PROYECTO. Las negociaciones permitirían a futuro establecer un banco de estos órganos en Panamá.
Estudian importar de Colombia huesos para trasplantes óseos
Los implantes de hueso no producen rechazo en el organismo y mejoran la calidad de vida de la persona. Además, su costo es menos de un tercio de lo que valen las prótesis de reconstrucción oncológica.
El inicio de negociaciones para traer tejidos óseos de Colombia abre la posibilidad de que en Panamá se establezca a futuro un banco de huesos.
Este avance, en primera instancia, permitirá que se realicen trasplantes de fragmentos o de huesos completos a las personas que lo requieran para el reemplazo de piezas que hayan perdido por un accidente o por una enfermedad.
El trámite lo está llevando a cabo la Organización Panameña de Trasplante (OPT) con la Organización de Donación y Trasplante de Colombia, aseguró César Cuero, director de la organización adscrita al Ministerio de Salud (MINSA) y del Comité Nacional de Trasplante.
Una vez finiquitado este proceso, se podrían importar estos tejidos, que se sumarían a los cuatro programas de trasplantes de órganos y de componentes anatómicos con los que se cuenta en el país, pero como el trámite es extenso no se completará este año.
Cuero aclaró que para traer huesos no será necesario hacer ajustes a la Ley 3 de 8 de febrero de 2010 (que rige los trasplantes y componentes anatómicos), porque "es muy clara al respecto. Solo hay que cumplirla, por eso la negociación con nuestra contraparte en Colombia”.
Trasplante.
En Panamá, hace pocos meses se hizo un trasplante de hueso con un permiso especial de la OPT y el MINSA y se trajo el insumo del banco de hueso de Bogotá, pero no hay un programa constituido, advirtió Cuero. Este procedimiento fue posible porque se puede traer uno o dos días antes de la cirugía, y no demanda que esté en un banco de hueso, explicó.
Alan Ríos, representante de la Sociedad Panameña de Ortopedia ante el Comité Nacional de Trasplante, dijo que los trasplantes de hueso son cirugías mayores que tienen un riesgo alto, se controlan con antibióticos para evitar infecciones, no se produce el rechazo del tejido y el tiempo de recuperación depende de la biología del paciente como del entorno de la cirugía (la técnica, experiencia, instrumentos y equipos). Ríos, quien trabaja en la policlínica de Arraiján de la Caja de Seguro Social (CSS), atiende los casos de cirugía mayor en el Complejo Hospitalario Metropolitano, porque en Arraiján no hay quirófanos.
El especialista destacó la necesidad de un banco de huesos por las dificultades que enfrenta en los casos que atiende, pero trata de hacerlo con los recursos que tiene a su alcance para resolver la necesidad inmediata del paciente, afirmó.
En estos casos, Ríos acude a técnicas tradicionales, las que ha utilizado una decena de veces, pero reconoce que podría hacerse más de la mitad de las que actualmente se practican, de existir la disponibilidad de estos recursos en el país, como el banco de huesos.
Los candidatos para recibir un trasplante son quienes han perdido el tejido por un accidente o tumor, pero no hay estadísticas de cuántos lo requieren.
Explicó que se debe a que quien sufre un trauma no entra en una lista de espera, porque la pieza ósea perdida o lesionada no puede esperar para ser reemplazada, porque perdería su función.
Para los casos de oncología, la demanda de estos trasplantes es del 2 a 3%. “Llegan con lesiones muy avanzadas” y cuando se capta el paciente es muy tarde.
Agregó que en el último año se han atendido tres pacientes oncológicos, en edad productiva, cuyas lesiones ameritaban algún tipo de sustituto de hueso.
“Llega un momento en que no hay nada que hacer, hay que amputar, lo que se evita si se pueden salvar las extremidades y la enfermedad lo permite; aunque la situación es difícil por la falta de recursos. No es fácil, ojalá hubiera de todo”, manifestó en referencia a los insumos para procedimientos temporales e implante de tejido de hueso.
Costo.
Según Ríos, los tratamientos son muy costosos. Por ejemplo, una de las opciones son las prótesis, pero su precio es mayor que el de un tejido de hueso, además de que existe el inconveniente de que el paciente queda en una lista de espera, porque una prótesis hay que pedirla a una compañía.
Las más económicas están entre $15 a $16 mil y las otras entre $30 y $40 mil, mientras que los injertos de tejidos óseos podrían costar un tercio o menos de lo que valen las prótesis de reconstrucción oncológica.
Agregó que hace cinco años se traían huesos, tendones, huesos molidos, piezas completas por segmentos y se usaban en pacientes con defectos en algún segmento o pacientes oncológicos que tenían un tumor, pero con la nueva ley se requiere de un banco de huesos, de lo contrario se tendría que ir al extranjero.
Ríos explicó que para enfrentar las necesidades emplea sustitutos sintéticos y derivados de proteínas óseas que ayudan a la formación de huesos, los que se emplean en fracturas o traumas.
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