Fomentan el parto vertical
- Redacción
Menos sangrado y menos dolor son parte de las bondades que ofrece este tipo de parto.
Reticentes a parir acostadas en una cama, las mujeres de la Amazonía y los Andes peruanos pierden cada vez más el miedo a acudir a la red sanitaria del Estado, donde ya encuentran más facilidades para cumplir su costumbre de dar a luz "en vertical".
Además de la posición horizontal, el parto vertical o tradicional permite a las mujeres probar otras muchas posturas: en cuclillas, sentadas, arrodilladas, agarradas a una soga o a barandas, apoyadas contra una pared o una mesa, sostenidas por una persona, solas, e incluso completamente de pie.
Menos sangrado en la mujer, menos posibilidades de desgarros y menos dolor son parte de las bondades que defienden especialistas como Ángela Brocker, directora en Lima de la Casa de Nacimiento Pakari ("nacer", en quechua), que promueve esta práctica.
Las diferencias entre regiones peruanas son evidentes: mientras en la sierra las mujeres paren más de cuclillas y semisentadas, en la selva prefieren hacerlo de pie y agarradas a un soporte, explica la coordinadora nacional de la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, Lucy Del Carpio.
Sin embargo, en Perú estas prácticas no fueron institucionalizadas hasta 2005, cuando el Ministerio de Salud elaboró una norma para atender este tipo de partos con el fin de respetar las diferentes culturas del país y reducir la mortalidad materna.
Desde entonces, según Del Carpio, y gracias a esta nueva política, cada vez más mujeres acuden a dar a luz a los establecimientos médicos en una proporción que actualmente es del 59% en las zonas rurales, una tasa todavía inferior al 82% nacional.
Sólo en 2009, los partos verticales aumentaron el 38,7% interanual en Perú.
Entre las ventajas de dar a luz en vertical, Del Carpio subraya que suele haber menos complicaciones para la salud de la madre y el hijo en unos partos que, por lo general, son más fáciles y rápidos, ya que la fuerza de gravedad favorece el descenso del feto.
Pero la tradición dejó paso a la "modernidad" cuando en el siglo XVII el médico francés Moriceau "acostó" a las mujeres para aplicar el fórceps, mientras que la anestesia epidural, llegada en los años setenta del pasado siglo, también contribuyó al parto horizontal.
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