Se enfrentan los dueños del "Pollo Campero"
Publicado 2003/01/27 00:00:00
- José Vásquez
La saga de esta familia parece sacada de una telenovela. Los personajes son los Gutiérrez de Guatemala, uno de los clanes más ricos y poderosos de América Central, mejor conocidos por Pollo Campero, una cadena de restaurantes enormemente popular que tiene casi 200 en Estados Unidos, incluyendo la Florida. Pero tras el simpático logo de la empresa hay una agria disputa entre el viejo patriarca de la familia y sus dos sobrinos.
Tras un fondo de mansiones palaciegas y lujosos yates en el sur de la Florida, el argumento comprende espionaje, grabaciones secretas, amenazas anónimas, disputas por documentos financieros y una costosa guerra de propaganda. Además hay alegaciones de trampas financieras: millones de dólares trasladados a ultramar en aviones privados, compañías pantalla en islas del Caribe y un enorme fraude tributario.
Los personajes de este drama de millonarios que se está representando en los tribunales de Miami y Guatemala son: o El tío, Juan Arturo Gutiérrez, de 72 años, y su hijo, Juan Guillermo Gutiérrez, de 46 años, que vive en Toronto y dirige Xela Enterprises, un conglomerado de diversos negocios internacionales.
222 Un caso de disputas por documentos financieros y una costosa guerra de propaganda. Además hay alegaciones de trampas financieras.
Los sobrinos, Juan Luis Bosch y Dionisio Gutiérrez, cuyo Grupo Gutiérrez basado en Ciudad Guatemala tiene infinidad de negocios en América Central, Estados Unidos y República Dominicana, así como una fundación caritativa. Son los dueños de multimillonarias y vecinas casas de descanso en Harbor View Drive en Key Biscayne. Dionisio, de 43 años, es bien conocido como animador de televisión en Guatemala.
Arturo acusa a sus sobrinos de haberle estafado millones de dólares en dividendos de Pollo Campero y el resto de los negocios del imperio familiar, que su padre inició en Guatemala hace más de 80 años. Los sobrinos dicen que son tonterías inventadas por un tío rencoroso que quiere obligarlos a comprar su parte de la cartera familiar a un precio inflado. Por otra parte, Arturo alega que sus sobrinos no sólo lo han engañado a él sino también al gobierno guatemalteco a través de complejas evasiones de impuestos que implican, por lo menos, 39.8 millones de dólares.
""A nosotros nos criaron muy honestos"", dijo Arturo en una entrevista a bordo de su yate. ``Nunca me pasó por la cabeza que miembros de mi propia familia fueran a hacer algo así"". A través de un abogado, los sobrinos declinaron ser entrevistados.
Tras un fondo de mansiones palaciegas y lujosos yates en el sur de la Florida, el argumento comprende espionaje, grabaciones secretas, amenazas anónimas, disputas por documentos financieros y una costosa guerra de propaganda. Además hay alegaciones de trampas financieras: millones de dólares trasladados a ultramar en aviones privados, compañías pantalla en islas del Caribe y un enorme fraude tributario.
Los personajes de este drama de millonarios que se está representando en los tribunales de Miami y Guatemala son: o El tío, Juan Arturo Gutiérrez, de 72 años, y su hijo, Juan Guillermo Gutiérrez, de 46 años, que vive en Toronto y dirige Xela Enterprises, un conglomerado de diversos negocios internacionales.
222 Un caso de disputas por documentos financieros y una costosa guerra de propaganda. Además hay alegaciones de trampas financieras.
Los sobrinos, Juan Luis Bosch y Dionisio Gutiérrez, cuyo Grupo Gutiérrez basado en Ciudad Guatemala tiene infinidad de negocios en América Central, Estados Unidos y República Dominicana, así como una fundación caritativa. Son los dueños de multimillonarias y vecinas casas de descanso en Harbor View Drive en Key Biscayne. Dionisio, de 43 años, es bien conocido como animador de televisión en Guatemala.
Arturo acusa a sus sobrinos de haberle estafado millones de dólares en dividendos de Pollo Campero y el resto de los negocios del imperio familiar, que su padre inició en Guatemala hace más de 80 años. Los sobrinos dicen que son tonterías inventadas por un tío rencoroso que quiere obligarlos a comprar su parte de la cartera familiar a un precio inflado. Por otra parte, Arturo alega que sus sobrinos no sólo lo han engañado a él sino también al gobierno guatemalteco a través de complejas evasiones de impuestos que implican, por lo menos, 39.8 millones de dólares.
""A nosotros nos criaron muy honestos"", dijo Arturo en una entrevista a bordo de su yate. ``Nunca me pasó por la cabeza que miembros de mi propia familia fueran a hacer algo así"". A través de un abogado, los sobrinos declinaron ser entrevistados.
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