En tu día comandante
¿Alguna vez ha escuchado estas palabras ? "Radar... On; On; Ignition... On; Flaps... Set; Lights... On; Transponder... On ; Before take off checklist... Complete"... Probablemente no. Si le suena familiar es porque alguna vez tuvo la gran oportunidad de ir sentado en lo que llaman el jum seat, el pequeño asiento, en la cabina de mando de un avión, detrás del que tiene la responsabilidad de llevar su vida de un destino a otro. Sentarse ahí, es para quedarse mudo, no solo porque es un requisito, sino también, por lo impresionante que es presenciar un despegue o aterrizaje. Todas esas palabras desconocidas tras cabina son el chequeo general de todos los instrumentos de su avión las cuales corren por un mundo de sabiduría y seguridad que se siente al confiar la vida en el piloto de su vuelo.
En su día, ya sea capitán o primer oficial de Jet Boeing 737-200/700, de DHC-6 Twin Otter, Cessna Caravan, Short 360, BN2a., King Air, o de helicóptero, todos los pilotos orgullosamente panameños, celebran esta memorable fecha. Orgullosos debemos estar todos también, que conlleva la carrera de un piloto de aviación. Ya sea que usted haya o no tenido la oportunidad de viajar en avión, relájese, póngase los cinturones y prepárese a conocer más a fondo la vida de un piloto a bordo de su avión.
La jornada de un piloto empieza un día como hoy, mucho antes del despegue del avión, previo cumplimiento de sus horas de descanso (vital para un piloto) y de mentalizarse a dejar atrás a su familia y las diversiones. Parece rutina pero, no lo es. Porque más que ello es tener la vocación y la pasión por volar y todo lo que tras ello con preparación y práctica contínua debe crear las cualidades de disciplina y responsabilidad; ya que tras el imponente clásico uniforme negro de barras doradas, quepis con logo de águila y maletín a mano dan el aire de elegancia y reconocimiento pero, más que ello, de confianza.
Su segunda casa será su avión y su cabina como su cuarto de estudio. Esta puede ser tan diminuta como tan cómoda, dependiendo del tipo de avión que pilotee. Una vez ahí, asemeja al director de una orquesta dirigiendo un sin número de botones y palancas. No podía faltar su propia biblioteca: su maletín de vuelo, donde los manuales del avión y las cartas de navegación (mapas), darán guía a su ruta.
Mucho antes de que su avión esté listo, el piloto analizará sus cartas de navegación, dará un vistazo a las condiciones del tiempo (clima), tanto del aeropuerto de origen como de la ruta a sobrevolar y destino, en las oficinas meteorológicas del aeropuerto. Determinará las cantidades requeridas de combustible y la distribución de la carga. La segunda revisión será por todo el avión, tanto exterior como interior. Una vez que haya inspeccionado todos los documentos y manuales requeridos y todo el equipo de emergencia, así como los diversos sistemas de la aeronave (pre-vuelo) lo cual puede tomar hasta una hora, se procederá a verificar todo el proceso por lo que ellos llaman checklist (lista de verificación). Listo, autorizará el cerrar puertas y esperará que la torre de control le de el visto bueno para emprender su vuelo. Ya emprendido y a una altura de hasta 39mil pies, lo escuchará dando sus primeras palabras de bienvenida, resumiéndolo a altura, clima, hora, lugar y una que otra guía turística.
Se espera que detrás de esa puerta todo esté bajo control, no lo dude por un instante, ya que debido a las adversidades del tiempo mucho más que mecánicas, el piloto no solo deberá considerar alternativas sino, buscar pronta solución.
Allá arriba, en el infinito, solo se ve un mundo fascinante en minuatura, parece uno estar indefenso al no pisar tierra. Cambiando pronto de parecer al conocerlo, nos damos cuenta que tomaría más que el récord de bitácoras para narrar cada instrumento, maniobra y experiencias. Es tan interesante que hasta uno le quedan ganas de intentarlo. Es así, como se pudiera resumir.
