Recuerdan furia del maremoto en Asia
Publicado 2005/12/27 00:00:00
Miles de refugiados aún no tienen hogar en Indonesia y Sri Lanka.
EL MUNDO recordó ayer, con múltiples actos, a los más de 220.000 muertos por el maremoto que hace un año asoló la región y que se ha convertido en una de las más devastadoras catástrofes naturales de la Historia.
En Indonesia, Tailandia y Sri Lanka, los países más afectados por las olas gigantes que lo arrasaron todo a su paso, pero también en la India, supervivientes, familiares y líderes políticos y religiosos homenajearon con emoción y en silencio a las víctimas.
A las 8: 16 horas locales (1:16 GMT del lunes), cuando la primera ola golpeó la costa de la provincia indonesia de Banda Aceh, la más próxima al epicentro del sismo de nueve grados que desencadenó el tsunami, se guardó un minuto de silencio, repetido en otros lugares paradisiacos como Phuket (Tailandia) o las islas de Andaman y Nicobar (India).
"Fue bajo este mismo cielo azul, exactamente hace un año, cuando la madre tierra lanzó su más destructivo poder contra nosotros", dijo el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, en la ceremonia celebrada en el barrio de Ulee Leuhe, el más afectado de la capital provincial de Banda Aceh.
"El futuro de Aceh no será un futuro de sangre y lágrimas, sino de sudor y fortuna", dijo Yudhoyono, al recordar que el maremoto ha impulsado un acuerdo de paz que ha puesto fin a tres décadas de sangriento conflicto en la provincia, donde se cifran en más de 170.000 los muertos y desaparecidos y en medio millón los desplazados.
Yudhoyono también hizo sonar la sirena que marcó la puesta en marcha de un sistema de alerta de "tsunami", inexistente hace un año en la mayoría de los doce países afectados por el maremoto.
Lejos de la ceremonia presidencial, cerrada al público por motivos de seguridad, la población local acudió de manera masiva a fosas comunes y mezquitas para recordar a esposos, madres, padres, hijos, abuelos, nietos y amigos desaparecidos.
En Tailandia, miles de personas de unos 40 países participaron en los actos celebrados en siete localidades costeras del suroeste del país en recuerdo de las 5.395 muertos y de los 2.940 desaparecidos.
El primer ministro tailandés, Thaksin Shinawatra, viajó a Phuket para las ceremonias, que han incluido minutos de silencio, ofrendas florales y actos religiosos multi-confesionales.
En total de 2.248 extranjeros de 37 países perdieron la vida en Tailandia, la mayor parte en hoteles de la popular playa de Khao Lak, donde más se notaron los efectos devastadores del maremoto.
Hasta allí viajaron muchos supervivientes y familiares procedentes de todo el mundo, incluidos cientos de suecos para recordar a los 543 ciudadanos de ese país que murieron hace un año.
También Sri Lanka homenajeó en silencio a los cerca de 35.000 fallecidos en los tsunamis. En las principales ciudades, la Policía paró el tráfico rodado a las 9:29 hora local, cuando se iniciaron las olas que destrozaron dos tercios de la costa ceilanesa, mientras los ciudadanos guardaban silencio y sonaban las campanas en todos los templos del país, sin distinción de religión.
Barcos que salieron a la mar con lazos negros y miles de velas encendidas recordaron a las más de 12.000 víctimas en la India, donde hubo ceremonias multitudinarias en los archipiélagos de Andaman y Nicobar.
Hace un año, un terremoto de magnitud 9.3 grados, el más potente de las últimas cuatro décadas, estremeció el lecho marino cerca de la isla de Sumatra, desplazando miles de millones de toneladas de agua y generando olas de 10 metros de altura que se diseminaron por todo el Océano Indico a velocidades subsónicas.
El tsunami barrió con poblaciones enteras en Aceh y Sri Lanka, borró cinco centros vacacionales de cinco estrellas en Tailandia y alcanzó ciudades costeras en la India y África con fuerza incontenible.
En Indonesia, Tailandia y Sri Lanka, los países más afectados por las olas gigantes que lo arrasaron todo a su paso, pero también en la India, supervivientes, familiares y líderes políticos y religiosos homenajearon con emoción y en silencio a las víctimas.
A las 8: 16 horas locales (1:16 GMT del lunes), cuando la primera ola golpeó la costa de la provincia indonesia de Banda Aceh, la más próxima al epicentro del sismo de nueve grados que desencadenó el tsunami, se guardó un minuto de silencio, repetido en otros lugares paradisiacos como Phuket (Tailandia) o las islas de Andaman y Nicobar (India).
"Fue bajo este mismo cielo azul, exactamente hace un año, cuando la madre tierra lanzó su más destructivo poder contra nosotros", dijo el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, en la ceremonia celebrada en el barrio de Ulee Leuhe, el más afectado de la capital provincial de Banda Aceh.
"El futuro de Aceh no será un futuro de sangre y lágrimas, sino de sudor y fortuna", dijo Yudhoyono, al recordar que el maremoto ha impulsado un acuerdo de paz que ha puesto fin a tres décadas de sangriento conflicto en la provincia, donde se cifran en más de 170.000 los muertos y desaparecidos y en medio millón los desplazados.
Yudhoyono también hizo sonar la sirena que marcó la puesta en marcha de un sistema de alerta de "tsunami", inexistente hace un año en la mayoría de los doce países afectados por el maremoto.
Lejos de la ceremonia presidencial, cerrada al público por motivos de seguridad, la población local acudió de manera masiva a fosas comunes y mezquitas para recordar a esposos, madres, padres, hijos, abuelos, nietos y amigos desaparecidos.
En Tailandia, miles de personas de unos 40 países participaron en los actos celebrados en siete localidades costeras del suroeste del país en recuerdo de las 5.395 muertos y de los 2.940 desaparecidos.
El primer ministro tailandés, Thaksin Shinawatra, viajó a Phuket para las ceremonias, que han incluido minutos de silencio, ofrendas florales y actos religiosos multi-confesionales.
En total de 2.248 extranjeros de 37 países perdieron la vida en Tailandia, la mayor parte en hoteles de la popular playa de Khao Lak, donde más se notaron los efectos devastadores del maremoto.
Hasta allí viajaron muchos supervivientes y familiares procedentes de todo el mundo, incluidos cientos de suecos para recordar a los 543 ciudadanos de ese país que murieron hace un año.
También Sri Lanka homenajeó en silencio a los cerca de 35.000 fallecidos en los tsunamis. En las principales ciudades, la Policía paró el tráfico rodado a las 9:29 hora local, cuando se iniciaron las olas que destrozaron dos tercios de la costa ceilanesa, mientras los ciudadanos guardaban silencio y sonaban las campanas en todos los templos del país, sin distinción de religión.
Barcos que salieron a la mar con lazos negros y miles de velas encendidas recordaron a las más de 12.000 víctimas en la India, donde hubo ceremonias multitudinarias en los archipiélagos de Andaman y Nicobar.
Hace un año, un terremoto de magnitud 9.3 grados, el más potente de las últimas cuatro décadas, estremeció el lecho marino cerca de la isla de Sumatra, desplazando miles de millones de toneladas de agua y generando olas de 10 metros de altura que se diseminaron por todo el Océano Indico a velocidades subsónicas.
El tsunami barrió con poblaciones enteras en Aceh y Sri Lanka, borró cinco centros vacacionales de cinco estrellas en Tailandia y alcanzó ciudades costeras en la India y África con fuerza incontenible.
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