La pesca, otra actividad productiva que agoniza
- Redacción/@PanamaAmerica
La compra de islas y prohibición de la actividad en las proximidades está impactando cada vez más al sector con una baja de 60% en la producción.

La caída de las exportaciones de productos del mar de más de dos millones de dólares en los primeros cuatro meses de este año refleja la crisis del sector pesquero, que impacta principalmente a los pescadores artesanales, quienes hay días en los que no cubren ni los gastos de la actividad.
Los expertos consideran que las nuevas restricciones de áreas, la tala en los manglares, la falta de apoyo por parte del Gobierno y el cambio climático son los factores que atentan contra la pesca en el país, una actividad que, según la Federación Nacional de Pesca (Fenapesca), ha aportado históricamente a la economía unos $1,800 millones anuales.
El reflejo de la situación interna son las exportaciones que sumaron 30 millones 373 mil dólares en el primer cuatrimestre de 2017, un monto inferior a los 33 millones 299 mil dólares que logró la actividad en el mismo periodo del año pasado.
La problemática es tal que el vicepresidente de la Fenapesca, Ernesto Vargas, asegura que los pescadores artesanales hay días que ni siquiera cubren sus gastos y consideran una jornada buena cuando por lo menos obtienen 20 dólares, a pesar de las pérdidas en fechas anteriores.
Bolívar Martínez, vocal de Fenapesca, denuncia que actualmente muchos pescadores están afectados, porque de la noche a la mañana y sin consulta previa, se están señalando como áreas protegidas, prohibidas para pescar, sitios de gran interés para los pescadores, por lo que se ven obligados desplazarse a zonas ya saturadas por la actividad.
“Se trata de áreas cercanas a las islas, pero como está de moda vender las islas, quienes las compran no quieren pescadores cercas, así que Mar Viva clasifica el sitio como zona protegida”, denunció Martínez.
El pescador cita otro ejemplo, La Barqueta de Chiriquí, un manglar que se ha convertido en un balneario, por lo que los pescadores no pueden acercarse y se han tenido que retirar hacia lugares con menos potencial pesquero.
Son razones por las que la pesca ha bajado en un 60%; antes había pescadores que alcanzaban obtener en un día un quintal de productos del mar, pero hoy suman entre 40 y 60 libras, de acuerdo con las estimaciones del gremio.
Otro obstáculo para la pesca es la tala de árboles en los manglares que realizan los inversionistas, a lo que no solo se refiere Martínez, sino otros pescadores como Gabriel Caballero, de Puerto Caimito, quien destaca que las construcciones están acabando con los manglares.
Caballero agrega que esto afecta también a los pescadores de esta zona que antes lograban 30 o 40 dólares diario, pero ahora no, la venta de pescado está lenta y no hay muchas plantas exportadoras, por lo que la calidad de vida es menor.
Por esta razón, Vargas considera que el sector está abandonado y aunque los préstamos para el sector tienen una tasa de interés de 2%, se les pide garantías que no tienen, porque muchos hasta residen en viviendas alquiladas.
Actualmente, los pescadores discuten con la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá y MiAmbiente, un borrador para modificar la Ley 17 que regula la pesca, iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
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