Importante proyecto hotelero se venderá en la bolsa
Publicado 1999/06/03 23:00:00
- El Gitano
El más importante proyecto de turismo ecológico, anunció ayer su salida al mercado bursátil panameño, convirtiéndose en el primer hotel que busca el financiamiento público en la ciudad de Panamá. Su nombre: Gamboa Tropical Rainforest Resort. Su ubicación: las riberas del río Chagres, parte en el Parque Nacional Soberanía, parte en la cuenca del Canal. Su meta: erigirse como el principal complejo hotelero, dedicado primordialmente a la ecología.
El ingeniero Herman Bern, uno de los líderes de la industria de la construcción y animador fundamental del proyecto, engarza otra joya a la corona hotelera que ya deslumbra con el Hotel Miramar, enclavado en las orillas del Pacífico y la Avenida Balboa. Bern y su equipo de colaboradores invitó a los agentes de bolsa de la Federación Interamericana para el Desarrollo de Capitales (FIDEMEC) a un almuerzo en uno de los salones del Miramar, para presentar el proyecto.
La acción del Gamboa Tropical Rainforest Resort se cotizó a B/.12 cuando el proyecto estaba en planos. No se sabe a cuánto ascenderá cuando en agosto próximo se inaugure la primera etapa de la marina y el restaurant de la marina. El proyecto tiene un costo de 25 millones y parte se cubrirá por la venta de acciones y bonos turísticos en la Bolsa de Valores de Panamá. Según se dijo, los promotores retienen el 51 por ciento y el resto se colocará a la venta públicamente. La inversión en bonos o en acciones pueden deducirse en un 50 por ciento como gastos en el impuesto a la renta, como establece la ley de incentivos turísticos, según confirmó César Tribaldos, gerente del IPAT.
Franz García de Paredes, uno de los gerentes del grupo, lució comprensiblemente optimista al exponer el proyecto a los agentes de bolsa, con auxilio de filminas.
Un Resort 5 Estrellas, el Gamboa tendrá 100 habitaciones lujosas, donde, según aseguran los brochures propagandísticos, "la calidad, aventura, seguridad y conciencia ambiental serán los pilares de nuestro servicio". Pero además del Resort 5 Estrellas, los turistas contarán con 26 villas tropicales de una y dos recámaras para otras cien personas.
Una habitación en el Resort principal costará US$3OO y con gastos de servicios turísticos y alimentación podría llegar a US$5OO. Los precios buscan la competitividad con los hoteles similares de Costa Rica, México y el Caribe, que nos llevan un trecho largo en experiencia de turismo ecológico.
Bern se esforzó en aclararle a los agentes de bolsa que no busca la clientela de los jugadores de golf que se atornillan en el bar a la caída del sol. Su mira son los "watchbirds", los observadores de pájaros de asociaciones norteamericanas y europeas que peinan el planeta buscando rarezas ornitológicas, a cualquier precio. Considerando que el bosque de Gamboa es una reserva extraordinaria de flora y fauna de 260 hectáreas de extensión, allí encontrarán un paraíso los amantes de la naturaleza en general. Senderos misteriosos en el bosque tropical con guías indígenas. Safari de cocodrilos. Teleférico de un kilómetro del dosel de bosque tropical que viaja a través del bosque primario a la altura de los árboles más elevados. Vivero de mariposas. Jardín medicinal y etnobotánico. Réplica de una aldea indígena donde se admirará el estilo de vida primitiva de los emberá, que trabajan en el proyecto global. Excursiones en el río Chagres. Huertos de frutas tropicales y de plantas comestibles. Y, de remate, un paseo a través del tiempo por el Camino de Cruces, histórico sendero por el cual se trasladaron a España las riquezas mitológicas del imperio de los incas en el siglo XVI.
