Aumentan posibilidades de un Papa "no italiano"
Publicado 2003/09/29 23:00:00
- EFE
Los tres nuevos arzobispos estaban en la lista de cardenales, pero que al final fueron quitados para no elevar aún más el número de cardenales electores.
Luego del nombramiento que hizo el domingo el Papa Juan Pablo II, de 31 nuevos cardenales, los fieles de la Iglesia Católica se preguntan cuáles son las posibilidades de otro Papa no italiano. Ningún cardenal se postula para ser Papa, por lo menos no públicamente. Y aunque el Papa es un monarca, no hay un príncipe heredero de la corona designado para sucederlo.
Así que cada vez que el Papa nombra nuevos "príncipes" de la Iglesia, se desata la especulación. En esta ocasión los nuevos nombramientos eran urgentes por la frágil salud del Santo Padre, quien ya cumplió 83 años.
"La responsabilidad es mayor para nosotros, en comparación con aquellos que fueron nombrados cardenales hace 24 años", indicó Philippe Barbarin, de Lyon, Francia, uno de los nuevos príncipes de la Iglesia, con apenas 52 años.
"El Santo Padre está llegando al final de su camino", confirmó ayer el flamante cardenal a la cadena radial Europe 1. "Es una gran responsabilidad para nosotros. El Papa está muy enfermo". Los nombramientos del domingo son quizá la última oportunidad para conformar al grupo que debe elegir a su sucesor.
El Papa lanzó sus redes lejos de Roma y las hizo llegar hasta países como México, Brasil, Guatemala, Sudán, Ghana, Nigeria, Vietnam y la India aumentando las posibilidades de otro Papa no sólo no italiano, como él mismo, quien nació en Polonia, sino de uno que no fuera europeo.
El debilitado y enfermo Papa, quien cumple en octubre su aniversario número 25 al frente de los más de 1,000 millones de católicos en el mundo, está claramente trabajando en pos de una sucesión que garantice que sus puntos de vista no van a ser muy alterados por el nuevo jerarca. Sin embargo, si Juan Pablo II tiene un candidato o un favorito para sucederlo, no lo ha dicho. Los 31 nuevos cardenales están por debajo de los 80 años y por tanto cumplen los requisitos para formar parte del cónclave para elegir a un sucesor del Papa.
El Papa ha nombrado a todos -con excepción de cinco- los cardenales que pueden formar parte del cónclave para elegir a un sucesor después de su muerte. Dado que Juan Pablo II ha nombrado a los prelados que coinciden con sus enseñanzas, los nuevos cardenales incrementarán la posibilidad de que el nuevo líder católico también sea de tendencia teológica conservadora y por tanto que no cambiará normas controvertidas, como la prohibición de los anticonceptivos o que las mujeres puedan ser ordenadas sacerdotes.
"Al nombrar a estos nuevos cardenales, Juan Pablo II hizo lo que cualquiera haría si fuera Papa: nombrar a los prelados que coinciden con sus enseñanzas", escribió el sacerdote jesuita Tom Reese, editor de la revista semanal especializada "U.S. America".
Muchos jerarcas de la Iglesia Católica piensan que el mundo en vías de desarrollo debe ser la región de donde salga el nuevo Papa y alegan que es ahí donde los fieles tienen más fervor y donde está propagándose más la religión católica.
Juan Pablo II ha nombrado arzobispos a su secretario particular, Stanislaw Dziwisz; al prefecto de la Casa Pontificia, James Michael Harvey, y al maestro de las Ceremonias Litúrgicas Pontificias, Piero Marino, los tres estrechos colaboradores del Papa, informó ayer el Vaticano.
Dziwisz, de 64 años, está considerado la "sombra" del Papa Wojtyla en estos casi 25 años de pontificado.
En ambientes vaticanos se daba por hecho que Juan Pablo II le habría nombrado cardenal y visto que el Pontífice designó 30 nuevos purpurados más otro "in pectore", es decir cuyo nombre mantiene en secreto, no se descartaba que se tratase de Dziwisz.
