Indonesia acusa a Al Qaeda de tragedia en Bali
Publicado 2002/10/14 23:00:00
Aún sin creerse lo ocurrido, una mujer llora ante la triste situación de identificar el cuerpo sin vida de su esposo.
Las autoridades indonesias acusaron ayer a la red Al Qaeda de estar implicada en el atentado que dejó un saldo de al menos 183 muertos en la turística isla de Bali y prometieron luchar a partir de ahora de manera más radical contra el terrorismo.
Centenares de turistas, heridos o conmocionados, seguían abandonando Bali ayer, 48 horas después del atentado con coche bomba contra una discoteca que provocó una verdadera carnicería y dejó heridas de diversa gravedad a unas 300 personas.
Estados Unidos ordenó a una parte de sus diplomáticos que abandonen el país y pidió a otros ciudadanos residentes en Indonesia o de vacaciones, que hagan lo mismo lo antes posible.
Por primera vez desde el atentado, un importante responsable indonesio señaló que la red Al Qaeda, liderada por el fundamentalista islámico, Osama bin Laden, podría estar implicada en el atentado, el más importante desde los del pasado 11 de septiembre en EU.
“La explosión de Bali está relacionada con Al Qaeda”, declaró el ministro de Defensa, Matori Abdul Jalil. “Estoy seguro de que la red Al Qaeda está realmente presente en Indonesia”.
Ya desde hace semanas, el gobierno de Yakarta había admitido discretamente que Al Qaeda podría haber desarrollado una red en Indonesia, primer país musulmán en número de personas, después de haber negado durante mucho tiempo la posibilidad de que existiera una presencia terrorista en el archipiélago.
Varias capitales europeas se contentaron hasta ahora con pedir a sus ciudadanos que no viajen a Bali. Australia, que perdió a numerosos ciudadanos en este atentado, acabó ayer la evacuación de más de 200 heridos y decretó que el próximo domingo será un día de luto nacional.
Mientras tanto, la identificación de los cuerpos continúa lentamente en Bali. Partes de los cadáveres llevados a la morgue local de Denpasar, la capital provincial, fueron trasladados a camiones frigoríficos para evitar que se descompongan. Numerosas víctimas, calcinadas o terriblemente descuartizadas, nunca podrán ser oficialmente identificadas.
Al atardecer de ayer, unos 200 familiares y amigos de las víctimas se reunieron ante un templo hinduísta situado en una de las míticas playas de arena blanca que hicieron famosa la isla de Bali, para rezar por los fallecidos.
Más de 2,000 turistas, entre ellos numerosos australianos, ya abandonaron en las últimas horas la llamada “isla de los dioses”, que era hasta el sábado sinónimo de tranquilidad y vacaciones.
En tanto, el atentado continúa cosechando condenas y expresiones de solidaridad de la comunidad internacional.
La Unión Europea expresó ayer su “apoyo total” a las autoridades de Indonesia para hacer frente al terrorismo y encontrar a los autores del atentado.
En una declaración de la presidencia de turno danesa, los Quince reiteran su compromiso contra el terrorismo e “invitan a las autoridades indonesias a que adopten las medidas que se imponen para encontrar a los autores de este acto y llevarlos ante la justicia”.
El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, también transmitió su pésame a las víctimas del “despreciable y cobarde” atentado y ofreció sus “más profundas condolencias” a los afectados.
El primer ministro británico, Tony Blair, afirmó que la tragedia de Bali “demuestra el nuevo tipo de amenaza que afronta el mundo” y que “el terrorismo global, el extremismo y el fundamentalismo no conocen fronteras”.
También Francia se declaró “determinada” a combatir el terrorismo “sin tregua”, según dijo el presidente Jacques Chirac, tras denunciar “el crimen de masas” perpetrado en Bali.
Mientras tanto Estados Unidos, Australia y Reino Unido han enviado expertos antiterroristas a la isla para ayudar en la investigación, y el Gobierno alemán se ofreció ayer para contribuir a esa misión, informó un portavoz del Ejecutivo.
Ansiosos familiares y amigos buscaban ayer a sus seres queridos en la isla indonesia.
Aviones C-130 de la fuerza aérea australiana volaron toda la noche para evacuar a los australianos lesionados, muchos de ellos quemados y mutilados después que un presunto vehículo con explosivos en el exterior del centro nocturno Sari en Kuta Beach desató un infierno el sábado por la noche.
Pequeños grupos de familiares y amigos volaron a Bali ayer y visitaron los hospitales y los depósitos de cadáveres para tratar de identificar los cuerpos calcinados de sus seres queridos.
Por su parte, aterrados turistas huían de la isla. Las calles y playas de Bali quedaron vacías de turistas, pero los pocos que decidieron quedarse se quejaron de que la Policía no había hecho nada para aumentar los patrullajes y la vigilancia.