El ansiado momento del aterrizaje está por llegar. La tranquilidad del vuelo a 39,000 pies es reemplazada por un constante ajuste de altitudes, rumbos, velocidades y un sinnúmero de instrucciones de parte de los controladores de tráfico aéreo. La carga de trabajo en estos momentos es comparable a la de los corredores de bolsa en Wall Street justo antes del cierre de operaciones. Diversos factores climáticos como vientos con ráfagas, tormentas o neblina le añaden cierta dificultad a la labor, pero el entrenamiento y la experiencia son las mejores armas con las que cuentan los pilotos ante éstas. Si bien es cierto que la mayoría de los accidentes ocurren en esta fase del vuelo, los aviadores coinciden generalmente en que el despegue, por cualquier falla mecánica que en ese instante exigiría lo máximo en rendimiento de la aeronave, y por ende de la habilidad de su operador, es tal vez, la fase más delicada del vuelo.
Si le es conocido un sonido agudo debajo de su asiento, es porque el tren de aterrizaje ha dado cabida al pavimento, dando suspiro final a su destino. No se asuste si no ve salir por esa puerta, como de costumbre, a un veterano de canas y bigotes ostentando las cuatro barras. Porque hoy en día esta carrera también, vuela más rápido que ligero con jóvenes hombres y mujeres panameños que le darán un hasta luego ansiado, al igual que usted, volver con su familia.
PIONEROS DE LA AVIACION PANAMEÑA
Los hermanos Wright nunca pensaron que con el correr de los años, desde aquel 17 de diciembre de 1903, el haber zurcado escasamente los cielos a 31 millas por hora por espacio de 59 segundos es un aparato más pesado que el aire, daría cabida a lo que es la aviación en la actualidad. La evolución de esta nueva ciencia no fue tan lenta como aquel primer vuelo. A menos de un siglo de tan memorable hazaña, los avances alcanzados en materia aeronáutica les serían inimaginables a los pioneros de Kitty Hawk. Paralelamente el avance tecnológico, el cada día más complejo ámbito de la aviación requiere de complicados convenios y leyes de manera de mantener un alto grado de seguridad en los cielos. Cabe destacar entre éstos la firma del Convenio de Chicago en 1944, en el cual se creó la Organización de la Aviación Civil Internacional (O.A.C.I.). Piedra angular del progreso aeronáutico, uniendo a 52 estados, suscribiendo un instrumento jurídico donde podían buscar solución a sus problemas y mancomunar esfuerzos para despegar buscando mejores vientos en el espacio aéreo, en bien de la humanidad.
Como nos dice el Ing. Germinal Sarasqueta, jefe de la Administración Técnica de la O.A.C.I. en Panamá: "ya nadie puede desconocer que la aviación civil, ha sido y será símbolo de progreso y desarrollo de los países. Esta actividad que nació con un espíritu idealista y aventurero, actualmente constituye el pilar del intercambio económico, social y cultural de la humanidad". Y es que hablar con el Ing. Sarasqueta es entrar en un mundo de saber aeronáutico, sus experiencias hablan más que sus libros, archivos y fotos. Toda una biblioteca de la aviación panameña y portador de la historia con un sinnúmero de relatos, los cuales comparte con el lector panameño a través de sus escritos en "Epocas".
El nos cuenta, que desde que la aviación panameña dio inicio en el año 1929 con la llegada del primer piloto con licencia, Ramón Ricardo Arias, siempre se tuvo el interés de agrupar un gremio que velara por los intereses de los aviadores nacionales. Muchos fueron los intentos infructuosos que no llegaban a consolidarse por falta de quórum y entusiasmo.
Fue en 1953 cuando la última gota derramó el vaso, al dar cabida a los primeros vuelos internacionales con empresas panameños pero, con aviones y tripulaciones extranjeras llamadas wet lease, entre ellas (Aerovías Balboa, APA, PAISA; etc.). Estos hechos dieron razón primordial para que los pilotos nacionales se vieran que estaban usurpando sus puestos de trabajo.
