Rebeldes libios enfrentan dura resistencia en Sirte

Con cazas de la OTAN sobrevolando, los revolucionarios libios libraban intensos combates calle por calle ayer bajo el fuego de los francotiradores en la ciudad natal de Moamar Gadafi, el bastión más importante que aún respalda al líder prófugo.

La batalla por Sirte es crucial porque los nuevos líderes de Libia han prometido declarar la liberación del país después de que sea tomada, a pesar de que los combates continúen en otras poblaciones y Gadafi siga oculto. Eso les permitirá convocar a elecciones y avanzar para que el país norafricano recupere la normalidad.

Las fuerzas revolucionarias lanzaron un ataque de gran envergadura el viernes, avanzando desde el oeste, el este y el sur hacia el interior de esta ciudad costera del Mediterráneo, después de un sitio de tres semanas en el que dijeron darle tiempo a los civiles para huir.

Las tropas leales a Gadafi también están parapetadas en la ciudad central de Bani Walid, pero los líderes de la transición dicen que declararán liberado al país, a pesar de que no haya sido tomada, porque la caída de Sirte les dará el control de todos los puertos.

El secretario de Defensa británico Liam Fox se comprometió a mantener los ataques aéreos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte incluso tras la caída de Sirte, e indicó que la acción militar internacional continuará mientras los restos del régimen representen un riesgo para el pueblo libio.

“Tenemos un mensaje para los que aún pelean por Gadafi: el juego ha terminado; el pueblo de Libia los ha rechazado”, dijo el sábado en Trípoli.

Las fuerzas contrarias a Gadafi se toparon con fuerte resistencia al acercarse a aproximadamente medio kilómetro de los combatientes leales al ex dictador, los cuales estaban atrincherados en los alrededores del centro de convenciones Ouagadougou y de la Plaza Verde, en intensas escaramuzas en Sirte.

El líder de facto de Libia, Mustafá Abdul-Jalil, jefe del Consejo Nacional de Transición, dijo que la batalla es “feroz”. El viernes murieron 15 milicianos revolucionarios y hubo 180 heridos.