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Atentados, suicidios e inmolación Un dilema religioso
EE.UU. - Publicado:
EL CONFLICTO árabe - israelí, y sus consecuentes secuelas desde 1948, ha contribuido al surgimiento del extremismo en todas sus formas.Ante la proclividad de algunos grupos étnicos o religiosos de mezclar la lucha por la reivindicación como una prueba divina, las acciones que vemos pueden tener varios significados.La aparición de comandos suicidas que se inmolan en sacrificio de una causa ha sido un elemento que ha generado debate en los últimos años.Para unos, los atentados terroristas del 11 de septiembre tenían un significado diferente para las naciones occidentales."Qué horror, horrible tragedia, dantesco", eran las palabras de los techos de los diarios en los Estados Unidos, América Latina y Europa en 2001.Sin embargo, al ver la perspectiva de los palestinos, de los demás países musulmanes, cuando se dieron los choques de los aviones secuestrados en el World Trade Center y el Pentágono, hubo hasta celebraciones en las comunidades de los refugiados palestinos."Abajo América", "Muerte a Israel y a sus aliados", fueron los vítores que unas mujeres en Gaza lanzaban al aire tras la caída de las Torres Gemelas.El especialista en temas del Medio Oriente, el español Roberto Mesa, destaca que en el mundo árabe, en la búsqueda de la causa integrista y la transformación del Estado hacia un régimen fundamentalista, la alternativa de la lucha por el sacrificio y la inmolación es parte de la sociedad musulmana.En su obra "La Lucha de liberación del pueblo palestino" de 1972, el catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid advertía que el ejemplo de la resistencia de este pueblo árabe por su tierra e independencia lo ha llevado al límite de convertirse en carne de cañón ante los tanques hebreos."No todos los musulmanes son terroristas, es una falacia", acotaba Mesa en otro de sus últimos escritos en referencia a ese concepto de comprender las razones de la sociedad islámica por llegar a los extremos.Un ataque suicida es aquel en que el atacante sabe que también morirá.Los ataques suicidas son normalmente llevados a cabo por individuos que tienen una motivación que es capaz de sobreponerse al instinto de auto preservación.Esa motivación es usualmente patriótica o religiosa, a veces una combinación de ambas, destaca la enciclopedia virtual Wikipedia.A fines del siglo XX comenzaron a ser cada vez más comunes los bombazos suicidas llevados a cabo por personas que detonan explosivos que llevan ya sea en su cuerpo o en su vehículo, cerca del blanco atacado.Los ataques suicidas realizados por palestinos en su lucha contra la ocupación israelí son considerados actos terroristas por Israel, sus aliados y otros, por estar usualmente dirigidos a civiles.Los organizadores de dichos ataques, sin embargo, los consideran medios validos de lucha contra un adversario militarmente superior.Esta diatriba sobre el significado de los atentados suicidas es notable en las noticias e informaciones que se divulgan de los frentes en conflicto en Medio Oriente.Quizás el factor más decisivo para comprender la proclividad hacia el extremismo de algunas sectas islámicas y el consecuente hecho de la inmolación radica en el elemento religioso.Tras la muerte del profeta Mahoma, el Imperio Musulmán se expandió por todo el Medio Oriente desde la Península Arábiga, Turquía, Egipto, Norte de África, Persia y Asia Central.La vorágine que lanzaron los poderosos guerreros musulmanes tuvo su fuerza en la creencia en la pronta llegada al Cielo y ante Alá (Dios).En el Corán, el libro sagrado del Islam, así como en otras muchas tradiciones musulmanas, esta religión resalta los cinco pilares para la transformación de hombre en un ser sumido a Dios: fe, oración, ayuno, dar limosnas y peregrinar hacia la ciudad santa de La Meca.Un sexto pilar o mandamiento fue la denominada "Yihad" (lucha o guerra contra la materia).Esta batalla que todo musulmán debía enfrentar se convirtió en un punto crucial en la sociedad islámica.La tradición indica que todo aquel que muere en el campo de batalla luchando por el Islam irá directo al Paraíso, un lugar maravilloso cual oasis en medio del desierto en donde mujeres bellas atienden a los mártires y sacian sus necesidades vitales, con agua de manantiales.Los guerreros musulmanes de siempre, desde las grandes batallas del Califato hasta los insurgentes que se enfrentan a los soldados norteamericanos en Irak, tienen un precepto similar de que el combate a los representantes del materialismo (a saber Estados Unidos, Europa e Israel) les permitirá llegar hacia el cielo.Mesa indica en otra obra, "Aproximación al Cercano Oriente" (1981), que los palestinos son el icono de la lucha y la resistencia