Conversando con Amalia
Publicado 2005/03/07 00:00:00
- Leonardo Machuca
Luchadora y emprendedora, debe su éxito a la responsabilidad y a la eficacia del trabajo que realiza.
LLEGARON los zapatos de Nenito Vargas! Exclama una señora. De inmediato apresura su paso un joven hacia el carro. El conductor le entrega varios pares de zapatos y se retira del lugar.
Vargas, un exitoso cantante de la música típica popular panameña, es una de las tantas personalidades que llevan a limpiar sus calzados a la pequeña empresa Lustradores de Zapatos Don Leonardo, propiedad de la señora Amalia Navas.
Esta micro empresa ha revolucionado este negocio, ya que está formalmente registrada en el Ministerio de Comercio e Industrias, así como en la Asociación Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa (AMPYME).
Ubicado en el parquecito contiguo a la antigua sede principal del Ministerio de Salud en Avenida Cuba, este negocio tiene alrededor de 27 años de estar operando. La idea fue de su esposo, pero en los últimos cinco años, la señora Amalia lo administra.
Seis jóvenes trabajadores es el personal que conforma la planilla de la señora Navas.
Así como Nenito Vargas es uno de sus clientes, a este lugar acuden desde magistrados de la Corte Suprema de Justicia, diputados como Rogelio Paredes, ministros como el doctor Juan Bosco Bernal, viceministros como Anel Omar Rodríguez y Rolando Mirones, además de profesionales en general.
Incluso hay extranjeros que se les brindó el servicio y cuando regresan a Panamá van a nuestros puestos para que les lustren sus calzados, comenta.
Pero estas personalidades se bajan de sus autos?. Bueno, algunos sí lo hacen. Otros por la premura del tiempo, los mandan a lustrar y los retiran más tarde, comentó la señora Amalia.
Y hablando de todo un poco empezó la entrevista a esta emprendedora mujer.
P.A. ¿Este negocio le rinde señora Amelia?
A.N. Sí. Este negocio es una fuente de ingreso importante para mi familia. Además pagamos seguro social e impuestos. En total ayudamos a los ingresos del Estado.
P.A. Oiga y volviendo a su negocio, cuáles son sus tarifas?
A.N. Entre más fino el calzado más caro es el servicio. Todo depende de la calidad del zapato. El pago a los empleados es del 50% del costo total del servicio.
En este momento, llegó un joven por detrás y le cubre los ojos con sus manos.
La señora Amalia trata de adivinar quién es. En su primer intento falla, pero en el segundo acierta. Era Domingo Ricardo Durán, uno de sus cuatro hijos y que está finalizando la carrera de Derecho.
En el momento en que se saludaron, notamos el gran afecto que se tienen el uno con el otro.
"Esta es mi mamá. Cuando obtenga el diploma se lo voy a entregar", indicó Domingo.
Continuó la conversación. Seguimos preguntando sobre la variedad de colores que tiene para lustrar los zapatos de sus clientes.
Tenemos todos los colores que hay en el mercado. El marrón, azul, rojo, amarillo, cordobán y otros, dijo.
P.A. ¿Cómo se inició el negocio?
A.N. El negocio se inició a finales de la década del 70 y principios de los 80. Una persona que nos ayudó bastante fue el entonces ministro José Renán Esquivel, quien le dijo a mi esposo que podía colocarse en el lugar que estamos actualmente, ya que originalmente él estaba en una esquina donde no había mucho espacio.
El éxito de este negocio se debe a la responsabilidad y a la eficacia del trabajo.
Al transcurrir el coloquio, nos percatamos que la señora Amalia era una persona muy ilustrada.
Aprovechando que el tema del momento son las posibles reformas a la Caja de Seguro Social, le preguntamos su opinión al respecto.
A.N. Pienso que todos los panameños debemos dar un granito de arena para salvarla, pero sin llegar a la necesidad de privatizar a la Caja de Seguro Social.
P.A. ¿Cuál es su grado de escolaridad?.
A.N. Estudié hasta primer año y posteriormente me gradué de modistería y ejercí la profesión. También fuí empleada doméstica por 32 años en una casa de familia.
Pero a pesar de no tener estudios secundarios, esta señora luchadora cultivó el hábito de la lectura a tal punto que al conversar con ella parecía que estuvieramos con una profesional.
La señora Amalia indicó que la costumbre de la lectura se la debe a su abuela, que era analfabeta y como quería lo mejor para su nieta, la ponía a leer de todo.
Para esta dama, que nació en el populoso barrio de El Marañón, pero se crió en Río Hato, la lectura ha sido tan importante en su vida que inclusive, escribe poemas y hasta nos recitó uno de sus preferidos: El Canal de Panamá.
La entrevista no podía culminar sin un mensaje de este ejemplo de lucha.
