Una obra cuya autoridad emana de los hablantes panameños
- Redacción /
“Aunque el DEPA es descriptivo, no renuncié al aspecto normativo que todos percibimos o esperamos de un diccionario. Así, el lector encontrará, dentro de los artículos, las abreviaturas cult. (culto), pop. (popular), rur. (rural) y tabú (prohibida en el buen hablar).
La mágister Margarita Vásquez reflexiona diciendo que cuando se abraza un proyecto con pasión, el mismo se mete dentro de uno como si fuera un hijo. Eso explica el porqué en su faz se percibe -no importa desde qué ángulo se vea- una imagen de satisfacción. ¡Claro!, quién no se siente feliz ante la llegada de un hijo.
“¿Tú sabes cómo se siente una mamá ante la llegada del hijo? Pues así me siento... ¡muy feliz!”, dijo esta semana durante una entrevista con díaD.
Vásquez, quien es académica de número de la Academia Panameña de la Lengua, presentó el jueves el Diccionario del Español en Panamá, una obra de su autoría, a través de la cual, dice, intenta comenzar un inventario lexicográfico del español que se escucha y que se habla en nuestro país.
No se trata de un diccionario más, porque está estructurado de tal manera que quien lo lea creerá que está disfrutando de un cuento y se encontrará con locuciones tan panameñas como “hacerle la cama a alguien” o estar “en la cama de los perros”.
El nuevo Diccionario del Español en Panamáes, sobre todo, una obra cuya autoridad emana de los hablantes del español en Panamá, así que de ahora en adelante si no contamos con este libro en nuestra biblioteca “que Dios nos agarre confesados”. Por lo menos esa es la sensación que nos queda después de apreciar la manera cómo la profesora Margarita Vásquez describe el antes, el durante y el después de esta obra colosal e invaluable
Margarita Vásquez (MV): Me siento tentada a citar al gran Pablo Neruda, quien nos dice bellísimamente qué cosa no es “el” diccionario, para, después explicar lo que es: Diccionario, no eres tumba, sepulcro, féretro, túmulo, mausoleo, sino preservación, fuego escondido, plantación de rubíes, perpetuidad viviente de la esencia, granero del idioma.
El Diccionario del español en Panamá no es “el” diccionario, por supuesto, sino un intento de comenzar un inventario lexicográfico del español que se escucha y que se habla en Panamá.
MV:El proceso fue amable, feliz, lleno de alegría. Comencé por elaborar una sencilla planta del diccionario (lo que, en otras áreas, sería un diseño). Allí determiné la clase de diccionario, el orden alfabético, las clases de entradas, los tipos de lemas y el contenido de los artículos, sin olvidar que todo diccionario se levanta sobre dos bases: una gramatical y otra semántica.
MV:Este es un diccionario de autor (en mi caso, de autora), como también lo fueron los diccionarios de D. Baltasar Isaza Calderón y D. Ricardo Joaquín Alfaro, el de D. Ángel Revilla o el de D.ª Luisita Aguilera Patiño. Es decir, el DEPA no es un diccionario “institucional” porque no fue el proyecto de una institución. Pero si usted menciona la palabra “oficial”, debo decir que sí es “oficial” porque la autoridad de este diccionario emana de las palabras cuyo uso ha sido verificado entre los hablantes del español en Panamá. La empresa privada (específicamente TBWAPanamá y Pascual) apoyó este proyecto en lo económico, y gracias a estas dos empresas maravillosas ha salido el DEPA. Pero eso no quiere decir que el contenido del diccionario sea “privado” o “particular” (en oposición a “oficial”). Todo lo contrario. El diccionario incluye voces cultas, populares, rurales, tabúes y de diversos ámbitos de especialidad que corresponden al uso panameño. Algún día no muy lejano, la Academia Panameña de la Lengua enfrentará el reto de escribir, entre los académicos, un diccionario institucional. Todos los diccionarios mencionados anteriormente, incluido el DEPA, servirán de fuente de información.
MV:En el 2002, me di cuenta de que en el Diccionario de la Real Academia Española(DRAE) había muchas entradas que, aunque se usaran en Panamá, tenían solo la marca de otros países hispanoamericanos. Incluí las palabras y a estas entradas les sumé la marca Pa., que significa Panamá. Hay, también, aunque muy pocas, algunas voces del español general. Tal es el caso de la primera palabra del diccionario: “abacá”, que está en el DRAE. Le cuento qué pasó. Después de una búsqueda “maliciosa”, resultaba que la primera palabra del diccionario era “abaleado”, y yo no quería que esa palabra estuviera en tan insigne lugar. Entonces, recordé un precioso cuento del Dr. Ros-Zanet, que se llama La culebra, en el que el personaje, un indio, va a trabajar el “abacal”. Me dije: Esta tiene que ser la primera palabra para “matar la otra”, pero necesitaba incluir también el mentado “abacá”. Lea lo que significan las dos primeras palabras porque la definición es enciclopédica e incluye algo de nuestra historia. Por supuesto, hay muchas palabras que solamente llevan la marca Pa. Quiere decir que son panameñismos, hasta donde sé.
