Panamá
Panamá mantiene una débil posición ante la crisis migratoria
Ante la oleada de migrantes que atraviesa por Panamá, expertos consideran que debe haber una mayor agresividad por parte de la diplomacia.
- - Actualizado: 30/9/2023 - 01:13 am
Panamá ha tenido que conformarse con medidas paliativas impuestas por países vecinos y organismos internacionales y no ha podido tomar decisiones unilaterales y soberanas en protección de su territorio, sus bienes y su población en torno a la crisis migratoria.
Incluso, la diplomacia panameña a nivel internacional no ha sido escuchada y por el contrario países que están siendo menos afectados por la ola de migrantes irregulares, han recibido mayor atención de entes internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU), así como de Estados Unidos (EE.UU.).
Un ejemplo claro de esto, es el país vecino, Costa Rica, que en menos de un mes, el presidente Rodrigo Chaves y miembros de su gabinete, se han reunido con líderes importantes para abordar el tema migratorio que enfrenta.
Contrario a lo que ha sucedido con las autoridades panameñas, el presidente costarricense el pasado 30 de agosto sostuvo un encuentro con el mandatario de los EE.UU., Joe Biden, en el cual se abordaron entre otros puntos el tema de la migración irregular.
Tras las conversaciones, el Departamento de Estado está contribuyendo con más de $12 millones a través de organizaciones internacionales asociadas en Costa Rica, para atacar este problema.
Igualmente, el canciller de Costa Rica, Arnoldo André, se reunió el lunes en Nueva York con el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, a quien expuso la situación migratoria que enfrenta su país.
Autoridades panameñas han expuesto el tema ante la ONU e incluso se han reunido con sus homólogos de Colombia y Costa Rica, pero tampoco se ha logrado obtener una solución.
El último encuentro se produjo la tarde del pasado martes, donde los presidentes de Panamá, Laurentino Cortizo, y el de Colombia, Gustavo Petro, conversaron sobre "la migración irregular y abordaron métodos para lograr un flujo migratorio ordenado y seguro" a través de sus fronteras.
Desde hace meses, Panamá ha venido reclamando a los países de Sur América más compromiso en el manejo de este flujo, pues las capacidades como país están siendo rebasadas por la cantidad de personas que están atravesando la peligrosa selva del Darién. Lo que, en su momento, incluso hizo pensar a las autoridades panameñas ordenar el cierre de la mencionada frontera.
En ese sentido, Petro dijo a medios en Nueva York que no considera eficaz el que se aborde la crisis migratoria en el Darién desde una posición de "reprimir o cerrar fronteras".
Durante el encuentro, Cortizo y Petro "acordaron activar la Comisión de Buena Vecindad, con la finalidad de atender temas bilaterales, estrechar los vínculos que unen a ambas naciones y fortalecer las relaciones".
Hasta la fecha, más de 370,000 personas, especialmente venezolanos, han cruzado la jungla del Darién, una cifra sin precedentes, de acuerdo con las estadísticas de Panamá, el único país del continente que ofrece a los migrantes en tránsito asistencia sanitaria y de alimentación, además de tomar sus datos biométricos.
Diplomacia más agresiva
Ante la situación que se está viviendo con la migración irregular, la cual prácticamente se ha salido de control, el abogado experto en Derecho Internacional, Luis Fuentes Montenegro, considera que las autoridades diplomáticas de Panamá deben actuar con una mayor agresividad y diligencia, como lo están haciendo otros países.
Además de esto, un punto importante según el letrado y el cual no está siendo abordado, es el de la seguridad de las comunidades que están alrededor del flujo migratorio, pues por la frontera están entrando todo tipo de personas, lo que podría convertirse en un caos social. Indicó que se conjuga un tema de seguridad nacional del Estado con una política diplomática internacional.
"Siento que Panamá está flaqueando en cuanto a la política internacional, la cual debe ser de diplomacia, pero con contundencia, porque este es un problema no solamente de Panamá, sino también de los países de donde emigran en busca de un mejor futuro, y de los Estados Unidos porque todas esas personas allá quieren llegar", dijo.
El jurista reiteró que nuestra política diplomática en ese sentido, ha sido deficiente por la falta de contundencia y claridad sobre cuáles son nuestros intereses como país.
Montenegro afirmó que el norte de las autoridades panameñas debe ser el de lograr que el asunto migratorio no se convierta en problema social y que en un futuro agudice la inseguridad en el país.
"Sí necesitamos una diplomacia, pero una diplomacia más eficaz, más contundente. No debe cerrar la puerta del diálogo, pero tenemos que ser contundentes, porque los intereses de Colombia cuáles son, dejar que todo el mundo entre al Darién, porque eso es un problema de Panamá".
El experto también hizo énfasis en el costo económico que la situación trae para el Estado panameño.
"Yo entiendo que se trata de un tema humanitario, pero al final tenemos un problema grande, que va a seguir creciendo en los próximos meses", comentó.
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