Venezuela vive una tormenta financiera
El Gobierno culpa a la oposición, el sector privado y los EE.UU. Internet
El billete de 100 mil bolívares, el mayor signo monetario de Venezuela, alcanza hoy para pagar pocas cosas como un kilo de detergente o un champú, y, aunque el poder de compra de la moneda merma cada día debido a la hiperinflación, la rentabilidad de la venta del efectivo va en alza.
En el país petrolero, el dinero físico es igual o quizá más difícil de conseguir que los alimentos y medicinas, pese a que el Banco Central (BCV) ha aumentado la masa monetaria cada mes, especialmente durante el último semestre, cuando la economía entró en una espiral hiperinflacionaria.
Bajo el gobierno de Nicolás Maduro, Venezuela vive una tormenta financiera aliñada por la caída en los precios y la producción del crudo -su principal fuente de financiación- y más recientemente por las sanciones que han impuesto Gobiernos como el de Estados Unidos y Canadá.
Frente a esta realidad, el Ejecutivo insiste en culpar a la oposición, al "imperialismo" y a los empresarios del sector privado.