“Hay que incitar las ganas de ser constantes”
- Jessica Tasón Ortega
Indira Veitía - Gerente General de Odin Energy Corporation
1 Constancia. Es la firmeza y perseverancia en las resoluciones, en las acciones; una actitud o ánimo respecto a un propósito es dedicación y firmeza en las actitudes y las ideas, o en la realización de las cosas.
Por tanto es necesario incitar esas ganas de ser constantes, de arriesgarnos y de replantearnos lo que es importante para nosotros mismos, con el conocimiento que tenemos que esforzarnos a diario, tal vez hasta llegar a ser tercos, pues es probable que en el primer intento no logremos nuestros objetivos. Todo es constancia y actitud, ya que “Roma no se hizo en un día”; la sabiduría de ser constantes nos dará el valor de alcanzar los objetivos trazados, aun si el camino es difícil, desistir es muy fácil, y si lo hacemos nunca sabremos si hubiéramos alcanzado nuestros objetivos.
2 Lealtad. Hacer aquello con lo que uno se ha comprometido aun entre circunstancias cambiantes. La lealtad es una virtud que desarrolla nuestra conciencia. Ella nos conduce profundamente hacia una situación, a través de ésta, y hacia la salida del otro lado, emergiendo como una persona más evolucionada.
La lealtad es un corresponder, una obligación que se tiene con los demás. Es un compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos.
Sin embargo, la lealtad implica un compromiso que va más hondo: es el estar con un amigo en las buenas y en las malas; es el trabajar no solo porque nos pagan, sino porque tenemos un compromiso más profundo con la empresa en donde trabajamos, y con la sociedad misma.
3 Flexibilidad. La flexibilidad es la capacidad de adaptarse rápidamente a las circunstancias, para lograr una mejor convivencia y entendimiento con los demás, rectificando oportunamente nuestras actitudes y puntos de vista para lograr una mejor convivencia y entendimiento con todos.
En ocasiones se ha entendido a la flexibilidad como un “ceder” siempre para evitar conflictos; ser flexibles no significa dejarse llevar y ser condescendientes con todo y con todos. El aprender a escuchar y a observar con atención todo lo que ocurre a nuestro alrededor, constituye el punto de partida para tomar lo mejor de cada circunstancia.
4 Objetivos Rara vez se llegará al éxito si se cree que solo depende de esperar tu gran día de suerte o que alguien te sacuda una varita mágica en la cabeza para que pase, o peor aún, que algún día ganaras la lotería sin siquiera jugarla. Los éxitos no llegan sin que el esfuerzo y el planeamiento estén involucrados.
Muchas veces arrancamos proyectos esperando “que nos vaya lo mejor posible”, no está mal y siempre es bueno tener ese tipo de pensamientos positivos. Pero si lo que perseguimos no podemos dividirlo en pasos específicos y medibles, es más difícil alcanzar lo que no podemos ni definir.
5 Proactividad En un contexto laboral tan cambiante como el actual, el comportamiento individual juega un papel decisivo en el éxito profesional. Sentarse y esperar a que los demás hagan que sucedan cosas es el comportamiento típico de las personas reactivas. Estas personas suelen comportarse como un avestruz -escondiendo la cabeza bajo tierra- o como un bombero -esperando que se declare el fuego para combatirlo. En cambio, la persona proactiva se levanta cada mañana dispuesta a hacer que pasen cosas, a crear oportunidades y a encontrar nuevas soluciones.
Al margen de lo que pase a mi alrededor, yo decido cómo quiero reaccionar ante esos estímulos y centro mis esfuerzos en mi círculo de influencia; es decir, me dedico a aquellas cosas con respecto a las cuales puedo hacer algo.
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