"El mensaje que le daría a las mujeres es que salgan a trabajar, pero en un oficio que sea honrado. Recuerden que no hay nada imposible para Dios. Si creemos en él, todas las cosas salen bien".
Vargas, un exitoso cantante de la música típica popular panameña, es una de las tantas personalidades que llevan a limpiar sus calzados a la pequeña empresa Lustradores de Zapatos Don Leonardo, propiedad de la señora Amalia Navas.
Esta micro empresa ha revolucionado este negocio, ya que está formalmente registrada en el Ministerio de Comercio e Industrias, así como en la Asociación Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa (AMPYME).
Ubicado en el parquecito contiguo a la antigua sede principal del Ministerio de Salud en Avenida Cuba, este negocio tiene alrededor de 27 años de estar operando. La idea fue de su esposo, pero en los últimos cinco años, la señora Amalia lo administra.
Seis jóvenes trabajadores es el personal que conforma la planilla de la señora Navas.
Así como Nenito Vargas es uno de sus clientes, a este lugar acuden desde magistrados de la Corte Suprema de Justicia, diputados como Rogelio Paredes, ministros como el doctor Juan Bosco Bernal, viceministros como Anel Omar Rodríguez y Rolando Mirones, además de profesionales en general.
Incluso hay extranjeros que se les brindó el servicio y cuando regresan a Panamá van a nuestros puestos para que les lustren sus calzados, comenta.
Pero estas personalidades se bajan de sus autos?. Bueno, algunos sí lo hacen. Otros por la premura del tiempo, los mandan a lustrar y los retiran más tarde, comentó la señora Amalia.
Y hablando de todo un poco empezó la entrevista a esta emprendedora mujer.
P.A. ¿Este negocio le rinde señora Amelia?
A.N. Sí. Este negocio es una fuente de ingreso importante para mi familia. Además pagamos seguro social e impuestos. En total ayudamos a los ingresos del Estado.
P.A. Oiga y volviendo a su negocio, cuáles son sus tarifas?
A.N. Entre más fino el calzado más caro es el servicio. Todo depende de la calidad del zapato. El pago a los empleados es del 50% del costo total del servicio.
En este momento, llegó un joven por detrás y le cubre los ojos con sus manos.
La señora Amalia trata de adivinar quién es. En su primer intento falla, pero en el segundo acierta. Era Domingo Ricardo Durán, uno de sus cuatro hijos y que está finalizando la carrera de Derecho.
En el momento en que se saludaron, notamos el gran afecto que se tienen el uno con el otro.
"Esta es mi mamá. Cuando obtenga el diploma se lo voy a entregar", indicó Domingo.
Continuó la conversación. Seguimos preguntando sobre la variedad de colores que tiene para lustrar los zapatos de sus clientes.
Tenemos todos los colores que hay en el mercado. El marrón, azul, rojo, amarillo, cordobán y otros, dijo.
P.A. ¿Cómo se inició el negocio?
A.N. El negocio se inició a finales de la década del 70 y principios de los 80. Una persona que nos ayudó bastante fue el entonces ministro José Renán Esquivel, quien le dijo a mi esposo que podía colocarse en el lugar que estamos actualmente, ya que originalmente él estaba en una esquina donde no había mucho espacio.
El éxito de este negocio se debe a la responsabilidad y a la eficacia del trabajo.
Al transcurrir el coloquio, nos percatamos que la señora Amalia era una persona muy ilustrada.
Aprovechando que el tema del momento son las posibles reformas a la Caja de Seguro Social, le preguntamos su opinión al respecto.
A.N. Pienso que todos los panameños debemos dar un granito de arena para salvarla, pero sin llegar a la necesidad de privatizar a la Caja de Seguro Social.
P.A. ¿Cuál es su grado de escolaridad?.
A.N. Estudié hasta primer año y posteriormente me gradué de modistería y ejercí la profesión. También fuí empleada doméstica por 32 años en una casa de familia.
Pero a pesar de no tener estudios secundarios, esta señora luchadora cultivó el hábito de la lectura a tal punto que al conversar con ella parecía que estuvieramos con una profesional.
La señora Amalia indicó que la costumbre de la lectura se la debe a su abuela, que era analfabeta y como quería lo mejor para su nieta, la ponía a leer de todo.
Para esta dama, que nació en el populoso barrio de El Marañón, pero se crió en Río Hato, la lectura ha sido tan importante en su vida que inclusive, escribe poemas y hasta nos recitó uno de sus preferidos: El Canal de Panamá.
La entrevista no podía culminar sin un mensaje de este ejemplo de lucha.
"El mensaje que le daría a las mujeres es que salgan a trabajar, pero en un oficio que sea honrado. Recuerden que no hay nada imposible para Dios. Si creemos en él, todas las cosas salen bien".
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