Hubo protestas contra el líder de Georgia
Eduard Shevardnadze es sepultado con todos los honores de Estado
- Tiflis (EFE)
Los restos del expresidente de Georgia y ex- canciller soviético Eduard Shevardnadze fueron sepultados en Tiflis con honores de Estado en un funeral al que asistieron representantes de unos 30 países.

Los restos del expresidente de Georgia y ex- canciller soviético Eduard Shevardnadze fueron sepultados en Tiflis con honores de Estado en un funeral al que asistieron representantes de unos 30 países.
Años de gloria y una salida decorosa para evitar la guerra
- En 1992, Eduard Shevardnadze regresó a Georgia, fue nombrado presidente del Consejo de Estado, máximo cargo del país, y tres años después fue elegido presidente en elecciones generales, mandato que renovó en las urnas en 2000 con mayoría abrumadora.
- Fue blanco fallido de atentados en al menos dos ocasiones, que el propio político georgiano atribuyó a los servicios de seguridad rusos.
- Shevardnadze estaba retirado de la política activa desde 2003, cuando dimitió de la jefatura del Estado para evitar que una revuelta popular liderada por la oposición desembocara en una guerra civil. “Fue un gran estratega y un táctico genial que tuvo la posibilidad de cambiar el mundo”, dijo el georgiano Tedó Zhaparidze.
Los restos del expresidente de Georgia y ex- canciller soviético Eduard Shevardnadze fueron sepultados en Tiflis con honores de Estado en un funeral al que asistieron representantes de unos 30 países.
Shevardnadze, una de las figuras clave de la “perestroika”, el proceso de cambios que vivió la Unión Soviética cuando Mijaíl Gorbachov estaba al frente del Kremlin, falleció el lunes pasado a la edad de 86 años tras una larga enfermedad.
Tal como era su voluntad, el estadista fue sepultado en la residencia oficial de Krtsanisi, junto a la tumba de su esposa, Nanuli, fallecida en 2004.
Considerado el georgiano más famoso después de Iósif Stalin, Shevardnadze fue uno de los principales apoyos de Gorbachov y tuvo un papel destacado en la reunificación de Alemania, así como en la mejora que experimentaron entonces las relaciones entre Moscú y Occidente.
“Esta es una expresión de gratitud de todo el pueblo de Alemania hacia Shevardnadze”, dijo tras depositar una corona de flores Hans-Dietrich Genscher, exministro de Asuntos Exteriores de la República Federal Alemana y de la Alemania unificada (1974-1992).
Genscher, que recalcó que cumplía también un encargo personal de la canciller federal alemana, Ángela Merkel, agregó emocionado dirigiéndose al féretro: “Gracias por todo lo que hiciste por Europa, por el humanismo y por la amistad. Eres un ejemplo de cómo se puede cambiar el mundo para mejor”.
“El mundo necesita líderes como Shevardnadze, líderes que miran hacia el futuro y que tienen el valor de emprender cambios. Echaremos de menos a Shevardnadze, su visión y su fuerza, su compromiso con la paz”, dijo por su parte el ex- secretario de Estado estadounidense James Baker.
Gorbachov se excusó de asistir al funeral de su antiguo ministro de Exteriores por problemas de salud.
Sus caminos se apartaron en diciembre de 1990, cuando Shevardnadze, a la sazón al frente de la Cancillería soviética, dimitió públicamente de su cargo tras denunciar que en el país se gestaba una dictadura.
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