Recordando Seúl ´88
Publicado 2002/06/27 23:00:00
- Nairobi
La finalísima que sostendrán el domingo, en Yokohama, Japón, a los seleccionados de Brasil y Alemania, ahora por la disputa de una Copa Mundial, era tan esperada pero con recuerdos que traen a la memoria los grandes duelos que han sostenido dos tipos de fútbol distintos pero exquisitos.
Tanto así, que de estos duelos que han sostenido en diferentes categorías, y especialmente en la serie de mayores, el que quizás sea el más recordado por la afición tanto por sus alternativas como por emoción de principio a fin fue el que acaeció un 27 de septiembre de 1988, en el Estadio del Chamsil Sports Complex de Seúl, en Corea.
El motivo, fue la semifinal de los Juegos Olímpicos de aquél año, y, que casualidad, ambos equipos dirimirían el destino futbolístico de un evento importante, en un terreno neutral, lo mismo ocurrirá el domingo. Aquél partido, se jugó en Asia, igual lo será el domingo, y aunque los escenarios suenan distintos, uno lo fue en Seúl, pareciera que esta sería una especie de "Segunda Parte", pero con una categoría madura y con distintos protagonistas, en Yokohama.
Igual vale la coincidencia en la hora en que se jugó aquél partido, las 8 de la noche de aquel 27 de septiembre de 1988, que en Panamá fue las 6 de la mañana del mismo día que apenas iniciaba. Lo mismo, será el del 30 de junio de 2002.
Dentro de la formación de lo que fue aquel encuentro, destacaba más el cuadro brasileño que tenía una generación conjunta pero que tenía una buena mescolanza entre veteranos y juveniles, pero que tendría un buen proceso generacional que lo llevaría, años más tarde, a la consagración de un tetracampeonato mundial en Estados Unidos, y a un subcampeonato, en Francia, con los pocos que quedaron.
Claudio Taffarel, en el marco; Aloísio en defensa, Bebeto y Romario De Souza en la delantera, serían quienes formaron un grupo que alcanzaría dar un gran espectáculo frente a un conjunto germano quien de la mano de Hanes Löhr, en ese momento, segundo asistente de Franz Beckenbauer en el cuerpo técnico, tuvieron en Juergen Klinzmann y Thomas Hassler, a un equipo que le dio batalla a los sudamericanos.
Luego de un primer tiempo que dejó constantes alternativas, los cuales se incrementaron en la segunda parte cuando Alemania se pondría en ventaja con tanto de Holger Fach, no sin antes haber dado el primer aviso cuando la defensa brasileña ocasionó un penal que sería atajado por Taffarel tras un tiro de Wolfgang Funkel.
Cuando todo parecía que los germanos se irían a la final, surgió la magia del "Chapulín" Romario cuando tras una asistencia de Geovani y de Joao Paulo, marcaría el tanto del empate.
Lo que se denominó como una "lucha de titanes", se extendió durante toda una prórroga en la que el llamado "gol de oro" no existía todavía pero sí la instancia definitoria de los tiros desde el punto penal, por la que ambos conjuntos forzarían a esa etapa.
Al final, el drama favoreció a los brasileños, quienes tuvieron mejores decisiones en los tiros y a un Taffarel inspirado como atajador de penales, lo que le justificaría 10 años más tarde, cuando fue protagonista desde esa instancia en el choque semifinal del Mundial Francia"98 frente a Holanda.
Tales intervenciones, hace 14 años, le dieron la opción a Brasil, a disputar aquella final contra la Unión Soviética, en el que el trajín de aquel esfuerzo le afectaría al caer por 2-0 y conformarse con la medalla de plata, mientras que Alemania Federal jugaría el bronce ante otro rival clásico, Italia, al que ganarían por 3-0.
En aquel tiempo, el "jogo bonito" brasileño y el fútbol técnica y fuerza de los germanos, se confrontaron para saber cuál era el mejor. La historia se repite pero a nivel superior, y en una gran final, cuando "jogo bonito" y "fútbol fuerza" se confronten. ¿Llegarán a tener la misma intensidad?, ¿el mismo modo de juego? o también...¿tendrán el mismo final?
