Al compás de un bolero
- Priscilla Delgado
Priscilla Delgado
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Cuántos nos hemos enamorado al compás de un bolero? La lista debe ser larga, y mucho más los recuerdos que nos invaden sin pedir permiso. La memoria a veces nos traiciona, y nos llega como un pinchazo cuando escuchamos notas de una canción bien hecha, que además tiene ritmo, cadencia y una voz que nos mueve los sentidos.
La letra del bolero nos inspira, nos acogen los momentos más felices, pero también los ingratos, y nos ayuda a expresar sin la menor duda el amor y la tristeza que sentimos. Su composición llega desde la letra más sublime a la más cursi; depende de quién la mire.
El bolero no los regala la Isla de Mallorca hace más de 300 años. Posteriormente llegó a la Habana, Cuba, como una derivación del danzón cubano y este a su vez inspirado en la contradanza (baile popular de origen inglés en los siglos XVII y XVIII) hizo nacer lo que hoy día conocemos como el “bolero”. Y fue en Cuba donde se cantó el primer bolero titulado “Tristezas”, compuesto por José Sánchez, en el año 1885.
Se va desarrollando a partir de esa fecha el bolero en toda América latina y se mete a fondo en México, serpenteando desde la península de Yucatán, y se hace muy popular en el Imperio de Maximiliano I y Carlota.
Es México el país que juega un papel fundamental en la exportación del bolero, a través del mejor de la época, Agustín Lara, en la década de los años 20. Autor de más de 500 canciones, pone en la cumbre a este género de los enamorados y los despechados, inspirado en sus amores, estableciendo una norma que consiste en 32 compases. Los primeros 16 en tono menor y los otros 16 en tono mayor.
También y a través del bolero mexicano fue impulsado a la fama el compositor puertorriqueño Rafael Hernández, quien vivió en tierra azteca por 16 años y allí compuso buena parte de su obra musical. Fue el Trío Los Panchos el que populariza sus letras, con canciones como la tan recordada “Silencio”.
No se puede hablar del bolero en México sin incluir a Armando Manzanero, con sus ya conocidas canciones que han sido interpretadas por casi todos los baladistas del mundo, incluidos los del Japón, China, Rusia, España, siempre guardando el compás y manteniendo el estilo más puro de esta inigualable música.
El bolero llega a Panamá y se instala por medio de la conexión cubana que había en los año 20. Mucho tuvo que ver Anolan Díaz, madre de nuestro célebre Rubén Blades, pero es José Slater Badán quien graba en el año 1924 “Morena Mía”, y de allí en adelante se populariza el bolero.
“Historia de un Amor” de Carlos Eleta Almarán fue el número que le puso nombre al bolero panameño.
También nos han regalado bellas canciones Artiro “Chino” Hassan, Alcides Briceño, Tony Fergo, Silvia de Grasse y el único Ricardo Fábrega.
Son ellos los que dictaron la pauta y fueron muchas las orquestas que acompañaron todos esos años a grandes boleristas. Orquestas como laa de Armando Boza, Raúl Ortiz, Clarence Martin, Bush y sus magníficos, Emilio Sempris entre otros. Ellos le pusieron música a cantantes de la talla de Juan Coronel, Solinka, Marta Estela Paredes, Miguel Fernández, Leoni Herrera, Sócrates Lasso, Camilo Azuquita, Máximo Rodríguez, David Watt, Silvia Mendoza, Fabio Martínez, Carmen Mendoza, Benny Galán, Jaime Ellis y la inolvidable Barbará Wilson.
Todos pertenecientes a diferentes décadas, eso sí… pero todos destacados en la llamada época de oro de la música en Panamá y que hoy afortunadamente estamos rescatando, ahora en voces prodigiosas como la de Yomira Jones quien nos ha representado exitosamente en escenarios extranjeros y cantando a dúo con artistas como Luis Miguel, Danny Rivera, Emmanuel, Camilo Azuquita, Omara Portuondo, Ricky Martin, Camilo Azuquita y la tan querida interprete colombiana, Petrona Martínez, entre muchos otros pero que además interpreta magistralmente todo género de música incluida la francesa a la que le da un tono distinto y de donde alguna manera nos hace recordar a Edith Piaff.
No obstante no hay una apuesta con fuerza por la juventud panameña que interpreta canciones, no debemos perder de vista que el bolero es un género musical que no se ha perdido y en muchos países hay fuertes corrientes que se dedican al mismo, llamando a los jóvenes a su interpretación, como lo es Festival del Bolero que se celebra en Riohacha, Colombia en donde a partir de los 12 años podemos ver a los niños cantando las canciones más hermosas de Roberto Cantoral, debemos destacar con regocijo que tenemos algunas personas que con la textura de su voz han triunfado con el bolero como es el caso de Any Tovar con esos registros maravillosos , los boleros cantados por Gretel Garibaldo y Paulette Thomas y muchos de los anteriores mencionados que ya tienen varias décadas de interpretar los mismos con la misma vigencia que se le rinde a èste genero mùsical.
El bolero no muere, sigue vivo con nuevas voces pero como el mismo propósito de refrescar el sentir y también la nostalgia.
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