Desastre humanitario en Jenín causa repugnación
Publicado 2002/04/18 23:00:00
- Ramala
Los palestinos comenzaron ayer a remover escombros en el campo de refugiados de Jenín en un escenario que el enviado especial de la ONU, Terje Larsen, describió como "tan impactante que supera lo imaginable". Larsen visitó el campamento de refugiados de Jenín, donde hasta hace unas dos semanas residían 14,000 palestinos, para constatar las denuncias de la ANP sobre que el Ejército israelí llevó allí a cabo una "auténtica masacre".
La visita se produjo horas antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU estudie en Nueva York, por cuarta ocasión en un mes, el conflicto de Oriente Medio, esta vez con un durísimo informe en mano sobre las violaciones de derechos humanos por parte de Israel. "Creo que puedo hablar en nombre de toda la delegación de la ONU y decir que estamos conmocionados", decía Larsen mientras recorría el centro de lo que hasta hace unas dos semanas era el campo de refugiados.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidió ayer, al Consejo de Seguridad el envío de una fuerza internacional "suficientemente grande" a los territorios palestinos tras conocer el horror causado por el Ejército israelí.
Annan, que pidió que las tropas internacionales dispongan del uso de la fuerza para cumplir su objetivo de poner fin a la violencia, en un breve y desolador mensaje al Consejo de Seguridad explicó que sus enviados en los territorios palestinos ilegalmente ocupados por Israel se conmocionaron por lo que habían visto en Jenín.
"Han descrito la situación como terrorífica. Han sido testigos de que la gente extraía cadáveres de las ruinas con sus manos desnudas. Y mientras tanto, ninguna operación de rescate de emergencia ha sido permitida. La destrucción es masiva y el impacto en la población civil devastador", declaró.
El enviado especial de la ONU Terje Roed-Larsen denunció que el campo de refugiados, fue escenario de "horrores que superan el entendimiento humano" en un día en que el ejército de Israel ya inició una retirada parcial de esta ciudad, decisión que deberá ser imitada posteriormente en Naplusa, Ramala y Belén.
Para los militares israelíes Jenín, un escaso kilómetro cuadrado de tierra donde vívían unas 15,000 personas en tiempo normal, no era un campo de refugiados palestinos ordinario, sino una "fortaleza para terroristas". "Todo lo que se ha publicado sobre el campo de refugiados es mentira y no hay evidencias que lo demuestren. No hubo masacre de palestinos, no tenemos nada que ocultar", declaró Rafi Laderman, portavoz oficial del Ejército israelí, durante una visita al campo de refugiados de esta ciudad del norte de Cisjordania.
La visita se produjo horas antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU estudie en Nueva York, por cuarta ocasión en un mes, el conflicto de Oriente Medio, esta vez con un durísimo informe en mano sobre las violaciones de derechos humanos por parte de Israel. "Creo que puedo hablar en nombre de toda la delegación de la ONU y decir que estamos conmocionados", decía Larsen mientras recorría el centro de lo que hasta hace unas dos semanas era el campo de refugiados.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidió ayer, al Consejo de Seguridad el envío de una fuerza internacional "suficientemente grande" a los territorios palestinos tras conocer el horror causado por el Ejército israelí.
Annan, que pidió que las tropas internacionales dispongan del uso de la fuerza para cumplir su objetivo de poner fin a la violencia, en un breve y desolador mensaje al Consejo de Seguridad explicó que sus enviados en los territorios palestinos ilegalmente ocupados por Israel se conmocionaron por lo que habían visto en Jenín.
"Han descrito la situación como terrorífica. Han sido testigos de que la gente extraía cadáveres de las ruinas con sus manos desnudas. Y mientras tanto, ninguna operación de rescate de emergencia ha sido permitida. La destrucción es masiva y el impacto en la población civil devastador", declaró.
El enviado especial de la ONU Terje Roed-Larsen denunció que el campo de refugiados, fue escenario de "horrores que superan el entendimiento humano" en un día en que el ejército de Israel ya inició una retirada parcial de esta ciudad, decisión que deberá ser imitada posteriormente en Naplusa, Ramala y Belén.
Para los militares israelíes Jenín, un escaso kilómetro cuadrado de tierra donde vívían unas 15,000 personas en tiempo normal, no era un campo de refugiados palestinos ordinario, sino una "fortaleza para terroristas". "Todo lo que se ha publicado sobre el campo de refugiados es mentira y no hay evidencias que lo demuestren. No hubo masacre de palestinos, no tenemos nada que ocultar", declaró Rafi Laderman, portavoz oficial del Ejército israelí, durante una visita al campo de refugiados de esta ciudad del norte de Cisjordania.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.