Altar de Oro: religión y arquitectura
Publicado 2006/04/15 23:00:00
- Maritza Bonilla
UNA GAMA de tendencias arquitectónicas francesas, italianas y españolas es lo que podemos apreciar en el Casco Antiguo de la ciudad de Panamá.
En la avenida A o Rodolfo Chiari está la Iglesia de San José, que según el sacerdote Jerónimo Azanza, produce en quien la visita, un intenso y vivo deleite espiritual.
Aquí se exhibe el Altar de Oro, donde se observan dos grandes velones rojos, siempre encendidos, que indican la presencia real del Todopoderoso en el Sagrario.
De acuerdo con Azanza, la historia reconoce su antigüedad, debido a que enseña que el altar fue construido en 1612 y que el pirata Henry Morgan lo respetó gracias al ingenio y astucia del religioso Fray Juan, un hombre bueno, natural de la Villa de Los Santos.
Fray Juan reunió a los padres, legos y criadillos del convento, arrancó las cuatro columnas de oro, los principales detalles de la ornamentación, el remate superior del Altar y las mesas de abajo. Como pudieron lo dispusieron todo en lanchas y lo sumergieron en el mar.
Lo restante del Altar no se pudo arrancar ni trasladar, por lo que Fray Juan lo pintó para ocultar el tesoro.
El Altar de Oro tiene además el mérito de su original estilo y de ser obra de arte indígena o colonial y lo único que se ha conservado del Panamá que se quemó el 28 de enero de 1671.
Luego de este episodio, los Padres Agustinos Recolectos levantaron su nuevo convento e Iglesia San José en el lugar señalado por la Comisión Organizadora de la ciudad, en 1675, en el barrio que antes se llamaba Ancón, hoy San Felipe.
El Altar de Oro no es lo único que resalta dentro de la iglesia. En éste encontramos la figura de San José, que con su mano izquierda sostiene al Divino Niño Jesús y en la mano derecha tiene la flor de la pureza, una azucena.
En otro punto está Santo Tomás de Villanueva. En su mano derecha sostiene el báculo de obispo y en la izquierda un pan, símbolo de la gran caridad de este arzobispo agustino de Valencia.
Es un lugar que guarda múltiples detalles religiosos que son bien conocidos por el sacerdote Jerónimo Azanza.
Precisamente él escribió cada uno de estos detalles en el libro: "El Altar de Oro de la Iglesia de San José" que puede ser adquirido en la parroquia.
En la avenida A o Rodolfo Chiari está la Iglesia de San José, que según el sacerdote Jerónimo Azanza, produce en quien la visita, un intenso y vivo deleite espiritual.
Aquí se exhibe el Altar de Oro, donde se observan dos grandes velones rojos, siempre encendidos, que indican la presencia real del Todopoderoso en el Sagrario.
De acuerdo con Azanza, la historia reconoce su antigüedad, debido a que enseña que el altar fue construido en 1612 y que el pirata Henry Morgan lo respetó gracias al ingenio y astucia del religioso Fray Juan, un hombre bueno, natural de la Villa de Los Santos.
Fray Juan reunió a los padres, legos y criadillos del convento, arrancó las cuatro columnas de oro, los principales detalles de la ornamentación, el remate superior del Altar y las mesas de abajo. Como pudieron lo dispusieron todo en lanchas y lo sumergieron en el mar.
Lo restante del Altar no se pudo arrancar ni trasladar, por lo que Fray Juan lo pintó para ocultar el tesoro.
El Altar de Oro tiene además el mérito de su original estilo y de ser obra de arte indígena o colonial y lo único que se ha conservado del Panamá que se quemó el 28 de enero de 1671.
Luego de este episodio, los Padres Agustinos Recolectos levantaron su nuevo convento e Iglesia San José en el lugar señalado por la Comisión Organizadora de la ciudad, en 1675, en el barrio que antes se llamaba Ancón, hoy San Felipe.
El Altar de Oro no es lo único que resalta dentro de la iglesia. En éste encontramos la figura de San José, que con su mano izquierda sostiene al Divino Niño Jesús y en la mano derecha tiene la flor de la pureza, una azucena.
En otro punto está Santo Tomás de Villanueva. En su mano derecha sostiene el báculo de obispo y en la izquierda un pan, símbolo de la gran caridad de este arzobispo agustino de Valencia.
Es un lugar que guarda múltiples detalles religiosos que son bien conocidos por el sacerdote Jerónimo Azanza.
Precisamente él escribió cada uno de estos detalles en el libro: "El Altar de Oro de la Iglesia de San José" que puede ser adquirido en la parroquia.
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