Guerrilleros convocan paro armado en Perú

El grupo guerrillero Sendero Luminoso distribuyó volantes en una zona andina de Perú llamando a "un paro armado" de seis días a fines de mes, cuando se celebra la fiesta de la independencia peruana, dijeron ayer autoridades y fuentes policiales.

Los volantes fueron distribuidos a pasajeros de vehículos que transitaban por zonas remotas al sur del departamento de Ayacucho, considerado cuna de Sendero Luminoso, a 350 kilómetros al sureste de Lima, y convocaban al paro del 25 a 30 de julio.

La independencia peruana se celebra el día 28.

"En los volantes se pide la renuncia de las autoridades que representan al gobierno central.

Nosotros pedimos calma a la población y vamos a tener normal nuestras actividades", dijo a Reuters el alcalde de la municipalidad de Coracora, en Ayacucho, Walter Antayhua, en una conversación telefónica.

El llamado al "paro armado" de Sendero Luminoso se produce en momentos que el grupo ha lanzado una ola de incursiones y ataques en zonas selváticas y andinas de Perú, con el saldo de un militar y un guerrillero muertos tras enfrentamientos.

Por otro lado, el diario La República de Perú, publicó ayer que la ausencia del Estado peruano en la sierra central ayudaría a reactivar la actividad del grupo subversivo a través de sus otros comités regionales.

La alerta la dieron los presidentes regionales de Junín, Apurímac y Ayacucho.

Frente a esa amenaza, el presidente regional de Junín, Manuel Duarte Velarde, exigió un plan de contingencia en esta parte del país.

Allí se incluirían acciones sociales en las zonas empobrecidas de la sierra central.

El padre de los pequeños "ahora dice que no tiene claro todo y que no quiere el cambio de apellidos de mis niños", contó la esposa de Maduro, quien dice que Ocaña le ha sorprendido con su "profundo amor que le tiene a los niños en general".

Bonifacio Castellanos y su esposa, María, viven en La Cuchilla de Ceguaca, una pequeña y pobre comunidad del occidental departamento de Santa Bárbara, a la que Ocaña aporta asistencia social para sus pobladores, y dice que lo seguirá haciendo "al margen de lo que ocurra con mis niños".

"Yo solo quiero proteger a los niños, por eso lucho por quedarme con ellos; toda la comunidad le dice a Bonifacio que me los entregue en adopción, pero ahora él no quiere", afirmó Ocaña.

Remarcó que no quiere los niños bajo presiones y que tampoco pagaría por obtener la adopción, pero que está dispuesta a comprar una casa para los padres de los pequeños y seguir ayudándoles a mejorar sus condiciones de vida y las de sus otros tres hijos, de cinco, seis y nueve años.

Además, si se logra la adopción, los padres podrán ver a los chicos con alguna frecuencia, según lo que tiene previsto Ocaña, quien ya los inscribió en un jardín de infancia.

"No puedo vivir sin ellos, estoy feliz con ellos por toda la estabilidad que ahora disfrutan, es una relación muy bonita, mi familia también los quiere como hijos míos, voy a luchar para que nadie me los quite porque una madre siempre protege a sus hijos y los defiende", remarcó Ocaña.