Es así, como por fin los pilares fundadores, entre ellos los Capitanes Miguel Von Seideleitz, Aulio Hernández y Miguel de Puy (q.e.p.d.) se ponen de acuerdo y llegan a consolidar el 30 de enero de 1967, una fuerte asociación bajo los estatutos originales y personería jurídica: el Sindicato Panameño de Aviadores Comerciales (SIPAC) dando paso a la celebración alusiva al día del piloto, en tan grande logro.
Hoy día este gremio agrupa a más de 180 pilotos comerciales nacionales bajo el liderazgo del Cap. Bayardo Herrera. Su objetivo principal seguirá siendo el de ayer, el de fomentar y preservar la profesión del piloto panameño.
Cabe destacar que el mismo dará sede este año al Congreso Anual de la Organización Iberoamericana de Pilotos (O.I.P.), un conglomerado de asociaciones de pilotos de países de habla hispana.
PILOTO, ES MI PROFESION
Si cree que piloto de aviación es su inclinación, deberá saber que es mucho más que viajar. La pasión y la vocación quedarán frustradas si al estudio no le da con ganas, pues más que cálculos y manuales necesitará el idioma inglés, habilidad y mucho más que 5 sentidos. No importa que tipo de avión se incline a estudiar, un piloto deberá siempre estar al día, no dejarse estancar en la historia ni dejarla por sabida; ya que la misma está estrictamente regulada por las razones de preparación. Esta regulación emana de la Carga Magna de la aviación Civil de Chicago, de la que Panamá, también es signataria y la cual dicta las normas y métodos recomendados a nivel internacional. A nivel nacional la organización le deja soberanamente ese criterio al Estado, ya que las mismas son hechas homogéneas en una operación entre varios países, en el que el idioma inglés se pueda utilizar con los mismos procedimientos y fraseologías.
De los 18 anexos que existen de la O.A.C.I., el anexo uno habla de las normas y métodos recomendados que el Estado deber exigir a los pilotos para obtener sus licencias. Existe hoy día el Reglamento de la Aviación Civil de la Rep. de Panamá, contenido en la Resolución 111 del 16 de nov. De 1995, adecuada por la 33 del 1997, donde el libro seis, siete y ocho regulan las licencias aeronáuticas, con los requisitos que el aspirante, desde estudiante hasta el de línea aérea, que deberá ser el doctorado de una carrera de aviador, tendrá que cumplir: en lo referente a la edad, conocimiento, experiencia, pericia y la aptitud psicofísica. Para los mismos existe variaciones dependiendo del tipo de licencia a la que aplique. Las mismas están detalladas paso a paso en el libro seis del reglamento de Aviación Civil de Panamá.
No existe en Panamá, universidades propiamente aeronáuticas que preparen a los aspirantes en licenciados de aviación civil, pero si contamos con dos escuelas aprobadas por la Dirección Aeronáutica Civil (D.A.C.) con certificado de trabajo aéreo como centro de adiestramiento para pilotos. La del Centro de Instrucción Aeronáutica (C.I.A.) y la Albrok Flight School.
En la actualidad existe un proyecto para rehabilitar la antigua Escuela de Aeronáutica Civil, la que sirvió de catapulta a la carrera de muchos de nuestros aviadores comerciales y que como consecuencia de la crisis económica de finales de la década pasada cesó operaciones. Centros como éstos servirán para llenar el vacío que se da hoy en día entre los profesionales de la aviación.
A todos los pilotos en su día. En el recuerdo de aquellos que lo hicieron realidad tales como: Marcos A. Gelabert, Ramón Arias, Julio Estrada, Enrique Malek, Eustacio Chichaco, Dora Carles, entre otros; como también a los que perecieron en su deber. Y a los que hoy portan orgullosamente sus barras doradas por todos los cielos, que sigan dejando huellas en esta profesión tan mérita, durante su constante lucha contra los vientos, donde la unión por el reconocimiento de esta historia sea el Norte que hará valer sus derechos profesionales y personales. Que Dios los acompañe siempre !.
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