Recuerdan asesinato de nieto de Mahoma
Publicado 2006/02/10 00:00:00
- Eduardo González/eduardo.gonzalez@epasa.com
La festividad coincidió con la indignación en el mundo islámico por la publicación de las algunas caricaturas.
CIENTOS de miles de chiítas iraquíes celebraron entre duelo, flagelación y estrictas medidas de seguridad, el día de Ashura, en el que conmemoran cada año el asesinato hace 14 siglos del imán Husein, nieto del profeta Mahoma.
Las celebraciones se desarrollaron en el barrio bagdadí de Al Kademiya, y en la ciudad de Kerbalá (a unos 100 kilómetros al sur de la capital), que acoge los santuarios del imán Husein y su hermano, Al Abbas.
Los fieles chiítas acudieron a diversas procesiones, en las que cientos de penitentes vestidos de negro, con cintas del mismo color en la cabeza y las espaldas descubiertas, se flagelaron con ramas espinosas, cadenas e incluso espadas.
Esta acciones se repiten cada año, tanto en Irak como en países que tienen importantes comunidades chiítas, como Irán, Pakistán y Líbano, como signo de duelo por la muerte del Imán Husein en la batalla de Kerbala contra el califa omeya Yazid I.
Esta batalla, del año 680 después de Cristo, se consideró como el cisma entre las confesiones sunita y chíta, las dos principales del Islam.
Desde entonces, los seguidores de la rama chií celebran el décimo día del primer mes del calendario islámico, Muharram, para honrar al imán Husein, y cientos de miles de ellos organizan marchas, en muchos casos a pie, desde distintas ciudades iraquíes hasta Kerbalá.
Los ritos de la Ashura contemplan expresiones de duelo y de dolor de miles de creyentes, entre ellos muchos niños, que también se flagelan el cuerpo para expresar su enorme pesar por la muerte del imán Husein.
El fervor con el que los creyentes golpean sus espaldas provoca que todos los años se registren varias muertes y que numerosas personas deban ser atendidas de heridas graves en los hospitales.
Estas acciones eran prohibidas durante el Gobierno del ex presidente iraquí Sadam Hussein, que pertenece a la comunidad sunita, y que fue derrocado en abril de 2003.
La festividad se celebra este año en medio de fuertes medidas de seguridad las que se consideran sin precedentes, especialmente en Bagdad y Kerbalá, para evitar ataques terroristas como los que hace dos años segaron la vida de decenas de chiítas en esas ciudades
Las celebraciones se desarrollaron en el barrio bagdadí de Al Kademiya, y en la ciudad de Kerbalá (a unos 100 kilómetros al sur de la capital), que acoge los santuarios del imán Husein y su hermano, Al Abbas.
Los fieles chiítas acudieron a diversas procesiones, en las que cientos de penitentes vestidos de negro, con cintas del mismo color en la cabeza y las espaldas descubiertas, se flagelaron con ramas espinosas, cadenas e incluso espadas.
Esta acciones se repiten cada año, tanto en Irak como en países que tienen importantes comunidades chiítas, como Irán, Pakistán y Líbano, como signo de duelo por la muerte del Imán Husein en la batalla de Kerbala contra el califa omeya Yazid I.
Esta batalla, del año 680 después de Cristo, se consideró como el cisma entre las confesiones sunita y chíta, las dos principales del Islam.
Desde entonces, los seguidores de la rama chií celebran el décimo día del primer mes del calendario islámico, Muharram, para honrar al imán Husein, y cientos de miles de ellos organizan marchas, en muchos casos a pie, desde distintas ciudades iraquíes hasta Kerbalá.
Los ritos de la Ashura contemplan expresiones de duelo y de dolor de miles de creyentes, entre ellos muchos niños, que también se flagelan el cuerpo para expresar su enorme pesar por la muerte del imán Husein.
El fervor con el que los creyentes golpean sus espaldas provoca que todos los años se registren varias muertes y que numerosas personas deban ser atendidas de heridas graves en los hospitales.
Estas acciones eran prohibidas durante el Gobierno del ex presidente iraquí Sadam Hussein, que pertenece a la comunidad sunita, y que fue derrocado en abril de 2003.
La festividad se celebra este año en medio de fuertes medidas de seguridad las que se consideran sin precedentes, especialmente en Bagdad y Kerbalá, para evitar ataques terroristas como los que hace dos años segaron la vida de decenas de chiítas en esas ciudades
Unos 10 mil efectivos de seguridad fueron desplegados en las principales calles de Kerbalá, donde se prohibió la circulación de todo tipo de vehículos, así como en las carreteras que unen esa ciudad con el resto del país.
En Bagdad, las fuerzas de seguridad cerraron varios puentes sobre el río Tigris, y establecieron puestos de control en las carreteras que conducen al barrio Al Kadhemiya (norte), en el que está el santuario del imán Musa al Kadhem, sagrado para los chiítas.
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