Pepitas de marañón pueden generar millones de dólares
Publicado 1999/05/16 23:00:00
- Ricardo González J.
Todo el que haya tenido la oportunidad de viajar a nuestra campiña, probablemete habrá notado la presencia de cientos y cientos de árboles de marañón, fruta aromática y carnosa que por su abundancia, es prácticamente silvestre.
En Panamá además de una refrescante chicha, el consumo ocasional de la semilla, mejor conocida como pepita y la elaboración casera de mermeladas, el marañón no tiene prácticamente otro provecho. Sin embargo en países como Brasil y la India los cultivos de esta fruta generan anualmente millones de dólares en exportaciones.
La parte más apreciada del marañón es la semilla, por su valor industrial, la cual después de ser procesada constituye un excelente bocadillo, cuyo precio por lata oscila entre los cinco y veinte dólares.
El marañón no siempre pasó inadvertido y su abundancia y las buenas perspectivas económicas motivaron que una empresa de origen asiático llamada Pekin Fruit Company, que se ubicó en Antón, intentara hace un año iniciar la exportación de pepitas hacia el mercado de Estados Unidos. No obstante, a los pocos meses cerró sus puertas, sobre todo por la poca motivación de los agricultores locales que no veían la venta de las semillas como un negocio atractivo.
Según Nelson Gratacós, encargado de la promoción de cultivos no tradicionales del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), la Pekin Fruit Company logró realizar una exportación de 400 quintales.
Sin embargo el bajo precio que pagaba por las pepitas -ofrecía entre 10 y 15 dólares por quintal- desanimó a los productores, que tenían que recolectar unas 6,500 semillas para completar un quintal, por lo que el cultivo de la fruta a escala semi industrial tuvo como destino final, el fracaso.
Gratacós explicó que el éxito de Brasil y la India en la exportación de semillas de marañón se debe a que las propias empresas son dueñas de las plantaciones, a diferencia de Panamá, donde eran propiedad de agricultores independientes, quienes luego vendían el producto a la compañía procesadora.
Así mismo estas naciones tienen miles y miles de hectáreas sembradas y la fruta se utiliza en su totalidad, en la elaboración de aceites, mantequilla y vinagre, cosa que no sucedía en nuestro país, "donde sólo se vendían las pepitas" y el resto se desechaba.
De acuerdo a Gatacós el interés del MIDA en incentivar la siembra del marañón era notable y se llegó a preparar un borrador de un convenio que regiría las relaciones entre el ministerio, los productores y la Pekin Fruit Company, pero cuando la compañía cerró sus puertas el mismo se convirtiera en "letra muerta".
El funcionario indicó que a pesar del fracaso de la empresa asiática, entre los rubros no tradicionales, el MIDA tiene al marañón entre los de mayor prioridad y solamente se está a la espera de que se presente una empresa que esté interesada en comprarlo en grandes cantidades y que ofrezca buenos precios a los agricultores, para fomentar la industria en todo el país.
Agregó que por el momento, y sobre todo debido a su gran abundancia -existen cerca de 10 mil hectáreas diseminadas por todo el país- las "pepitas de marañón" son procesadas a baja escala por pequeñas industrias de tipo casero, que se dedican a vender el producto a nivel local.
Destacó que la semilla del marañón es superior al maní y a muchos otros tipos de nueces, debido a que posee una menor cantidad de grasa. Asimismo es casi silvestre y se adapta a suelos muy pobres.
Actualmente los mayores productores de marañón son la India, Mozambique, Angola y Brasil, en este último país, donde se le conoce con el nombre de "cajou" las exportaciones alcanzaron en 1998 un valor FOB de 136 millones de dólares, algo menos que en 1997, cuando se situaron en 156 millones de dólares, sin embargo esto se debió más que nada a los efectos del fenómeno de El Niño.
Según Gatacós, el MIDA solicitó asesoramiento a los brasileños y se hicieron los contactos para que una delegación visitara una de las empresas exportadoras, pero unas semanas después, los suramericanos informaron que los directivos de la compañía "se reservarían sus métodos de producción y procesamiento", por lo tanto no fue posible realizar el viaje.
A pesar de que crece a lo largo de todo el país, el marañón, cuyo nombre científico es anacardium occidentale, tiene un mejor desarrollo en el arco seco que comprende las provincias de Panamá, Coclé, Herrera y Los Santos, por tener una estación seca definida que favorece la cosecha. De acuerdo a las estadísticas unos 100 árboles de marañón producen cerca de 1,000 kilogramos de semillas.
La mayoría de las especies de esta fruta son originarias del Noreste de Brasil, donde ya se recolectaba a la llegada de los europepos a mediados del siglo XVI.
Su cultivo se expandió después por el norte de América del Sur, Antillas y América Central y los portugueses la llevaron a Africa Occidental e India.
Los expertos señalan que la el cultivo del marañón a nivel industrial ofrece grandes perspectivas, ya que ayuda a la diversificación de la producción, a la solución de los problemas de la balanza de pagos, se pueden utilizar tierras de uso marginal, que no tienen otra forma de obtener alta rentabilidad y se ven favorecidos pequeños agricultores.
