El saxofón de Las Cumbres

Confundido, como uno más, entre un grupo de jóvenes encontramos a Jahasiel Arrocha en la nueva casa de Fundación Danilo Pérez, ubicada en el Casco Antiguo en un edificio propincuo a la Plaza Herrera.

Jahasiel, quien bien pudiera ser visto como el primer gran producto del "Panamá Jazz Festival", que este año cumple su sexta versión, tiene 20 años y es oriundo de la comunidad de Gonzalillo, en Las Cumbres.

A su alrededor encontramos a varios jóvenes, con igual pasión por la música que él, quienes intercambiaban experiencias y sonrisas, mientras que en otra habitación se escuchaban unas voces risueñas y melodiosas que entonaban una canción que por estos días se oye a menudo en un canal de la televisión local: "Canta?.

canta conmigo?canta conmigo?y te divertirás".

Allí estaban ensayando las niñas de ese gustado Reality Show, bajo la dirección, nada más y nada menos que de Danilo Pérez, gestor y director artístico del Festival de Jazz que se realizará entre el 12 y 17 enero en Panamá.

A esa hora, 1:20 de la tarde, el movimiento en las instalaciones de la Fundación era igual al de las calles de ciudad: de locos.

Gente ensayando, otros confeccionando gafetes, el teléfono sonando incesantemente, en fin, un grupo de personas, de todas las edades, entregadas en cuerpo y alma al propósito de que esta VI edición del "Panamá Jazz Festival" sea la confirmación de que nuestro país ya tiene pantalones largos en cuanto a la organización de espectáculos de esta talla.

En medio de todo, Jahasiel Arrocha hizo un alto en el camino para hablar con díaD sobre su andar en el mundo de la música, sus aspiraciones, sus experiencias y sus añoranzas.

Se trata de un chico delgado, de caballo trenzado, mirada vivaz y temperamento apacible, que actualmente estudia en el Berklee Collage, donde se ganó el "Presidential Scholarship? (Beca Presidencial), que suma cerca de un cuarto de millón de dólares y le está permitiendo acariciar su sueño de aprender y enseñar música.

En la universidad de Berklee ya ha cumplido cuatro cuatrimestres se confiesa anonadado por todas las ventajas que implica estudiar en un centro tan prestigioso.

Jahasiel reconoce que antes de tener contacto con el Festival de Jazz y con Danilo Pérez, su futuro en la música era incierto.

Si bien había tenido buenas experiencias y maestros en Panamá, como "Vitín" Paz y Carlos Ubarte, nunca pensó que su vida cambiaría tan pronto.

"Fue como un milagro", dice, al recordar cómo logró la oportunidad de asistir al Programa de Verano de cinco semanas en Berklee, lo cual posteriormente le permitió audicionar y ganar la beca presidencial.

Ahora su carrera de Educación Musical ya está encaminada y explica que se aprende de todo tipo de música, aunque él por el momento sigue apegado a su saxofón y al jazz.

Preámbulo.

Antes de viajar a Estados Unidos a gozar los beneficios de la beca, Jahasiel Arrocha tuvo que tomar un curso intensivo de inglés y someterse a un programa de nutrición para subir de peso, entre otros preparativos.

Cuenta que al llegar al escenario donde comenzaría a diseñar su futuro se sintió como en una película.

En la actualidad su índice de notas es 3.

7 de un máximo de 4, y espera seguir ascendiendo.

Este joven talento de la música panameña dice que percibe que entre la juventud panameña, especialmente aquellos que tienen afecto por la música, impera un impresionante deseo de aprender.

"Es increíble; la gente está hambrienta de conocimientos", asegura, y agrega que su deseo es aprovechar y aprender los más que pueda para transmitirlo posteriormente a la gente en Panamá.

Esta semana estuvo dictando algunas charlas a estudiantes, en su mayoría niños, y durante el VI Festival de Jazz de Panamá, Jahasiel Arrocha, será parte activa de los talleres que se tienen programados.

Bondades del festival.

Si hay una persona que puede dar fe de que el "Panama Jazz Festival" cumple un cometido social y académico que trasciende los cinco o seis días que dura el festival, ese es Jahasiel Arrocha.

Su vínculo con la música de manera formal se dio cuando estaba en la escuela secundaria y fue miembro de la banda del colegio Francisco Beckman en donde tuvo una especie de amor a primera vista con el saxofón.

Más adelante afianzó sus conocimientos en el Bachillerato de Artes Diversificadas del INAC y posteriormente tuvo contacto con la Big Band del Maestro Víctor "Vitín" Paz, mediante la que finalmente asistió a una de las clínicas del Festival de Jazz, donde se le abrió la puerta grande.

"Antes, las oportunidades eran casi nulas para los músicos.

Ahora con el festival hay más oportunidades, porque se traen artistas internacionales, lo cual permite a la gente informarse e ir formándose con los conocimientos que nos ofrecen esos músicos de calidad y experiencia", explica.

En el Berklee Collage, además de contar con todas la facilidades, se presenta la oportunidad de un intenso y permanente intercambio de culturas.

El saxofonista de Las Cumbres cuenta que con su permanencia en ese centro de estudios superiores le ha permitido interactuar con gentes de países tan diversos como China, España, Hungría, Egipto y Japón, entre otros, así como compartir conocimientos con artistas de música clásica, pop, hip hop, jazz y otros.

Reseña que en cada salón de clases hay unos 15 estudiantes como máximo y la enseñanza incluye varios tipos de música y el conocimiento de una infinidad de instrumentos.

"Mis planes son regresar a Panamá cuando termine mis estudios y ayudar a la gente; enseñarle lo que yo pueda", anunció mientras en las instalaciones del Fundación Danilo Pérez comenzaba a predominar un seductor aroma de pizza, señal de que ya debíamos ir terminando la entrevista.

Y aunque a simple vista Jahasiel Arrocha aparenta ser una persona circunspecta, una vez que se entra en conversación es fácil comprender que en él impera un espíritu inquieto.

"Me gusta el jazz porque me permite expresarme; se pueden hacer combinaciones y no tienes que pegarte a lo que dice un papel", revela, y concluye con una sentencia que lo encierra todo: el jazz es libre.