Ante el nombramiento de ayer, todo parece indicar que el cardenal "in pectore" es otro. No se descarta que se trate del arzobispo de Hong Kong, Josep Zen Zekiun o del arzobispo de Moscú, Tadeusz Kondrusiewicz. El nombramiento "in pectore" es una prerrogativa del Papa, quien muchas veces no publica los nombres por razones de conveniencia para la Santa Sede o por razones políticas.
Así que cada vez que el Papa nombra nuevos "príncipes" de la Iglesia, se desata la especulación. En esta ocasión los nuevos nombramientos eran urgentes por la frágil salud del Santo Padre, quien ya cumplió 83 años.
"La responsabilidad es mayor para nosotros, en comparación con aquellos que fueron nombrados cardenales hace 24 años", indicó Philippe Barbarin, de Lyon, Francia, uno de los nuevos príncipes de la Iglesia, con apenas 52 años.
"El Santo Padre está llegando al final de su camino", confirmó ayer el flamante cardenal a la cadena radial Europe 1. "Es una gran responsabilidad para nosotros. El Papa está muy enfermo". Los nombramientos del domingo son quizá la última oportunidad para conformar al grupo que debe elegir a su sucesor.
El Papa lanzó sus redes lejos de Roma y las hizo llegar hasta países como México, Brasil, Guatemala, Sudán, Ghana, Nigeria, Vietnam y la India aumentando las posibilidades de otro Papa no sólo no italiano, como él mismo, quien nació en Polonia, sino de uno que no fuera europeo.
El debilitado y enfermo Papa, quien cumple en octubre su aniversario número 25 al frente de los más de 1,000 millones de católicos en el mundo, está claramente trabajando en pos de una sucesión que garantice que sus puntos de vista no van a ser muy alterados por el nuevo jerarca. Sin embargo, si Juan Pablo II tiene un candidato o un favorito para sucederlo, no lo ha dicho. Los 31 nuevos cardenales están por debajo de los 80 años y por tanto cumplen los requisitos para formar parte del cónclave para elegir a un sucesor del Papa.
El Papa ha nombrado a todos -con excepción de cinco- los cardenales que pueden formar parte del cónclave para elegir a un sucesor después de su muerte. Dado que Juan Pablo II ha nombrado a los prelados que coinciden con sus enseñanzas, los nuevos cardenales incrementarán la posibilidad de que el nuevo líder católico también sea de tendencia teológica conservadora y por tanto que no cambiará normas controvertidas, como la prohibición de los anticonceptivos o que las mujeres puedan ser ordenadas sacerdotes.
"Al nombrar a estos nuevos cardenales, Juan Pablo II hizo lo que cualquiera haría si fuera Papa: nombrar a los prelados que coinciden con sus enseñanzas", escribió el sacerdote jesuita Tom Reese, editor de la revista semanal especializada "U.S. America".
Muchos jerarcas de la Iglesia Católica piensan que el mundo en vías de desarrollo debe ser la región de donde salga el nuevo Papa y alegan que es ahí donde los fieles tienen más fervor y donde está propagándose más la religión católica.
Juan Pablo II ha nombrado arzobispos a su secretario particular, Stanislaw Dziwisz; al prefecto de la Casa Pontificia, James Michael Harvey, y al maestro de las Ceremonias Litúrgicas Pontificias, Piero Marino, los tres estrechos colaboradores del Papa, informó ayer el Vaticano.
Dziwisz, de 64 años, está considerado la "sombra" del Papa Wojtyla en estos casi 25 años de pontificado.
En ambientes vaticanos se daba por hecho que Juan Pablo II le habría nombrado cardenal y visto que el Pontífice designó 30 nuevos purpurados más otro "in pectore", es decir cuyo nombre mantiene en secreto, no se descartaba que se tratase de Dziwisz.
Ante el nombramiento de ayer, todo parece indicar que el cardenal "in pectore" es otro. No se descarta que se trate del arzobispo de Hong Kong, Josep Zen Zekiun o del arzobispo de Moscú, Tadeusz Kondrusiewicz. El nombramiento "in pectore" es una prerrogativa del Papa, quien muchas veces no publica los nombres por razones de conveniencia para la Santa Sede o por razones políticas.
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