Temporada de huracanes 2008, intensa e imprevisible
- Melquiades Vásquez A.
Durante la última década, el número sin precedente de huracanes que se han formado en el Atlántico norte se debe directamente al incremento de la temperatura provocado por el calentamiento global.
D urante la presente semana, Haití, República Dominica, Cuba, Estados Unidos y en menor escala otros países del Caribe han sufrido el embate de la fuerza de Gustav, Hanna e Ike; tres huracanes en menos de 15 días, uno tras otro.
Pocas veces esta situación se observa durante una temporada regular de huracanes y desde mayo, la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA) de los Estados Unidos, al igual que otras entidades habían advertido sobre una probabilidad de un 85% de que este período fuera más activo de lo normal; dadas las condiciones actuales de la atmósfera y el océano en el Atlántico Tropical.
Tengamos presente que los registros muestran que al igual que en otras épocas, desde 1995 a la fecha, la atmósfera y el océano en el Atlántico Tropical han dado muestra de que nos encontramos en un periodo de mayor actividad ciclónica; esta situación conllevó a que algunas personas asociaron inicialmente esto con el cambio climático.
Registros anteriores.
Desde 1995, la variación multidecadal junto a la anomalía positiva de la temperatura del océano Atlántico (aumento de la temperatura por encima del promedio), ha sido favorable a una mayor actividad de huracanes en el atlántico.
Este año se adicionó la presencia de una Niña e igualmente el inicio temprano de la temporada.
Los registros muestran que en la mayoría de los años con temporadas intensas de huracanes, esta inicia temprano.
Otro de los elementos importantes para medir el nivel de actividad estacional de la presente temporada de huracanes, como lo es el "Índice de acumulación de energía ciclónica (ACE)", que es un índice de la energía del viento definida como la suma de los cuadrados de la velocidad máxima sostenida del viento en superficie medido en nudos cada seis horas y que se mide para todos los sistemas con nombre mientras estos al menos tengan fuerza de tormentas tropicales, es decir, la intensidad colectiva y la duración de los huracanes y todas las tormentas a las que se les asigna nombre por la intensidad de sus vientos máximos durante una temporada de huracanes.
ACE fue pronosticado para este año en el valor superior de su distribución de probabilidades. Esto implica que para este año se puede esperar un mínimo de 18 de tormentas tropicales, de las cuales al menos 10 se convertirán en huracanes y de estos al menos 6 serán intensos.
Lo observado en los últimos días está confirmando hasta ahora el pronóstico presentado en el mes de mayo y en estos momentos estamos en los meses de mayor actividad ciclónica o temporada alta de huracanes que son los meses de agosto a octubre; por lo que es de suponer que antes de que termine la actual temporada de huracanes en noviembre, tendremos mucha actividad.
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