Guido Di Tella no teme por su cargo
Publicado 1999/01/04 00:00:00
- REDACCION
El canciller argentino, Guido Di Tella, dijo que seguirá en su puesto a pesar de que un tribunal ordenó que se le investigue por el posible delito de ocultamiento de pruebas en relación con un contrabando de armas.
"Esto me consumirá un poco de tiempo y después seguiré con mis obligaciones", dijo Di Tella cuando, en una entrevista que publicó hoy el diario Clarín de Buenos Aires, se le preguntó si la situación judicial que atraviesa pone en riesgo su puesto de canciller.
La Cámara Federal de Buenos Aires ordenó la semana pasada al juez Jorge Urso que "profundice" sus investigaciones por aparentes contrabandos de armas a Ecuador y Croacia en torno a autoridades de jerarquía en el Gobierno y jefes del Ejército.
El tribunal de alzada pidió puntualmente que se analice si la cúpula del Ejército, con su jefe, el general Martín Balza, a la cabeza, formó una asociación ilícita para la comisión del delito.
Además, instruyó al juez Urso para que determine si Di Tella y el actual ministro de Trabajo, Antonio Erman González, quien años atrás pasó por la cartera de Defensa, ocultaron pruebas útiles para la investigación.
Di Tella, quien a finales de enero cumplirá ocho años al frente de la Cancillería, negó haber ocultado información y dijo que está a disposición de la Justicia para todo lo que sea necesario.
Este fin de semana, el presidente argentino, Carlos Menem, dijo que todos los miembros de su Gobierno seguirán en sus cargos "salvo razones de fuerza mayor" que evitó clasificar.
Di Tella apareció tangencialmente involucrado en estos expedientes después de que se supo que algunos diplomáticos acreditados en el exterior habían alertado sobre la posibilidad de la llegada de armas producidas en Argentina a Ecuador o Croacia.
Pero el canciller restó importancia a esas comunicaciones, a las que no consideró basadas en informes oficiales, y señaló que si hubo delitos fue a causa de la participación de empresas que actuaron en estos negocios como intermediarias, sin la colaboración del Gobierno.
Las armas producidas por la estatal Fabricaciones Militares llegaron a Ecuador en momentos en que ese país libraba una guerra con Perú y pese a que Argentina era uno de los cuatro garantes de un antiguo tratado de paz entre ambas naciones andinas.
A Crocia, los arsenales fueron enviados cuando pesaba sobre ese país un embargo de las Naciones Unidas.
El Gobierno siempre sostuvo que las armas salieron de Argentina con otros destinos (Venezuela y Panamá) y que las autoridades pudieron haber sido víctimas de un plan tramado por las empresas que intervinieron en la operación.
La petición de investigación sobre Di Tella ocurre cuando el canciller disfruta de dos éxitos de su estrategia diplomática.
En octubre pasado, Di Tella logró que Menem fuera recibido con todos los honores en Londres, donde por primera vez después de la guerra de las Islas Malvinas (1982) un presidente argentino pudo exponer "cara a cara" ante al poder político británico las reclamaciones de este país por la soberanía de los archipiélagos.
"Esto me consumirá un poco de tiempo y después seguiré con mis obligaciones", dijo Di Tella cuando, en una entrevista que publicó hoy el diario Clarín de Buenos Aires, se le preguntó si la situación judicial que atraviesa pone en riesgo su puesto de canciller.
La Cámara Federal de Buenos Aires ordenó la semana pasada al juez Jorge Urso que "profundice" sus investigaciones por aparentes contrabandos de armas a Ecuador y Croacia en torno a autoridades de jerarquía en el Gobierno y jefes del Ejército.
El tribunal de alzada pidió puntualmente que se analice si la cúpula del Ejército, con su jefe, el general Martín Balza, a la cabeza, formó una asociación ilícita para la comisión del delito.
Además, instruyó al juez Urso para que determine si Di Tella y el actual ministro de Trabajo, Antonio Erman González, quien años atrás pasó por la cartera de Defensa, ocultaron pruebas útiles para la investigación.
Di Tella, quien a finales de enero cumplirá ocho años al frente de la Cancillería, negó haber ocultado información y dijo que está a disposición de la Justicia para todo lo que sea necesario.
Este fin de semana, el presidente argentino, Carlos Menem, dijo que todos los miembros de su Gobierno seguirán en sus cargos "salvo razones de fuerza mayor" que evitó clasificar.
Di Tella apareció tangencialmente involucrado en estos expedientes después de que se supo que algunos diplomáticos acreditados en el exterior habían alertado sobre la posibilidad de la llegada de armas producidas en Argentina a Ecuador o Croacia.
Pero el canciller restó importancia a esas comunicaciones, a las que no consideró basadas en informes oficiales, y señaló que si hubo delitos fue a causa de la participación de empresas que actuaron en estos negocios como intermediarias, sin la colaboración del Gobierno.
Las armas producidas por la estatal Fabricaciones Militares llegaron a Ecuador en momentos en que ese país libraba una guerra con Perú y pese a que Argentina era uno de los cuatro garantes de un antiguo tratado de paz entre ambas naciones andinas.
A Crocia, los arsenales fueron enviados cuando pesaba sobre ese país un embargo de las Naciones Unidas.
El Gobierno siempre sostuvo que las armas salieron de Argentina con otros destinos (Venezuela y Panamá) y que las autoridades pudieron haber sido víctimas de un plan tramado por las empresas que intervinieron en la operación.
La petición de investigación sobre Di Tella ocurre cuando el canciller disfruta de dos éxitos de su estrategia diplomática.
En octubre pasado, Di Tella logró que Menem fuera recibido con todos los honores en Londres, donde por primera vez después de la guerra de las Islas Malvinas (1982) un presidente argentino pudo exponer "cara a cara" ante al poder político británico las reclamaciones de este país por la soberanía de los archipiélagos.
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