Por año se pierden 47 mil hectáreas de bosques
Publicado 2004/08/08 23:00:00
- José Eduardo Sánchez S.
El problema de la deforestación en Panamá que, según el "Estudio de Cobertura Forestal", refleja una pérdida de bosques equivalente a 47 mil hectáreas por año, una cifra preocupante, no tendrá una solución definitiva hasta que no se logre cambiar el modelo de desarrollo del país, pero, se hacen esfuerzos por detener su magnitud.
Eduardo Esquivel Ríos, consultor agroforestal, dijo que "trazando una progresión matemática de la tasa de deforestación versus los bosques que quedan, amortiguada por la pequeña tasa de reforestación, para el año 2030 ya no existirán bosques en Panamá".
Las provincias que mayor deforestación presentan son Darién, Panamá y Colón, donde se han establecido los principales frentes de colonización y expansión agropecuaria.
Hoy se observan algunos avances porque se ha ido disminuyendo el problema, tal vez por las nuevas políticas ambientales, la posición más rígida de las leyes que castigan los delitos ecológicos, al tiempo que surgen otras formaciones de bosques que reflejan un incremento, pero que no son avances suficientes.
Raúl Gutiérrez, jefe de Servicios de Administración Forestal de la Autoridad del Ambiente (ANAM), reconoce que no se puede analizar la deforestación tomando en cuenta el surgimiento de estas nuevas formaciones boscosas por la reforestación, ya que se invisibiliza el problema fundamental que es que los bosques maduros, principales o más desarrollados se están perdiendo y en su reemplazo crecen plantaciones jóvenes que no cumplen la misma función ecológica.
Afirma que la deforestación es un flagelo que afecta a los países en vías de desarrollo. "Este problema está vinculado al modelo de desarrollo, pobreza, baja tecnología, competitividad y los bajos ahorros internos de un país que no produce capitales, pero demanda muchos recursos para su desarrollo y se endeuda cada vez más".
Muchos piensan que el problema puede resolverse fácilmente, y no es cierto, para lograrlo debe haber voluntad internacional, pues son los países ricos los que condicionan los modelos de desarrollo que hipotecan a "nuestros países, obligándolos a recurrir a sus recursos naturales para subsidiar el costo de su endeudamiento.
Gutiérrez explica que un que está provocando la deforestación es la expansión de las fronteras agropecuarias, pero, reitera, las verdaderas causas subyacen en el modelo de país subdesarrollado que tenemos.
"Si Panamá no genera ahorros internos, el crecimiento económico no le va a permitir enfrentar este problema". Se requiere de grandes capitales y millones de dólares para emprender acciones de conservación, restauración, procesos de uso y desarrollo forestal sostenible, recursos tecnológicos, conocimientos científico y recurso humano.
Para el jefe de Servicios de Administración Forestal de la ANAM, en Panamá se tilda la extracción forestal como dañina. Esto no es cierto, afirma, porque esta es una actividad económica que genera desarrollo sin deteriorar el bosque. "Es un mito que la deforestación en Darién es producto de las concesiones que allí se mantienen".
En el país ya se han identificado los ecosistemas más importantes del país y han sido incluidos dentro de las áreas protegidas, sobre las que no hay aprovechamiento forestal, pese a que ese 32% de bosque tiene que contribuir también al desarrollo nacional.
Actualmente se cuenta con dos millones de hectáreas de tierras deforestadas, para las que se ha destinado una política de reforestación y agroforestería para incorporarlas al desarrollo.
Explica que para somete a los bosques naturales a la producción nacional deben contar con tres instrumentos esenciales. Primero el interesado tiene que hacer un inventario forestal para determinar si el bosque tiene recursos que permitan la producción a largo plazo con rentabilidad económica, un plan de manejo usando los criterios para la extracción sin comprometer la capacidad ecológica y la estabilidad del sistema, para lograr producción sostenible. También debe someterse a un Estudio de Impacto Ambiental, que es el instrumento técnico que debe reflejar los impactos sociales, económicos, ambientales, ecológicos que generará el proyecto una vez ejecutado.
Actualmente muchas solicitudes para someter bosques a producción han sido rechazadas.
Una vez aprobados, se dan por contrato y áreas específicas y son de obligatorio cumplimiento, pues existen sanciones, como la eliminación del contrato. Sólo se da permiso para cortar árboles maduros dejando los desarrollados y que están en mejores condiciones.