Tanto así, que de estos duelos que han sostenido en diferentes categorías, y especialmente en la serie de mayores, el que quizás sea el más recordado por la afición tanto por sus alternativas como por emoción de principio a fin fue el que acaeció un 27 de septiembre de 1988, en el Estadio del Chamsil Sports Complex de Seúl, en Corea.
El motivo, fue la semifinal de los Juegos Olímpicos de aquél año, y, que casualidad, ambos equipos dirimirían el destino futbolístico de un evento importante, en un terreno neutral, lo mismo ocurrirá el domingo. Aquél partido, se jugó en Asia, igual lo será el domingo, y aunque los escenarios suenan distintos, uno lo fue en Seúl, pareciera que esta sería una especie de "Segunda Parte", pero con una categoría madura y con distintos protagonistas, en Yokohama.
Igual vale la coincidencia en la hora en que se jugó aquél partido, las 8 de la noche de aquel 27 de septiembre de 1988, que en Panamá fue las 6 de la mañana del mismo día que apenas iniciaba. Lo mismo, será el del 30 de junio de 2002.
Dentro de la formación de lo que fue aquel encuentro, destacaba más el cuadro brasileño que tenía una generación conjunta pero que tenía una buena mescolanza entre veteranos y juveniles, pero que tendría un buen proceso generacional que lo llevaría, años más tarde, a la consagración de un tetracampeonato mundial en Estados Unidos, y a un subcampeonato, en Francia, con los pocos que quedaron.
Claudio Taffarel, en el marco; Aloísio en defensa, Bebeto y Romario De Souza en la delantera, serían quienes formaron un grupo que alcanzaría dar un gran espectáculo frente a un conjunto germano quien de la mano de Hanes Löhr, en ese momento, segundo asistente de Franz Beckenbauer en el cuerpo técnico, tuvieron en Juergen Klinzmann y Thomas Hassler, a un equipo que le dio batalla a los sudamericanos.
Luego de un primer tiempo que dejó constantes alternativas, los cuales se incrementaron en la segunda parte cuando Alemania se pondría en ventaja con tanto de Holger Fach, no sin antes haber dado el primer aviso cuando la defensa brasileña ocasionó un penal que sería atajado por Taffarel tras un tiro de Wolfgang Funkel.
Cuando todo parecía que los germanos se irían a la final, surgió la magia del "Chapulín" Romario cuando tras una asistencia de Geovani y de Joao Paulo, marcaría el tanto del empate.
Lo que se denominó como una "lucha de titanes", se extendió durante toda una prórroga en la que el llamado "gol de oro" no existía todavía pero sí la instancia definitoria de los tiros desde el punto penal, por la que ambos conjuntos forzarían a esa etapa.
Al final, el drama favoreció a los brasileños, quienes tuvieron mejores decisiones en los tiros y a un Taffarel inspirado como atajador de penales, lo que le justificaría 10 años más tarde, cuando fue protagonista desde esa instancia en el choque semifinal del Mundial Francia"98 frente a Holanda.
Tales intervenciones, hace 14 años, le dieron la opción a Brasil, a disputar aquella final contra la Unión Soviética, en el que el trajín de aquel esfuerzo le afectaría al caer por 2-0 y conformarse con la medalla de plata, mientras que Alemania Federal jugaría el bronce ante otro rival clásico, Italia, al que ganarían por 3-0.
En aquel tiempo, el "jogo bonito" brasileño y el fútbol técnica y fuerza de los germanos, se confrontaron para saber cuál era el mejor. La historia se repite pero a nivel superior, y en una gran final, cuando "jogo bonito" y "fútbol fuerza" se confronten. ¿Llegarán a tener la misma intensidad?, ¿el mismo modo de juego? o también...¿tendrán el mismo final?
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.