En centroamérica el sector apunta a un mayor desarrollo dotado de apoyo
Bajar costos de producción, un reto para los pescadores
La pesca artesanal e industrial, además de aportar divisas y contribuir a la producción de alimentos, genera un significativo número de empleos. A nivel regional se plantea la elaboración de un proyecto regional intersectorial, con la finalidad de buscar alternativas de impulso para el sector.
Datos
- 12 mil embarcaciones de tipo artesanal son las que se ubican actualmente.
- 36 mil a 40,000 pescadores artesanales son los que conforman el sector.
- 250 mil 524 puestos de trabajo aglutina toda la cadena de la pesca en la región, según FAO.
Contribución
- Entre las especies que más se capturan en Panamá están pargo, corvina, cherna, dorado, atún, cojinúa, sierra y ureles, según datos de la pesca artesanal.
- El consumo per cápita de los productos pesqueros en Panamá es uno de los más altos en la región. Datos de la Organización del Sector Pesquero y Acuícola del Istmo Centroamericano indican que en Panamá el consumo está por el orden de los 18 kilogramos, a nivel de la región es considerado bajo dentro de la mediana mundial.
- Entre las alternativas a desarrollar en la región están las de continuar el impulso de la acuicultura. En este sentido se ve la posibilidad de incursionar en otras especies fuera de las tradicionales, al cultivo de camarones y tilapias; estas otras alternativas entre los países de Centroamérica sería el cultivo de pulpos, róbalo y moluscos, para contribuir a la seguridad alimentaria.
El cambio climático, altos costos en los insumos para la producción como el precio del combustible y las malas prácticas de captura son los principales problemas que aquejan al sector pesquero y acuicultor, cuyo aporte en materia de divisas a nivel mundial asciende a los $60 mil millones por año.
Este sector, que según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dota de alimentos a unos tres mil millones de habitantes, es uno de los que más contribuye a la seguridad alimentaria; sin embargo, en la actualidad los factores antes mencionados son el dolor de cabeza no solo de pescadores artesanales e industriales de Panamá, sino también de la región centroamericana.
En Centroamérica se registró un volumen de producción pesquera acuícola entre el año 2000 al 2010, de 422,210 toneladas, con un promedio de 2,039 millones al año, destaca la FAO.
En Panamá
A nivel local, los datos de la Contraloría General de la República de Panamá señalan que de enero a septiembre la actividad pesquera siguió con buen ritmo, principalmente, por la mayor captura y exportación de camarones, así como la de algunas otras especies orientadas por la demanda del exterior.
En nueve meses el valor de las exportaciones de camarones, atún de aleta amarilla congelado, pescado fresco y filete de pescado sumaron los 59 millones 473 mil dólares, es decir 15 millones 783 mil dólares más que el mismo periodo de 2012.
La importancia que demanda el sector a nivel de Panamá y el resto de la región fue analizado por participantes de la pesca artesanal e industrial, donde organismos internacionales y autoridades de Gobierno llevaron a cabo un diálogo con la finalidad de formular y ejecutar un proyecto regional intersectorial. El objetivo final se centró en ejecutar propuestas en Centroamérica para buscar mecanismos y fortalecer el sector pesquero y acuícola centroamericano.
Armando Segura, presidente de la Organización Centroamericana de Empresarios de Pesca y Acuicultura, indicó que las afectaciones por las que atraviesa el sector no solo inciden en la región, sino también en todo el mundo.
Segura explicó que si bien es cierto las capturas en la pesca han registrado bajas, pues el clima provocó subidas en las temperaturas y el fenómeno de El Niño incidió en que las especies buscarán zonas más alejadas.
Pero por otro lado está el factor petróleo, pues abastecer un barco pesquero hoy día es muy costoso.
Los precios del combustible afectan directamente la producción y “los productores de la región no somos determinantes en materia de precios internacionales y vendemos a los mismos precios de referencia, pero nos cuesta más capturar, lo que significa que en muchas ocasiones el costo de producción está hasta un poco más arriba del precio de venta”, sostuvo Segura.
Costos
Un ejemplo claro en este punto son los problemas que atraviesan los pescadores artesanales de Panamá.
Gabino Acevedo, presidente de la Federación Nacional de Pescadores Artesanales de Panamá y de la Confederación Centroamericana de Pesca, explicó que se ha disminuido la captura de especies a nivel del istmo centroamericano.
Además, hay mucha presión por los altos costos de producción, lo que incide en que la actividad no sea tan rentable como en años anteriores.
La inversión que los pecadores necesitan hacer va directamente ligada ala forma que se efectúan las artes de pesca.
En el caso de los artesanales que realizan faenas de dos a tres días y con redes, la inversión solo en combustible puede estar entre 60 a 80 dólares. En el caso de una pesca de altura, como la palangrera, la inversión va mucho más allá, es decir entre los $2,500 a $3,500, ya que la labor es de hasta ocho días en el mar.
Sin embargo, los precios de venta de los productos siguen siendo bajos, pues añade Acevedo que por ejemplo en el puerto de Guararé la libra de corvina es comercializada en $1.25, mientras que el consumidor paga precios de hasta el doble en sitios de venta como el Mercado de Mariscos y los supermercados.
Acevedo apuntó que se sabe que los costos de transporte son altos, pero la especulación en los precios por parte de los intermediarios afecta el consumo y hace que ellos sean los mayores beneficiados.
El tercer factor que afecta la producción son las malas prácticas de pesca en diversas zonas de la región y que ponen en peligro el ciclo natural de reproducción de las especies.
Segura ejemplifica la situación con casos de países como Nicaragua, en el que hay pescadores que colocan bolsas en la bocana (desembocadura del río hacia la ribera del mar), este sitio es por donde salen los camarones juveniles hacia el mar, pero al colocar las bolsas se les obstruye el paso, provocando la merma de la especie.
Por hacer
Tanto Acevedo como Segura apuntan a que la región cuenta con alto potencial de desarrollo y que la acuicultura bien manejada es una nueva alternativa para la seguridad alimentaria.
El diálogo permanente con el Gobierno, evaluar el precio del combustible donde los integrantes del sector no paguen el impuesto por uso de carreteras y que se obtengan exoneraciones en las artes de pesca, ayudaría a solventar la situación actual, según Acevedo.
La vía es modernizar las pesquerías, dotando a los artesanales e industriales de técnicas para desarrollar un aprovechamiento más adecuado de los recursos, además de que el sector debe ser más competitivo y diversificar la oferta con otras especies de escamas no solo con las tradicionales.
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