¿Qué hicieron con mis tildes?
- Ariel Barría Alvarado
Un célebre fragmento de “La verbena de la paloma” enfrenta así a los personajes Susana y Julián: —“¿Dónde vas con mantón de manila? ¿Dónde vas con vestido chiné? —A lucirme y a ver la verbena, y a meterme en la cama después. —¿Y por qué no has venido conmigo, cuando tanto te lo supliqué? —Porque voy a gastarme en botica lo que me has hecho tú padecer.”
Algo similar dice un son cubano de los 50, cuya letra se atribuye a Ricardo Díaz Fresneda: “¿Dónde va, Domitila, dónde va? ¿Dónde va, con mantón de manila, dónde va?”.
Mientras tarareo tan interrogadoras letras, retomo el tema que nos ha ocupado a lo largo del mes de julio que hoy finaliza: ¿dónde van, con o sin el coqueto mantón de manila, las tildes de aquellas palabras que, a partir de la Ortografía dada a la luz por la Real Academia Española en 2010, dejaron de requerirla? ¿Y por qué para algunas personas su vacío es poderoso, tanto así que se niegan a abandonarlas y siguen colocándolas en la “o” entre cifras, en los demostrativos este, ese, aquel, o en aquellas palabras que alguna vez la tuvieron: guion, Sion, Ruan, truhan, y las formas verbales en pretérito fio, rio, fie?
¿Cómo saberlo? La norma dice que tales palabras se escriben hoy sin el acento ortográfico, y es improbable que otra vez vuelvan a acentuarse, aunque pese la nostalgia por ellas. Sin embargo, al mismo tiempo que uno encuentra usuarios que desearían seguir empleando las tildes en aquellas palabras hoy exoneradas de su empleo, siguen manifestándose dudas sobre el empleo de palabras comunes, como “por qué”, “porque”, “por que”. Repasemos lo que dice el Diccionario sobre los usos más comunes de estos términos:
La palabra “porqué”, a continuación de un artículo, es un sustantivo masculino, sinónimo de causa o razón. ¿Se le pone tilde? En este caso sí; pero aclaremos esto mediante un par de ejemplos: “Está muy enojado desde ayer, y nadie sabe el porqué”. “Debemos buscar el porqué de este mensaje”.
Dado que es un sustantivo, admite su uso en plural: “El cambio climático tiene sus porqués, originados en distintos sectores”.
Con carácter interrogativo o exclamativo empleamos “por qué”, separado y con tilde: “Tendrás que explicarme por qué te vestiste de esa manera”, “¿Por qué llegaste tan tarde?”, “¡Si vieras por qué ciudades tan hermosas andamos!”
Tratándose de una conjunción, se escribe pegado y sin tilde: “porque”. Ejemplo: “Solo porque eres mi mejor amiga te voy a contar esto”. Cuando se usa para responder a la pregunta “¿Por qué?”, también se escribe de esta manera: “¿Que por qué me quedé callado? Porque no sabía la respuesta”.
Otra palabra que genera dudas es “tal vez”, o su variante “talvez”; buenas noticias para los que tengan esa preocupación: el propio Diccionario de la Real Academia recoge la existencia de la duda, aunque favorece la primera forma. Si buscamos en el DRAE, encontraremos: “tal vez: quizá”. Sin embargo, en el Diccionario Panhispánico de Dudas se señala lo siguiente: “tal vez. ‘Quizá, acaso’: ‘Tal vez lo soñé’. En América se emplea ocasionalmente la grafía simple talvez, aún no asentada en la norma culta.”
Y, a propósito de los signos de admiración e interrogación, no debe olvidarse que estos tienen signos de apertura y de cierre, así que es incorrecto usarlos solo para cerrar, y también es de mal gusto duplicarlos, como si se tratara de un desfile.
Luego seguimos zurciendo la red de palabras. Que tengas un feliz domingo. Y que...
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