una reserva forestal y de una reserva indígena, y exactamente en la misma región donde se produjo el incendio el año pasado, considerado como una verdadera catástrofe medioambiental.
Sin confirmar si se había iniciado un incendio o no, el IBAMA decidió declarar el estado de alerta en el estado de Roraima debido a que, ante la ausencia de lluvias, la posibilidad de que el fuego provoque una catástrofe peor a la del año pasado ha sido advertida por diferentes especialistas.
El Instituto de Pesquisas Ambientales de la Amazonia considera que la posibilidad de que se produzca un nuevo incendio en la región ya afectada por el fuego es diez veces mayor que el año pasado debido a que toda la región continúa seca y puede servir como combustible.
El incendio que se inició en enero del año pasado y sólo fue controlado en marzo, cuando las lluvias hicieron lo que miles de bomberos y soldados no habían conseguido, devastó cerca de 38,000 kilómetros cuadrados de los 226,000 que tiene el estado amazónico de Roraima, donde viven 260,000 personas.
Pese a que el fuego no afectó en su totalidad a la selva húmeda amazónica sino a praderas y campos, causó incalculables pérdidas de especies animales y cultivos.
Ahora, "no podemos desconocer que hay estudios que indican la posibilidad de que se produzca un nuevo incendio y que, en caso de que suceda, la tragedia ser mayor", aseguró el ministro brasileño de Medio Ambiente, José Sarney Filho, en una entrevista que concedió esta semana a corresponsales extranjeros.
"Toda la región aún está quemada y lo poco que quedó está muy seco y puede convertirse en combustible perfecto para cualquier incendio", advirtió el ministro.
Sarney Filho, hijo del ex presidente brasileño José Sarney, admitió que Brasil no est preparado para combatir incendios forestales de esa dimensión y que, por esa razón, el Gobierno ha concentrado todos sus esfuerzos en la prevención.
Además del control por satélite, se han creado brigadas en todos los asentamientos de Roraima a las que se entrenó adecuadamente y dotó con equipos modernos.
No obstante, el ministro reconoció que, por falta de dinero, aún no se dispone de los aviones cisterna que varios países ya utilizan para combatir incendios forestales.
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