Dime cómo caminas y te diré qué pie tienes
- Yelena Rodríguez
Correr es un acto tan sencillo que no nos paramos a pensar en todo lo que conlleva. Cuando corremos atravesamos diversas fases de impacto que hay que conocer.
S iempre creí que mi pisada y mi pie eran normales hasta que el diagnóstico de un ortopeda hecho a través de una máquina dijo lo contrario.
Esta novedad la experimenté en una nueva tienda especializada para los corredores.
En Running Balboa, no sólo se venden calzados de marcas reconocidas, sino que hay a disposición un personal especializado y tecnología de punta que le asesorará en la elección del calzado que usted requiere.
Yo sabía que tenía pie griego y que en pocas palabras camino como patito (con los pies hacia fuera).
Me atreví a que me realizaran un diagnóstico y descubrí que los dolores en la rodilla y en la nuca se deben a que tengo una "pisada supinadora" y, lo que es peor, también tengo pie semiplano y es un sacrilegio andar en tacones altos. Ese día me regañaron.
Según los expertos de Running Balboa, un equipo compuesto por Gabriel Medina, ortopeda, y Simón Alvarado, experto corredor, hay a saber tres tipos de pisadas. Entre ellas, además de la de supinación, están la de pronación y la universal.
En el caso de la primera, esta provoca que el lado externo del pie reciba el peso del cuerpo; en cambio, el interno tiende a elevarse un poco. Esta alteración no permite la correcta amortiguación del impacto, lo que afecta las rodillas.
Se dice que las personas que sufren este problema desgastan los bordes externos a lo largo de toda la zapatilla y que solo un 10% de los atletas sufre esta alteración. ¿Y cómo hicieron este diagnóstico?
Mis pies y mi forma de caminar quedaron grabados en una sesión particular. Descalza subí a una máquina caminadora en la que se analizaban todos los aspectos que inciden en mi forma de caminar, mientras que una filmadora proyectaba la imagen en una súper pantalla. Peso, talla, velocidad, se tomaron en cuenta. Esta experiencia quedó grabada para que el experto ortopeda analizara con cada detalle y más tarde sugiriera el calzado correspondiente.
Así, cual si fuera una receta médica, probé un calzado ideal para pies semiplanos y con una suela especial para soportar la pisada supinadora que tengo. Fue una "experiencia religiosa" calzar las zapatillas adecuadas. No había dolor y sí mucha comodidad.
Además, los expertos ajustaron los cordones adecuadamente, porque sépalo usted, hasta eso hacemos mal. Amarrarse los cordones tiene su ciencia y si usted tiene juanetes o pie plano, le sugerirán cuál debe ser el amarre correcto.
Por ejemplo, en el caso de un pie semiplano, el amarre no debe ejercer presión en el centro del pie y en caso de que usted tenga juanete, deberá dejar libres los primeros orificios de la zapatilla.
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