Actualmente los principales mercados de las "pepitas de marañón son Estados Unidos, y Europa, sobre todo España, Rusia e Inglaterra.
En Panamá además de una refrescante chicha, el consumo ocasional de la semilla, mejor conocida como pepita y la elaboración casera de mermeladas, el marañón no tiene prácticamente otro provecho. Sin embargo en países como Brasil y la India los cultivos de esta fruta generan anualmente millones de dólares en exportaciones.
La parte más apreciada del marañón es la semilla, por su valor industrial, la cual después de ser procesada constituye un excelente bocadillo, cuyo precio por lata oscila entre los cinco y veinte dólares.
El marañón no siempre pasó inadvertido y su abundancia y las buenas perspectivas económicas motivaron que una empresa de origen asiático llamada Pekin Fruit Company, que se ubicó en Antón, intentara hace un año iniciar la exportación de pepitas hacia el mercado de Estados Unidos. No obstante, a los pocos meses cerró sus puertas, sobre todo por la poca motivación de los agricultores locales que no veían la venta de las semillas como un negocio atractivo.
Según Nelson Gratacós, encargado de la promoción de cultivos no tradicionales del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), la Pekin Fruit Company logró realizar una exportación de 400 quintales.
Sin embargo el bajo precio que pagaba por las pepitas -ofrecía entre 10 y 15 dólares por quintal- desanimó a los productores, que tenían que recolectar unas 6,500 semillas para completar un quintal, por lo que el cultivo de la fruta a escala semi industrial tuvo como destino final, el fracaso.
Gratacós explicó que el éxito de Brasil y la India en la exportación de semillas de marañón se debe a que las propias empresas son dueñas de las plantaciones, a diferencia de Panamá, donde eran propiedad de agricultores independientes, quienes luego vendían el producto a la compañía procesadora.
Así mismo estas naciones tienen miles y miles de hectáreas sembradas y la fruta se utiliza en su totalidad, en la elaboración de aceites, mantequilla y vinagre, cosa que no sucedía en nuestro país, "donde sólo se vendían las pepitas" y el resto se desechaba.
De acuerdo a Gatacós el interés del MIDA en incentivar la siembra del marañón era notable y se llegó a preparar un borrador de un convenio que regiría las relaciones entre el ministerio, los productores y la Pekin Fruit Company, pero cuando la compañía cerró sus puertas el mismo se convirtiera en "letra muerta".
El funcionario indicó que a pesar del fracaso de la empresa asiática, entre los rubros no tradicionales, el MIDA tiene al marañón entre los de mayor prioridad y solamente se está a la espera de que se presente una empresa que esté interesada en comprarlo en grandes cantidades y que ofrezca buenos precios a los agricultores, para fomentar la industria en todo el país.
Agregó que por el momento, y sobre todo debido a su gran abundancia -existen cerca de 10 mil hectáreas diseminadas por todo el país- las "pepitas de marañón" son procesadas a baja escala por pequeñas industrias de tipo casero, que se dedican a vender el producto a nivel local.
Destacó que la semilla del marañón es superior al maní y a muchos otros tipos de nueces, debido a que posee una menor cantidad de grasa. Asimismo es casi silvestre y se adapta a suelos muy pobres.
Actualmente los mayores productores de marañón son la India, Mozambique, Angola y Brasil, en este último país, donde se le conoce con el nombre de "cajou" las exportaciones alcanzaron en 1998 un valor FOB de 136 millones de dólares, algo menos que en 1997, cuando se situaron en 156 millones de dólares, sin embargo esto se debió más que nada a los efectos del fenómeno de El Niño.
Según Gatacós, el MIDA solicitó asesoramiento a los brasileños y se hicieron los contactos para que una delegación visitara una de las empresas exportadoras, pero unas semanas después, los suramericanos informaron que los directivos de la compañía "se reservarían sus métodos de producción y procesamiento", por lo tanto no fue posible realizar el viaje.
A pesar de que crece a lo largo de todo el país, el marañón, cuyo nombre científico es anacardium occidentale, tiene un mejor desarrollo en el arco seco que comprende las provincias de Panamá, Coclé, Herrera y Los Santos, por tener una estación seca definida que favorece la cosecha. De acuerdo a las estadísticas unos 100 árboles de marañón producen cerca de 1,000 kilogramos de semillas.
La mayoría de las especies de esta fruta son originarias del Noreste de Brasil, donde ya se recolectaba a la llegada de los europepos a mediados del siglo XVI.
Su cultivo se expandió después por el norte de América del Sur, Antillas y América Central y los portugueses la llevaron a Africa Occidental e India.
Los expertos señalan que la el cultivo del marañón a nivel industrial ofrece grandes perspectivas, ya que ayuda a la diversificación de la producción, a la solución de los problemas de la balanza de pagos, se pueden utilizar tierras de uso marginal, que no tienen otra forma de obtener alta rentabilidad y se ven favorecidos pequeños agricultores.
Actualmente los principales mercados de las "pepitas de marañón son Estados Unidos, y Europa, sobre todo España, Rusia e Inglaterra.
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