Padre Fernando Guardia J., 50 años de vida sacerdotal
- Ginebra
El sacerdote jesuita Fernando Guardia Jaén cumple mañana 50 años de vida dedicada al sacerdocio y a Cristo. Por la ocasión, Panamá América conversó con el presbítero para conocer sus afanes más íntimos en esta fecha especial.
Por esas coincidencias de la vida, el sacerdote Guardia perdió ayer a una de sus hermanas, la señorita Irene Guardia Jaén, cuyas exequias se llevaron a cabo en Penonomé, Coclé.
Los actos en reconocimiento al padre Jaén se realizarán hoy como estaban previstos.
A continuación, el texto de la conversación sostenida con el Padre Guardia:
P.A. ¿Qué representan para usted 50 años de vida sacerdotal?
F.G. Ser sacerdote es vivir una fe, que constituye en ser ministro. Vivimos en el mundo de la fe, porque es un don de Dios y vocación.
Cuando somos elegidos nos preguntamos ¿por qué yo?, pero al final somos aceptados y damos los dones de Dios, los sacramentos y transmitimos la luz de Él.
P.A. ¿Cuál ha sido el momento más trascendental de su vida como sacerdote?
F.G. Dar testimonios de Jesucristo todos estos años en Panamá; que sea conocido y amado. Es una labor presente, humilde, sencilla y oculta. Ese es un trabajo de Dios en el pueblo, pero hay momentos estelares como el paso de uno por diversas instituciones y en diferentes momentos de la historia Patria, cuando uno se siente pequeño, eres pecador y estás llamado a servir. En mi caso, mi presencia en la Cruzada Civilista, humildemente, reconozco que soy uno de los creadores no el fundador, pero estuvimos allí y guardo una gran alegría de mi aporte que fue el mensaje de la “no violencia”.
P.A. ¿Ha tenido momentos difíciles como sacerdote?
F.G. Sí. Son aquellos cuando nos topamos con las limitaciones, con la pequeñez y esos son los tiempos duros y difíciles. Pero sabemos que después está la gracia de Dios que nos lleva hacia adelante. Son aquellos momentos cuando nos sentimos rechazados, pequeños e incomprendidos. P.A. ¿Por qué los jesuitas? F.G. Primero, creo que mi vocación de servicio es ser fiel a Jesús, procurar que sea amado e identificarnos con Él. Los ideales jesuitas los conocí en los sacerdotes que traté de niño y después en mi vida de estudiante por la labor que realizaron en Suramérica.
P.A. ¿Cuál fue la característica de la Cruzada Civilista dentro de un régimen militar?
F.G. La característica de la Cruzada Civilista fue una lucha por la paz, la justicia, la verdad y nuestra palabra era “no a las armas”. Se creía en el amor, en hacer un mundo nuevo, pero sin violencia. La sencillez de la lucha civilista fue “pito, paila y pañuelo”.
P.A. Qué recomendaciones le da a la sociedad panameña que está inmersa en la violencia, y a los dirigentes que hoy son cuestionados por el Gobierno?
F.G. El mensaje de no a la violencia es válido, porque no es pasividad, sino una actividad, buscando la verdad, justicia y libertad. Malos servidores seríamos de la no violencia, si imponemos nuestros criterios, porque se requiere humildad y no valerse de los medios de opresión en beneficio propio; eso sería traicionar esta lucha.
P.A. ¿Usted soñó con ser Presidente de la República?
F.G. (Sonríe). Sí, lo puedo decir y humildemente en lo íntimo del corazón, cuando me decidí a dar el paso al noviciado de los jesuitas. Yo decía, renuncio al mundo y a los atractivos de la vida; renuncio a ser Presidente. Yo soñaba ser político; si no hubiese sido sacerdote, fuera político o médico.
P.A. ¿Entonces para usted no todos los políticos son corruptos?
F.G. Ser político no es por definición ser corrupto, porque la política es la búsqueda del bien y esa proyección la debe tener todo cristiano. Porque ser cristiano no es meterse debajo de la sotana del cura. Ser cristiano es abrir el evangelio a la proyección social. En el hombre hay mala levadura y a veces se pervierte. La diferencia es si uno quiere servir a la Patria, o servirse a sí mismo.
P.A. ¿Por qué su interés en Radio Hogar?
F.G. La emisora Radio Hogar fue en mi camino una labor de los jesuitas, uno de los baluartes de la difusión del Evangelio, porque consideramos que era necesario llevar la palabra de Dios, a través de un medio sencillo.
Se fundó en 1954 y a mí me tocó reemplazar al Padre Torres y luego pasar la antorcha a la Arquidiócesis de Panamá. Ahora entra en un cambio, porque esa es la función de los medios de comunicación. La radio es el medio más sencillo y barato de llegar a la gente.
P.A. Usted desarrolló el Programa Maestro en Casa. ¿Qué implica?
F.G. Es educación a distancia por radio. No es que la radio sea lo único, sino que es un medio y queremos llegar a la gente del campo y la ciudad. Llegar a esa gente que quedó marginada de la educación, y estamos llegando, poco a poco, y se está reconociendo que por la radio se puede aprender. Se trata de un sistema autodidacta, que abarca alfabetización, educación primaria y premedia y para el próximo año, queremos llegar a la media.
Con la educación se tiene un pueblo más educado, más consciente.
P.A. ¿Qué opinión le merece el actual Gobierno?
F.G. Una opinión general es muy difícil. En algunos aspectos hay cosas positivas; sin embargo, hay gestiones muy negativas. La más severa crítica es que no ha sido seguidor de sus propias promesas. El presidente Ricardo Martinelli prometió mucho, y muchas cosas simplemente no se cumplen.
Hay grandes promesas que se hicieron, y se deben cumplir. A mí me molesta que compren (el Gobierno) sin licitación. Son cosas discutibles, que el sistema de licitación es lento y engorroso, detenía el progreso. Puede ser, pero tampoco se puede eliminar del todo. Tiene un año de estar en el poder y tiene mucho que aprender.
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