Algunos empresarios no los están cumpliendo, reconoce el funcionario. En estos momentos se analiza un contrato que podría ser rescindido si se comprueban las irregularidades.
Eduardo Esquivel Ríos, consultor agroforestal, dijo que "trazando una progresión matemática de la tasa de deforestación versus los bosques que quedan, amortiguada por la pequeña tasa de reforestación, para el año 2030 ya no existirán bosques en Panamá".
Las provincias que mayor deforestación presentan son Darién, Panamá y Colón, donde se han establecido los principales frentes de colonización y expansión agropecuaria.
Hoy se observan algunos avances porque se ha ido disminuyendo el problema, tal vez por las nuevas políticas ambientales, la posición más rígida de las leyes que castigan los delitos ecológicos, al tiempo que surgen otras formaciones de bosques que reflejan un incremento, pero que no son avances suficientes.
Raúl Gutiérrez, jefe de Servicios de Administración Forestal de la Autoridad del Ambiente (ANAM), reconoce que no se puede analizar la deforestación tomando en cuenta el surgimiento de estas nuevas formaciones boscosas por la reforestación, ya que se invisibiliza el problema fundamental que es que los bosques maduros, principales o más desarrollados se están perdiendo y en su reemplazo crecen plantaciones jóvenes que no cumplen la misma función ecológica.
Afirma que la deforestación es un flagelo que afecta a los países en vías de desarrollo. "Este problema está vinculado al modelo de desarrollo, pobreza, baja tecnología, competitividad y los bajos ahorros internos de un país que no produce capitales, pero demanda muchos recursos para su desarrollo y se endeuda cada vez más".
Muchos piensan que el problema puede resolverse fácilmente, y no es cierto, para lograrlo debe haber voluntad internacional, pues son los países ricos los que condicionan los modelos de desarrollo que hipotecan a "nuestros países, obligándolos a recurrir a sus recursos naturales para subsidiar el costo de su endeudamiento.
Gutiérrez explica que un que está provocando la deforestación es la expansión de las fronteras agropecuarias, pero, reitera, las verdaderas causas subyacen en el modelo de país subdesarrollado que tenemos.
"Si Panamá no genera ahorros internos, el crecimiento económico no le va a permitir enfrentar este problema". Se requiere de grandes capitales y millones de dólares para emprender acciones de conservación, restauración, procesos de uso y desarrollo forestal sostenible, recursos tecnológicos, conocimientos científico y recurso humano.
Para el jefe de Servicios de Administración Forestal de la ANAM, en Panamá se tilda la extracción forestal como dañina. Esto no es cierto, afirma, porque esta es una actividad económica que genera desarrollo sin deteriorar el bosque. "Es un mito que la deforestación en Darién es producto de las concesiones que allí se mantienen".
En el país ya se han identificado los ecosistemas más importantes del país y han sido incluidos dentro de las áreas protegidas, sobre las que no hay aprovechamiento forestal, pese a que ese 32% de bosque tiene que contribuir también al desarrollo nacional.
Actualmente se cuenta con dos millones de hectáreas de tierras deforestadas, para las que se ha destinado una política de reforestación y agroforestería para incorporarlas al desarrollo.
Explica que para somete a los bosques naturales a la producción nacional deben contar con tres instrumentos esenciales. Primero el interesado tiene que hacer un inventario forestal para determinar si el bosque tiene recursos que permitan la producción a largo plazo con rentabilidad económica, un plan de manejo usando los criterios para la extracción sin comprometer la capacidad ecológica y la estabilidad del sistema, para lograr producción sostenible. También debe someterse a un Estudio de Impacto Ambiental, que es el instrumento técnico que debe reflejar los impactos sociales, económicos, ambientales, ecológicos que generará el proyecto una vez ejecutado.
Actualmente muchas solicitudes para someter bosques a producción han sido rechazadas.
Una vez aprobados, se dan por contrato y áreas específicas y son de obligatorio cumplimiento, pues existen sanciones, como la eliminación del contrato. Sólo se da permiso para cortar árboles maduros dejando los desarrollados y que están en mejores condiciones.
Algunos empresarios no los están cumpliendo, reconoce el funcionario. En estos momentos se analiza un contrato que podría ser rescindido si se comprueban las irregularidades.
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