Publicidad 'online', un nuevo riesgo para los inversionistas

A la par de la tecnología también han nacido una serie de mecanismos para burlar incluso los sistemas más blindados, y la industria de la publicidad es uno de esos sectores en los que a diario los empresarios pueden estar siendo afectados.

Hoy día en Panamá 8 personas de cada 100 tienen acceso a internet por contrato pagado, es decir, un total de 320 mil habitantes, mientras que 870 mil usuarios usan el servicio gratuito Internet Para Todos, según cifras de la Autoridad Nacional de Servicios Públicos (Asep) y la Red Nacional de Internet, lo que significa que en la red hay un público de alrededor de 1 millón 190 mil personas, una cifra llamativa para los empresarios, que consideran el internet un método de publicidad económica.

A raíz de esto, en el Istmo los empresarios podrían estar invirtiendo incluso 12 mil dólares al año en publicidad en internet y los respectivos encargados de gestionarla, por lo que las pérdidas ante un mal funcionamiento de estos sistemas serían significativas.

Según un estudio realizado por la consultora de consumidores Nielsen, la publicidad en internet, móviles y "apps" ha crecido un 32.4%, pero sigue representando solamente un 4.5% del gasto total en publicidad en el mundo, una cifra muy reducida si tenemos en cuenta que la televisión se queda con un 57.6% de la publicidad total, a pesar de mostrar un crecimiento de tan solo el 4.3%.

Esta realidad no es diferente en Panamá, donde la publicista Katherine Guerra explicó que la publicidad alternativa como la de los medios sociales en internet, aunque sigue siendo menor que la tradicional, ha cobrado mucha fuerza ocupando un aproximado del 5% del mercado.

Sin embargo, los medios de publicidad alternativos que van cobrando fuerza representan un alto riesgo para los inversionistas, ya que la manera de medirnos no es tan exacta como la de los tradicionales, además de que hay una serie de mecanismos para vulnerar las estadísticas de sus resultados.

Sassha Fuenmayor, experta en redes sociales, explicó que por ejemplo la publicidad a través de redes sociales como Facebook se paga por clics, esto quiere decir que el cliente invierte unos 20 dólares en publicidad, y si cada clic cuesta 1 dólar, quiere decir que cuando 20 personas entren en su publicidad se le acabarán los créditos.

Hoy día hay varias maneras de hacer publicidad en internet, y son las más comunes las que implementan las redes sociales y la publicidad en los sitios web, sin embargo, estas son las que hacen que los clientes sean más vulnerables a las estafas, ya que la mayoría de ellas funcionan con el sistema de descuento de crédito por clic.

Pero qué pasa cuando los clics no son hechos por humanos, sino por una computadora que jamás será un cliente potencial.

Portales web como playmyplanet.com, entre otros, se dedican actualmente a la venta de clics reales, los cuales pueden ser comprados por los (encargados de las redes sociales) para hacer ver a sus clientes que la publicidad está llegando a la meta, sin embargo, estos clics provienen de programas para dar clics masivos.

El estudioso de las comunicaciones y presentador Dereck Muller también ha expresado la posibilidad de que sea el mismo Facebook el que compre los falsos, puesto que a más o clics falsos, más dinero se le ira descontando de sus créditos al empresario y más dinero debería invertir.

Sin embargo, hay una seria de recomendaciones que los propietarios de los comercios pueden seguir para lograr distinguirlos.

En el caso de Twitter, Facebook e Instagram, se pueden comprar seguidores y pero no se pueden comprar comentarios, por lo que si el empresario puede revisar si la cantidad de comentarios obtenidos es coherente con la cantidad de usuarios que ahora lo siguen. Si la diferencia entre ambas cifras es abismal, lo más probable es que sean usuarios ficticios.

No obstante, en cuanto a los clics en las publicidades, aseguró que es bastante difícil, puesto que no hay muchas herramientas que permitan detectar quiénes entran a un portal, aunque sí se puede determinar la ubicación del usuario, por lo que si esta responde a un país lejano, también podría tomarse como una sospecha de engaño.