El X Encuentro Internacional de Guitarra está próximo
La cultura de un país también se mide por lo que escucha
En Panamá, la educación musical de los estudiantes de Música y de algunos profesionales se quedó anclada en el siglo XIX. El músico veragüense dice que duele decirlo, pero el panameño común es prácticamente un analfabeto musical.
Perfil
- Nombre: Emiliano Pardo-Tristán
- País: Nació en Santiago de Veraguas, Panamá.
- Formación: Estudió en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Graduado del Instituto Nacional de Música de Panamá y del programa de maestría en música de la Universidad de Temple, Filadelfia. En Temple ha estudiado guitarra, es además docente y ha organizado y participado en muchos conciertos.
Aun cuando la lucha contra las baladas cursis y el reguetón no es fácil, el guitarrista panameño Emiliano Pardo-Tristán no desiste en su entusiasmo por fomentar en los panameños el gusto por la música clásica.
Quizás por eso no ceja en la iniciativa de organizar anualmente el Encuentro Internacional de Guitarra, que permite poner a legos y expertos en contacto con melodías armoniosas y, por ende, alejadas del pindín bullanguero y de la salsa repetitiva, como él describe al tipo de música que se programa a toda hora en las estaciones de radio.
Este año, el encuentro de guitarra no ha logrado aún el respaldo de ninguna embajada, pero ahí están algunas empresas fieles a la causa que en algo contribuyen a minimizar el “desnivel abismal” que hay entre el desarrollo que exhibe el país en otros áreas, mas no en la cultura, asegura Pardo-Tristán.
A poco menos de dos meses para la inauguración del evento, desde Filadelfia, donde reside y trabaja en lo que estudió y le gusta, el guitarrista y docente veragüense aceptó hablar con Día D y decir su verdad.
Noto cierto silencio o bajo perfil en cuanto a la promoción del X Encuentro Internacional de Guitarra de Panamá.
¿Se mantiene en pie la intención?
El X Encuentro Internacional de Guitarra Panamá 2013 se celebrará en la capital del 10 al 14 de junio. El sábado 15 iremos nuevamente a Santiago de Veraguas y el domingo 16, a Boquete, Chiriquí, por primera vez.
¿Cómo va la organización, los recursos y el patrocinio de más detalles de esa índole?
El equipo de la Asociación Guitarrística de Panamá trabaja actualmente en la organización. El evento este año cuenta con el Inac como principal patrocinador, y ya han confirmado su apoyo empresas como Assa, Friolín, Postnet y Hertz.
¿Cuáles son las principales fuentes para financiar el espectáculo? ¿Están respondiendo según lo proyectado?
Nuestras principales fuentes de financiación son los patrocinadores, muchos de los cuales nos han apoyado desde el principio. Lamentablemente, este año no contamos con el apoyo de ninguna embajada, lo que nos ha afectado en gran manera.
En cuanto a la proyección internacional, ¿qué perspectivas hay?
El festival tiene un nivel artístico que no tiene nada que envidiarles a eventos de la misma naturaleza en Estados Unidos o Europa. Los invitados de este año son guitarristas que tocan en las mejores salas de conciertos del mundo. También tenemos estudiantes que vienen del extranjero para tomar clases con los jóvenes maestros que se darán cita en nuestro país.
Siendo esta la décima edición del Encuentro Internacional de Guitarra de Panamá, ¿qué evaluación podría hacer sobre los alcances del mismo?
Yo creo que lo más importante es lo que deja en el país un evento de esta naturaleza. Tenemos estudiantes, que ahora son profesionales, que se han nutrido de las enseñanzas de los guitarristas invitados. De alguna manera existe un nexo con el Peabody Conservatory de Baltimore, que tiene uno de los mejores programas de guitarra clásica. La mayoría de nuestros invitados han sido alumnos en el Peabody de Manuel Barrueco, actualmente una de las figuras más importantes del instrumento.
¿Incide de alguna manera en el interés del público no experto, el hecho de que sea un espectáculo relacionado con la música clásica?
Los objetivos principales del evento son hacer un aporte cultural al país y elevar el nivel musical de los estudiantes de Música y de la audiencia en Panamá. En realidad no hay que ser experto para apreciar la música clásica. Solo se necesita escuchar con atención. Aquí cabe parafrasear a Julio Cortázar, que en “Rayuela” describe cuál debe ser la actitud frente a una obra de arte. Te pones delante, bien desnudo, y entonces una de dos: escuchas o no escuchas. Así debe ser, desnudarse de prejuicios y enfrentar el arte de la manera más pura posible.
