Algunas están rodeadas por portales y edificios con una majestuosa arquitectura
Las plazas en Madrid, piezas representativas
- Flor Lizondro/Colaboración (@PanamaAmerica)
Uno de los mayores atractivos es la plaza Mayor, situada en el corazón de Madrid, a pocos metros de la Puerta del Sol y del Palacio Real. Además puede visitar el museo arqueológico, donde podrá conocer un poco más de la historia de la ciudad.


Al viajar a Madrid no puede dejar de visitar las diferentes, atractivas y legendarias plazas que por sí solas invitan a una aventura, a través de la historia de esta majestuosa ciudad.
La Puerta del Sol es una de las más famosas y en ella se pueden encontrar algunos de los puntos y edificios más significativos de la capital.
Su construcción se realizó en varias etapas; comenzó con la construcción de la Casa de Correos a mediados del siglo XVIII, y un siglo más tarde, entre 1857 y 1862, tomó su forma definitiva, gracias a los arquitectos Lucio del Valle, Juan Rivera y José Morer. Ya en el siglo XX se añadieron los jardines, la fuente y se incrementó la zona peatonal.
Otro interesante lugar es la plaza Mayor, está situada en el corazón de Madrid a pocos metros de la Puerta del Sol y del Palacio Real. La plaza mide 129 metros de largo por 94 metros de ancho y está rodeada por soportales y edificios de tres plantas.
En la construcción de la plaza intervinieron varios arquitectos, entre los que destacan Juan de Herrera y Juan Gómez de Mora, ya que fueron los verdaderos creadores. Con el paso del tiempo y los distintos incendios sufridos, la plaza Mayor ha sido reconstruida y reformada en varias ocasiones.
En el siglo XV, la plaza Mayor recibía el nombre de Plaza del Arrabal, posteriormente la plaza Mayor ha adoptado otros nombres como: Plaza de la Constitución, Plaza Real y Plaza de la República. El nombre actual se conserva desde finales de la Guerra Civil.
Para finalizar este paseo lleno de historias y anécdotas qué mejor que cerrar con broche de oro visitando uno de los museos más importantes de la ciudad.
De esta manera podríamos conocer un poco más sobre la historia madrileña, y nos dirigimos al museo arqueológico, el cual se fundó en 1867 por decreto de la reina Isabel II, y que una vez entras al recinto haces un recorrido que va desde las cuevas de Altamira, de las que existe una reproducción, pasando por los íberos y egipcios, llegando hasta el Renacimiento y tocando por encima artes decorativas que se remontan al siglo XIX.
En este recinto reposan obras de arte de prácticamente todas las culturas que han habitado en este territorio y se considera una de las mayores recopilaciones arqueológicas de la humanidad.
No cabe duda de que visitar un museo es una experiencia inolvidable, aunque a veces no es valorado por las personas, por lo que es importante inculcar esta práctica.
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