El jefe de policía de Bali, general Budi Setiawan, dijo que una unidad de elite de la Policía habían sido emplazada en los principales sitios de Bali. Sin embargo, la presencia de esa fuerza no era evidente en el aeropuerto o en otros sitios públicos donde se habían congregado nerviosos turistas.
Centenares de turistas, heridos o conmocionados, seguían abandonando Bali ayer, 48 horas después del atentado con coche bomba contra una discoteca que provocó una verdadera carnicería y dejó heridas de diversa gravedad a unas 300 personas.
Estados Unidos ordenó a una parte de sus diplomáticos que abandonen el país y pidió a otros ciudadanos residentes en Indonesia o de vacaciones, que hagan lo mismo lo antes posible.
Por primera vez desde el atentado, un importante responsable indonesio señaló que la red Al Qaeda, liderada por el fundamentalista islámico, Osama bin Laden, podría estar implicada en el atentado, el más importante desde los del pasado 11 de septiembre en EU.
“La explosión de Bali está relacionada con Al Qaeda”, declaró el ministro de Defensa, Matori Abdul Jalil. “Estoy seguro de que la red Al Qaeda está realmente presente en Indonesia”.
Ya desde hace semanas, el gobierno de Yakarta había admitido discretamente que Al Qaeda podría haber desarrollado una red en Indonesia, primer país musulmán en número de personas, después de haber negado durante mucho tiempo la posibilidad de que existiera una presencia terrorista en el archipiélago.
Varias capitales europeas se contentaron hasta ahora con pedir a sus ciudadanos que no viajen a Bali. Australia, que perdió a numerosos ciudadanos en este atentado, acabó ayer la evacuación de más de 200 heridos y decretó que el próximo domingo será un día de luto nacional.
Mientras tanto, la identificación de los cuerpos continúa lentamente en Bali. Partes de los cadáveres llevados a la morgue local de Denpasar, la capital provincial, fueron trasladados a camiones frigoríficos para evitar que se descompongan. Numerosas víctimas, calcinadas o terriblemente descuartizadas, nunca podrán ser oficialmente identificadas.
Al atardecer de ayer, unos 200 familiares y amigos de las víctimas se reunieron ante un templo hinduísta situado en una de las míticas playas de arena blanca que hicieron famosa la isla de Bali, para rezar por los fallecidos.
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Más de 2,000 turistas, entre ellos numerosos australianos, ya abandonaron en las últimas horas la llamada “isla de los dioses”, que era hasta el sábado sinónimo de tranquilidad y vacaciones.
En tanto, el atentado continúa cosechando condenas y expresiones de solidaridad de la comunidad internacional.
La Unión Europea expresó ayer su “apoyo total” a las autoridades de Indonesia para hacer frente al terrorismo y encontrar a los autores del atentado.
En una declaración de la presidencia de turno danesa, los Quince reiteran su compromiso contra el terrorismo e “invitan a las autoridades indonesias a que adopten las medidas que se imponen para encontrar a los autores de este acto y llevarlos ante la justicia”.
El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, también transmitió su pésame a las víctimas del “despreciable y cobarde” atentado y ofreció sus “más profundas condolencias” a los afectados.
El primer ministro británico, Tony Blair, afirmó que la tragedia de Bali “demuestra el nuevo tipo de amenaza que afronta el mundo” y que “el terrorismo global, el extremismo y el fundamentalismo no conocen fronteras”.
También Francia se declaró “determinada” a combatir el terrorismo “sin tregua”, según dijo el presidente Jacques Chirac, tras denunciar “el crimen de masas” perpetrado en Bali.
Mientras tanto Estados Unidos, Australia y Reino Unido han enviado expertos antiterroristas a la isla para ayudar en la investigación, y el Gobierno alemán se ofreció ayer para contribuir a esa misión, informó un portavoz del Ejecutivo.
Ansiosos familiares y amigos buscaban ayer a sus seres queridos en la isla indonesia.
Aviones C-130 de la fuerza aérea australiana volaron toda la noche para evacuar a los australianos lesionados, muchos de ellos quemados y mutilados después que un presunto vehículo con explosivos en el exterior del centro nocturno Sari en Kuta Beach desató un infierno el sábado por la noche.
Pequeños grupos de familiares y amigos volaron a Bali ayer y visitaron los hospitales y los depósitos de cadáveres para tratar de identificar los cuerpos calcinados de sus seres queridos.
Por su parte, aterrados turistas huían de la isla. Las calles y playas de Bali quedaron vacías de turistas, pero los pocos que decidieron quedarse se quejaron de que la Policía no había hecho nada para aumentar los patrullajes y la vigilancia.
El jefe de policía de Bali, general Budi Setiawan, dijo que una unidad de elite de la Policía habían sido emplazada en los principales sitios de Bali. Sin embargo, la presencia de esa fuerza no era evidente en el aeropuerto o en otros sitios públicos donde se habían congregado nerviosos turistas.
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