¿Por qué este año se le añade aquello de 'jóvenes virtuosos'?
De un tiempo para acá trabajamos con temas. El año pasado fue "Guitarra y mujer". En otras ocasiones le hemos hecho homenajes a Roque Cordero, Manuel Barrueco, Ricardo Cobo y a Teresa Toro. Este año todos los participantes son jóvenes y además virtuosos.
¿Qué pudiera esperar el público de ellos? ¿Alguna figura o figuras de relieve internacional cuya presencia esté asegurada para el encuentro?
El público puede esperar ejecuciones de guitarra clásica del más alto nivel. Este año nos visita Ana Vidovic, de Croacia, una de las guitarristas de más renombre, que ha ganado numerosos premios y toca por todo el mundo. Petrit Çeku, de Kosovo, nos viene a Panamá después de ganar la prestigiosa "Parkening International Guitar Competition" que tiene un premio de treinta mil dólares. El chileno Christian Gálvez, virtuoso del bajo eléctrico que ha tocado con Luis Salinas, Ivan Lins y Laura Canoura, entre otros, interpretará su propio concierto junto a la Orquesta Sinfónica Nacional. Los jóvenes virtuosos Piotr Pakhomkin, de Rusia, y Max Zuckerman, de Estados Unidos, nos visitarán por segunda vez y serán los encargados de los conciertos en el interior. El joven Matthias Lang, de Alemania, doctor en Música por la Universidad de North Texas, interpretará junto a la orquesta el conocido "Concierto de Aranjuez". Es importante destacar la participación de tres jóvenes guitarristas panameños que han recibido clases de los invitados internacionales en varias ocasiones y que este año muestran su trabajo como profesionales de la guitarra. Ellos son Víctor Villarreal y Daniel Lemos (Dúo Vida) y Steven Campos, que aunque nació en Colombia se ha formado en Panamá.
A propósito, ¿usted qué percepción u opinión tiene sobre los avances del país en términos macroeconómicos versus el apoyo a la vida cultural?
Hay un desnivel abismal, y esto se comprueba de una vez si le preguntamos al panameño lo que lee y lo que escucha. Todos ganamos cuando los países apuestan por la cultura. Ninguno de nuestros dirigentes parece tomar en cuenta que la cultura de un país también se mide por lo que escucha. Que en el siglo XXI en Panamá no exista una emisora de música clásica 24 horas, es negarle al país la opción de educarse. Las emisoras actuales se saturan del reguetón de moda, las baladas cursis de mal gusto, los cantautores que han usado armonías del siglo XVIII toda la vida y siguen sin entenderlas, el pindín bullanguero de los toldos, la salsa repetitiva y el escandaloso. Panamá grita por sus emisoras de radio la ignorancia musical en la que vive. Así siguen las cosas en el famoso puente del mundo.
heavy metalAhora, la música clásica sigue algo distante del gusto de las grandes masas, por lo menos en Panamá.
¿Comparte ese criterio? ¿Por qué?
No solo la música clásica, también la literatura y las artes plásticas. En el interior es más desolador, todavía están descubriendo a Bach, Mozart y a Beethoven. O sea, hay unos 300 años de atraso. La educación musical de los estudiantes de Música y de algunos profesionales se quedó anclada en el siglo XIX. El año pasado murió Elliott Carter, y en Panamá muy pocos se enteraron porque no lo conocían. Cuando Pierre Boulez nos deje, habrá desaparecido uno de los músicos más importantes que han existido en toda la historia de la música. Sin embargo, cuántos conocen "El martillo sin maestro" o "Pli selon Pli". ¿Se ha preocupado alguien de que estas obras sean parte de las bibliotecas? ¿Cuántos profesionales de la música conocen el Ircam, que es donde se fragua la vanguardia musical de relevancia? No conocer a Gérard Grisey, Tristan Murail, Kaija Saariaho, Magnus Lindberg, Wolfgang Rihm, Mario Davidovsky, Brian Ferneyhough o Helmut Lachenmann es equivalente a no haber leído nada de lo que se ha publicado en literatura desde 1950 hasta nuestros días. Duele decirlo, pero el panameño común es prácticamente un analfabeto musical.
¿Qué motiva a una persona como usted con residencia y trabajo en otro país, a seguir empujando iniciativas culturales en un medio algo hostil como el panameño?
La seguridad de que con educación se puede cambiar todo, o casi todo.
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