"Estoy aquí para divertirme", Kuranyi

DICEN QUE vino a Panamá para atenuar la tristeza que le produjo haber quedado por fuera de la selección de Alemania, que actualmente disputa la Copa Mundial de Fútbol, pero Kevin Kuranyi lo niega.
"Estoy aquí para divertirme y pasar un rato agradable con mis amigos y mi familia", aseguró el atacante del club alemán Schalke 04, luego de haber participado el lunes en un encuentro amistoso en el estadio 28 de Diciembre de San Miguelito, junto a luminarias del balompié nacional como Víctor René Mendieta, Rubén "Tátara" Guevara y los hermanos Jorge y Julio Dely Valdés.
El partido, que enfrentó a "los amigos" de Kevin y a "las estrellas" finalizó igualado a tres goles por bando. Kuranyi, quien jugó 30 minutos con cada equipo, regaló a la fanaticada dos lindos goles: el primero, un penal cobrado al "estilo Panenka", y el segundo, un cabezazo que se alojó en el ángulo superior izquierdo, el cual Oscar McFarlane, arquero de la selección criolla, no vio.
"Me siento feliz por haber jugado con los hermanos Dely Valdés. Son personas humildes que han dejado en grande a Panamá", comentó el jugador de 24 años de edad, quien posee las nacionalidades brasileña, alemana y panameña.
Kuranyi reveló que tiene planeado llevar a Nicolás Muñoz y a otros jugadores a Alemania para que realicen pruebas con clubes de dicho país.
Ante la calidez y el cariño que recibió por parte de la afición, especialmente de los niños, indicó: "Quiero darle las gracias a toda la gente de San Miguelito y de este país, a mi madre y a Dios, por estar todos aquí felices".
Pero, el espectáculo no sólo lo puso Kuranyi y el grupo de "estrellas" criollas, sino también el excampeón mundial minimosca de la AMB, Roberto "La Araña" Vásquez, quien, aunque no es muy dotado técnicamente, fue el autor de uno de los tantos del conjunto de "los amigos". Claro que con la complicidad del arquero.
Goles como los que hizo en el 28 de Diciembre son los que les hubiese gustado marcar a Kuranyi con Alemania en el Mundial, aunque el ariete asevera que el dolor ya pasó. No hay odio ni rencores. Sólo esperanza y muchas ganas de seguir jugando al fútbol.