Puntos débiles de los perros pequeños

Para preservar la salud de sus mascotas, muchas veces solo tiene que seguir los siguientes consejos.

Ellos son cariñosos divertidos, melosos, es por ello que los perros pequeños son los engreídos de muchos.

Una manera de demostrarle nuestro cariño es cuidando su salud.

Averiguemos cuáles son sus puntos débiles.

Los problemas respiratorios y de tráquea son bastante comunes principalmente en los shitzu, bulldog, pugs yorkshires, pekinés, y pinscher miniatura.

Para cuidarlos, los especialistas nos recomiendan no llevarlos con la cara afuera de la ventana del auto, y e vitar los cambios bruscos de temperatura.

No abrigarlos con ropa de lana, ya que esta puede producir eccemas en su delicada piel.

Hay que tener en cuenta que muchas razas, como los schnauzers, son bastante alérgicos, por lo que es mejor ponerles prendas de algodón, si e s que quiere ponerle un vestidito.

Es común que a las razas miniaturas les lagrimen los ojos.

y esto con el tiempo le produce costras.

Debe lavarse los ojitos con algodón remojado en té de manzanilla fresca o un té bien cargado.

Por otro lado, a otros perros, como los poodles, se les acumula el cerumen en los oídos, lo que les causa fuerte olor, y le puede generar una otitis, o hasta una perforación de oído.

Límpiele sus oídos suavemente con palillos, con en aceite especial para sus oídos.

Es común que algunos bulldogs nazcan con displasia de cadera (cuando esta no encaja bien con el fémur), además, suelen tener problemas de tórax.

A estos perros, no se les debe exigir mucho ejercicios ni dejarlos engordar, ya que, de lo contrario, sus padecimientos podrían agravarse y bajarle la calidad de vida.

Los ojos saltones de los shitzu, de los pugs, de los pinscher son uno de sus principales atractivos, pero también podrían convertirse en un serio problema, porque pueden llegar a salirse de sus cuencas.

Se debe evitar ponerles su correa muy ajustada en el cuello.

Como podrá ver, cuidar de los engreídos de la casa también está en sus manos, aunque los especialistas señalan que una visita periódica (cada 4 meses) al veterinario también es recomendable y minimiza los riesgos de que sufran una enfermedad o padecimiento grave.