Mundo de Negocios
El auge de los trabajadores invitados en Estados Unidos
El gobierno de Donald Trump está motivando a migrantes mexicanos no especializados para que vayan a Estados Unidos, legalmente.
- The Economist
- - Publicado: 31/1/2020 - 12:00 pm
Aunque las políticas de inmigración de Estados Unidos en este momento parecen estar dominadas por un deseo de sellar la frontera sur del país, el gobierno del presidente Donald Trump ha mostrado una tolerancia sorprendente hacia un tipo específico de migrantes. El número de personas que cruzan de manera legal y temporal —también conocidos como “trabajadores invitados”— en busca de empleos de bajo salario ha aumentado de manera drástica a lo largo de la última década.
El gobierno emitió 408.000 visas para trabajadores invitados en 2019, una cifra mayor a la de 103.000 en 2010. Este crecimiento comenzó mucho antes de que Trump llegara a la presidencia, pero ha vuelto a captar la atención a últimas fechas. Si entra en vigor un cambio regulatorio propuesto, los trabajadores invitados podrían convertirse en una fuente aún mayor de mano de obra para las industrias que ofrecen bajos salarios.
Parte de esta expansión se debe a la economía sólida de Estados Unidos. Hay trabajos disponibles para quien los quiera. El problema es que mucha gente no los quiere. En industrias como la agrícola, muchos empleadores dicen que no pueden encontrar trabajadores capaces o dispuestos a tomar trabajos que pagan poco.
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Los trabajadores invitados llenan este vacío. El programa ofrece dos tipos de visa. Los trabajadores estacionales del campo obtienen la H-2A. Estas se pueden emitir en cantidades ilimitadas, las cuales se triplicaron en el transcurso de una década. Los trabajadores de sectores distintos al agrícola obtienen la H-2B. Estas se limitan a 66.000 al año, pero el gobierno ha otorgado más visas H-2B cada año.
Para poder tramitar ambas visas, los empleadores deben comprobar que no pueden encontrar a ningún estadounidense que quiera ocupar la vacante. Una vez que el Departamento de Trabajo aprueba la solicitud, el empleador —por lo general un contratista— envía reclutadores a buscar trabajadores, casi siempre en México. Los empleadores se encargan de las solicitudes de empleo, la asignación de puestos, el transporte y la vivienda. Tienen derecho a negarse a renovar la visa de un empleado determinado. A diferencia de la mayoría de los inmigrantes con documentos, los trabajadores invitados no pagan Seguro Social, Medicare ni impuestos por desempleo, lo cual abarata su contratación.
Los empleadores dicen que el proceso es demasiado burocrático y costoso, aunque una vez que empiezan a contratar trabajadores invitados, rara vez se detienen. A los defensores de los trabajadores les preocupa que esta iniciativa pueda reducir los salarios y que se preste a la explotación, pues les confiere demasiado poder a los empleadores. Además, Estados Unidos tiene un historial deficiente en cuanto a los trabajadores invitados. Entre 1942 y 1964, el país firmó 4,6 millones de contratos agrícolas, sobre todo con mexicanos, como parte del programa Bracero. Sin embargo, el hombre que lo administró durante los gobiernos de Kennedy y Johnson después arremetió en su contra, tachándolo de “esclavitud legalizada”.
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El tema sigue siendo delicado. Pero ha habido señales de progreso. En diciembre, fue aprobada en la Cámara de Representantes una propuesta de ley moderada con apoyo de ambos partidos; ha sido el primer proyecto de reforma laboral agrícola que se aprueba en más de tres décadas.
Esta propuesta codificaría un cambio regulatorio que propuso el Departamento de Trabajo este verano, el cual facilitaría el proceso de solicitud de visas, a fin de atender las inquietudes de algunos empleadores y posiblemente expandir el programa. También ofrecería una manera de obtener estatus legal a miles de inmigrantes no autorizados. Aquellos que hayan trabajado en el sector agrícola durante al menos 180 días en los últimos dos años podrían solicitar el estatus de “trabajador agrícola certificado”. Aquellos que hayan trabajado durante más tiempo, a la larga, podrían solicitar una green card.
El destino del proyecto de ley es más incierto en el Senado, controlado por los republicanos. El programa de trabajadores invitados dista mucho de ser perfecto. Sin embargo, una política que fomenta la migración legal de trabajadores no especializados y satisface los intereses tanto de los negocios como de los trabajadores sin duda debe considerarse.
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