MV:No voy a decir qué palabra es, pero mi nieta, Claudia, de 9 años, me preguntó: -¿por qué incluiste esta palabra?, ¿ la puedo decir? - ¡No!, le dije, riéndome. –Fíjate que detrás de la definición dice: “tabú”: prohibido decirla en cualquier ocasión.
Aunque el DEPA es descriptivo, no renuncié al aspecto normativo que todos percibimos o esperamos de un diccionario. Así, el lector encontrará, dentro de los artículos, las abreviaturas cult. (culto), pop. (popular), rur. (rural) y tabú (prohibida en el buen hablar). También se señalan connotaciones: si se trata de un uso despectivo, si la palabra se usa como un eufemismo, si el uso es irónico o festivo, y mucho más. Tenemos, en cantidad apreciable, palabras que tienen un carácter festivo.
Lo otro nuevo son los ejemplos que logré obtener en los periódicos, en la literatura, en internet, que le añaden una riqueza extraordinaria al diccionario. Me han dicho que lo pueden leer como quien lee un cuento. ¡Claro!
Tiene de nuevo que han sido incluidas locuciones como estas: “irse algo por el camino viejo”, “hacerle la cama a alguien”, “coger cama”, “coger un mono” “coger una mona” o estar “en la cama de los perros”.
Y otra novedad es que se incluyen algunas frases proverbiales, como esta: “que Dios nos agarre confesados”.
MV:Por supuesto. Rogelio Sinán, Gil Blas Tejeira, Isis Tejeira, César Candanedo, Guillermo Sánchez Borbón, José Guillermo Ros-Zanet, Gloria Guardia, Berna de Burrel, Carlos Iván Zúñiga, Jorge Eduardo Ritter, Baltasar Isaza Calderón, Ricardo J. Alfaro, Arnoldo Higuero, Rodolfo De Gracia, Thomas Owens, Rosalina Orocú, Berna Calvit, Hermes Sucre, Julieta De Diego de Fábrega, Aristóloga, D. Humberto López Morales, a quien dediqué este trabajo, la Biblioteca Nacional, EPASA, La Prensa, La Estrella de Panamá, El Siglo, el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, la ACP, la Contraloría, mi familia adorada, mis amigos queridos, mis compañeros de trabajo, mis admirables alumnos. No me puedo quejar. Sin toda esta ayuda y la que no he podido mencionar, no hubiera nacido el DEPA.
MV:Este es un diccionario de uso. Pero, también es un diccionario enciclopédico y contrastivo, porque contrasta con el DRAE. Al modo contemporáneo, es un poco multiforme.
MV:Por el 2003, hice una investigación que se me quedó corta porque debo aplicar más encuestas, de “disponibilidad léxica” al panameño medio. Consistía en aplicar encuestas a estudiantes recién egresados de VI año, considerando que, en ese nivel, se ha logrado un nivel normal del léxico. La encuesta incluye 16 áreas temáticas: cuerpo humano, partes de la casa, utensilios, animales, etc. Los encuestados debían escribir todas las palabras que se les ocurrieran en cada área, en dos minutos. Allí obtuve información valiosa, y la fui corroborando en los diccionarios de panameñismos. A partir de allí fui sectorizando la realidad tras la búsqueda del léxico. Por supuesto, un lema me iba llevando de la mano a otras entradas, a las locuciones y proverbios. Acudí, después, a la pesca de “muestras” que verificaran el uso. ¡Qué gente la nuestra! ¡No pierde su estilo!
MV:Ningún diccionario es una obra completa ni acabada. De hecho, el Diccionario de la Real Academia se renueva, ahora, cada seis meses en internet; cada 10 años saldrá la versión correspondiente al período. Por lo tanto, tengo que seguir trabajando. Mi sueño es que la Academia Panameña decida realizar un trabajo institucional.
MV:Le hace falta muchísimo. La realidad es extraordinariamente inmensa, la cambiamos, la modernizamos, suceden cambios naturales, nos rodean nuevos frutos de la tierra; ahora, por ejemplo, vienen muchos de Colombia; se introducen nuevos alimentos procesados, por ejemplo, ahora hay arepas que se parecen a nuestras tortillas, y cada cosa de esa realidad tiene un nombre. Todo va cambiando. Olvidamos algunos nombres, inventamos otros. Nos ponemos a jugar nuevos deportes (¿triatlón?), solamente es posible acercarse al mundo de la botánica, de la piscicultura, de la fauna, con especialistas que conozcan los nombres científicos. En fin, es una tarea gigantesca. Lo que he hecho es preparar un bocadito para nuestro gusto y alegría común.
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