Discursos vacíos
- Emiliano Pardo-Tristán (Compositor y guitarrista)
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La última entrevista a Bolaño se la hizo la periodista argentina Mónica Maristain en la revista Playboy: "¿Por qué le gusta llevar la contraria? ?Yo ...
La última entrevista a Bolaño se la hizo la periodista argentina Mónica Maristain en la revista Playboy: "¿Por qué le gusta llevar la contraria? ?Yo ...
La última entrevista a Bolaño se la hizo la periodista argentina Mónica Maristain en la revista Playboy: "¿Por qué le gusta llevar la contraria? "Yo nunca llevo la contraria". El carácter polémico y su vasta intelectualidad, que muchos comparan con la de Borges, predisponía a Bolaño a ser un impugnador. Si en la novela Nocturno de Chile reinventa a un dictador Pinochet, y lo hace tomar 10 lecciones de marxismo con un maestro, que además es cura y pertenece al Opus Dei; en una entrevista se cuestiona: "¿Cómo se va a reformular el discurso de izquierda si la izquierda, por ejemplo, sigue apoyando a Castro, que es lo más parecido que hay a un tirano bananero?"
Roberto Bolaño deja México en 1973 para unirse a la revolución de izquierda de Salvador Allende. Meses después, Pinochet estropea su iniciativa con su nefasto golpe. Bolaño, tras pasar ocho días en la cárcel, decide marcharse del país, al que no regresará por muchos años. Vive en El Salvador antes de que empiece la Guerra Civil y conoce al poeta Roque Dalton: "Creo que el mundo es bello, / que la poesía es como el pan, de todos. / Y que mis venas no terminan en mí / sino en la sangre unánime / de los que luchan por la vida".
Dalton, asesinado por sus propios camaradas del Ejército Revolucionario del Pueblo. En la novela, Estrella Distante, Bolaño cuestiona los hechos con rabia, y en una entrevista se transforma en testigo ausente, dolido, pero auténtico. Reconstruye los hechos imaginando que la suerte de Dalton pudo ser su propio sino: "Roque Dalton se fue a dormir, los comandantes siguieron discutiendo y dijeron: hay que matarlo. Como si fuera una banda de gángsters. Y dijeron, matémoslo ahora que está durmiendo, porque es poeta, para que no sufra". ¡Bang! sonó para pocos y resonó para muchos el tiro que le descerrajaron al poeta Roque Dalton, aquellos mismos que minutos antes le llamaban: 'compañero'. "Yo escribí de los muertos / sin saber de sus rudas zarabandas nocturnas...", presagia Dalton en el poema 'Muertos'.
Los infrarrealistas, dice Bolaño, "no estábamos con la izquierda, una izquierda stalinista, dogmática, dirigista, una izquierda espantosa, vaya. Ni con la derecha exquisita, que de exquisita prácticamente no tenía nada, una exquisitez llena de polvo". Los amigos de Bolaño fueron transgresores, gente que incomodaba, Pedro Lemebel y su manifiesto (Hablo por mi diferencia): "... no me hable del proletariado / Porque ser pobre y maricón es peor".
"Me aburre el discurso vacío de la izquierda -dice Bolaño-. El discurso vacío de la derecha ya lo doy por sentado".
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