Los turistas llegarán a Gamboa directamente del Aeropuerto de Tocumen en vehículos del
hotel, en un viaje de 45 minutos de duración, o si lo prefieren se alojan un día en el Miramar y el Holiday Inn en construcción. Pero los panameños, desde grupos familiares hasta estudiantes, también podrán conocer este audaz complejo hotelero concebido, como repitió Herman Bern a los agentes de bolsa, como un programa de educación integrada.
El ingeniero Herman Bern, uno de los líderes de la industria de la construcción y animador fundamental del proyecto, engarza otra joya a la corona hotelera que ya deslumbra con el Hotel Miramar, enclavado en las orillas del Pacífico y la Avenida Balboa. Bern y su equipo de colaboradores invitó a los agentes de bolsa de la Federación Interamericana para el Desarrollo de Capitales (FIDEMEC) a un almuerzo en uno de los salones del Miramar, para presentar el proyecto.
La acción del Gamboa Tropical Rainforest Resort se cotizó a B/.12 cuando el proyecto estaba en planos. No se sabe a cuánto ascenderá cuando en agosto próximo se inaugure la primera etapa de la marina y el restaurant de la marina. El proyecto tiene un costo de 25 millones y parte se cubrirá por la venta de acciones y bonos turísticos en la Bolsa de Valores de Panamá. Según se dijo, los promotores retienen el 51 por ciento y el resto se colocará a la venta públicamente. La inversión en bonos o en acciones pueden deducirse en un 50 por ciento como gastos en el impuesto a la renta, como establece la ley de incentivos turísticos, según confirmó César Tribaldos, gerente del IPAT.
Franz García de Paredes, uno de los gerentes del grupo, lució comprensiblemente optimista al exponer el proyecto a los agentes de bolsa, con auxilio de filminas.
Un Resort 5 Estrellas, el Gamboa tendrá 100 habitaciones lujosas, donde, según aseguran los brochures propagandísticos, "la calidad, aventura, seguridad y conciencia ambiental serán los pilares de nuestro servicio". Pero además del Resort 5 Estrellas, los turistas contarán con 26 villas tropicales de una y dos recámaras para otras cien personas.
Una habitación en el Resort principal costará US$3OO y con gastos de servicios turísticos y alimentación podría llegar a US$5OO. Los precios buscan la competitividad con los hoteles similares de Costa Rica, México y el Caribe, que nos llevan un trecho largo en experiencia de turismo ecológico.
Bern se esforzó en aclararle a los agentes de bolsa que no busca la clientela de los jugadores de golf que se atornillan en el bar a la caída del sol. Su mira son los "watchbirds", los observadores de pájaros de asociaciones norteamericanas y europeas que peinan el planeta buscando rarezas ornitológicas, a cualquier precio. Considerando que el bosque de Gamboa es una reserva extraordinaria de flora y fauna de 260 hectáreas de extensión, allí encontrarán un paraíso los amantes de la naturaleza en general. Senderos misteriosos en el bosque tropical con guías indígenas. Safari de cocodrilos. Teleférico de un kilómetro del dosel de bosque tropical que viaja a través del bosque primario a la altura de los árboles más elevados. Vivero de mariposas. Jardín medicinal y etnobotánico. Réplica de una aldea indígena donde se admirará el estilo de vida primitiva de los emberá, que trabajan en el proyecto global. Excursiones en el río Chagres. Huertos de frutas tropicales y de plantas comestibles. Y, de remate, un paseo a través del tiempo por el Camino de Cruces, histórico sendero por el cual se trasladaron a España las riquezas mitológicas del imperio de los incas en el siglo XVI.
Los turistas llegarán a Gamboa directamente del Aeropuerto de Tocumen en vehículos del
hotel, en un viaje de 45 minutos de duración, o si lo prefieren se alojan un día en el Miramar y el Holiday Inn en construcción. Pero los panameños, desde grupos familiares hasta estudiantes, también podrán conocer este audaz complejo hotelero concebido, como repitió Herman Bern a los agentes de bolsa, como un programa de educación integrada.
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