de los musulmanes en contra de la civilización occidental, así como sus influencias.Desde la Intifada de 1988 y la rebelión de 2000, los palestinos cruzaron el umbral del conflicto con Israel, trasladándolo directamente a tierra hebrea.Los atentados terroristas se hicieron más comunes en Tel Aviv, Beer Sheva, Gaza y Cisjordania y en el mismo Jerusalén.La desesperación de los palestinos de tener su propio Estado independiente y el bloqueo israelí aceleraron el fortalecimiento de nuevos grupos palestinos radicales como HAMAS y la Yihad Islámica.Estos grupos consideran positivo la transformación de jóvenes en mártires contra la ocupación, permitiendo el surgimiento de una nueva generación de extremistas radicales que no temen a la muerte.Videos y fotos que muestran a niños, incluso bebés, vestidos de uniformes de los atacantes suicidas de HAMAS, de la Yihad Islámica o de las Brigadas Mártires Al-Aqsa, son un reconocimiento a la causa de los "luchadores por la libertad" y de la patria palestina; no significa que se irán a inmolar en la guerra contra Israel, destacan los analistas sobre la sociedad islámica.Igual caso ocurre en los rituales tradicionales.Varios grupos chiítas y suníes recuerdan el martirio de algunos hombres santos.Tal es el caso del yerno de Mahoma, Alí, muy venerado en Irak desde entonces.Las procesiones de los seguidores de Alí suman millones en la comunidad chiíta iraquí.Algo interesante es la procesión de este grupo, en donde se autoflagelan los participantes o se hace gala al sacrificio sin temor de los creyentes.Para la socióloga y escritora norteamericana Deborah Gotthelf, el suicidio de los extremistas musulmanes nace en el odio."Las explosiones suicidas, los ataques terroristas de distinto carácter, no son sino un producto de la educación para el odio que se realiza en el nombre del Islam.O mejor dicho, son una distorsión aberrante de las enseñanzas que se encuentran en el libro sagrado de dicha religión", destaca Gotthelf.Esta deformación se intensifica a diario en las mentes y en los corazones de adultos y niños en distintos establecimientos educacionales del mundo musulmán, agrega la especialista."Los jóvenes musulmanes no se sienten solos en su odio en contra de lo que la Yihad sostiene es la perversión y descomposición de la sociedad occidental; muchos de sus líderes políticos y religiosos, enseñan dicha ideología y la justifican con interpretaciones erróneas", señala la socióloga norteamericana.Un ejemplo es el siguiente versículo del Corán: "Usad vuestra fuerza con el máximo poder en su contra, preparaos para la guerra, sembrando el terror en el corazón de vuestros enemigos y los enemigos de Dios, y otros que no conocéis, pero que Dios conoce" (Sura "Los Deshechos", 60).Gotthelf dice que los eruditos fundamentalistas no citan el verso anterior (59) en el que se hace alusión a que dicha guerra es en contra de los "no creyentes en Dios", no en contra de otros pueblos creyentes; el propósito es fomentar el odio en contra de Occidente como "enemigos de Dios y del pueblo musulmán" y así convertirlos en un objetivo de la Yihad.Escuelas y universidades enseñan una cultura que siente, percibe, piensa y actúa en base a un odio en contra de Occidente articulado exitosamente como parte integral del tejido social, legitimando de esta manera el terror contra todos aquellos que son estigmatizados como "enemigos, paganos e infieles".Como conclusión, se puede decir que la guerra santa es el "último esfuerzo desesperado" para demostrar el rechazo de una cultura a los elementos ajenos a su sociedad.Reem Saleh Al-Riyachi, era una joven palestina de 22 años, madre de dos niños, que se inmoló en el paso de frontera a Israel en el norte de Gaza.La acción había borrado con su muerte la traición a su marido, un militante del grupo extremista islámico HAMAS, según reveló la inteligencia militar israelí.Esta mujer se convirtió en "pionera".El género ahora ya no impide participar en la resistencia.Fuentes militares citadas por el diario israelí Haaretz dijeron que la negativa a la inmolación de mujeres sigue en pie dentro de HAMAS.Sin embargo, versiones palestinas indican que las mujeres "kamikazes" son una nueva táctica de HAMAS, ante las crecientes dificultades que tiene el grupo para burlar la vigilancia de los servicios de seguridad israelíes.En el entierro de Al-Riyachi, un líder político de HAMAS, Mahmud Zahar, declaró ante sus seguidores que "la mártir Reem es una heroína, pues lo abandonó todo.Dejó a su marido y a sus hijos para ir al Paraíso".Zahar aseguró que ésta "no será la última" mujer "kamikaze", y agregó que "HAMAS no renunciará jamás a la vía de la Yihad (guerra santa musulmana), de la resistencia y de la liberación, aunque tenga que sacrificar a nuestros hijos y a nuestras esposas".