Un crimen que dejó latiente una sensación de injusticia
Publicado 2004/09/17 23:00:00
- Aleida Samaniego C.
A casi un año de la muerte del profesor Alfonso De Gracia, sus compañeros y familiares no lo olvidan. En ellos quedó latiente una sensación de injusticia, porque el menor que le quitó la vida solo recibió 6 años de cárcel. Un elemento más en la polémica que recientemente se instaló en el país, ¿deben aumentar las penas a los menores de edad?
La historia de esta tragedia data del 24 de noviembre cuando a eso de la 1:40 de la tarde. De Gracia le ordenó a uno de sus estudiantes del Instituto Profesional y Técnico de David, de 16 años, que se pusiera la corbata, luego de esto, una reacción inesperada puso fin a su vida.
El menor enfurecido empuñó un arma y le disparó en la cabeza. De Gracia no murió instantáneamente, quedó en coma, recluido en la sala de Cuidados Intensivos del Hospital Regional de David. El 29 de noviembre su cuerpo se dio por vencido y falleció, a sus 36 años.
Al respecto, el fiscal Fernando Fabián señaló en su momento que se aplicó la detención preventiva al estudiante, pero si en cinco meses no se realizaba un juicio, saldría en libertad porque así lo establece la ley.
Sin embargo, el sumario fue remitido a la Fiscalía Superior para presentárselo al Juzgado de Menores, específicamente al fiscal Abdiel Samudio.
El juez de menores, Edgar Torres, le interpuso una condena de siete años de cárcel, la pena máxima para un menor infractor. Sin embargo, se le aplicó una rebaja inmediata de 14 meses, por confesar el homicidio del profesor.
La madre del educador Alfonso De Gracia, Eredia Moreno, describió a su hijo como un hombre sacrificado y luchador, tanto por su superación como la de su familia.
"Lo eduqué con mucho empeño y él lo sabía, por eso siempre fue muy agradecido, al punto que colaboraba con la educación de sus hermanas", dijo la señora Moreno, en una entrevista concedida a El Panamá América.
De Gracia, quien estaba por obtener una maestría en Física, ayudó a una de sus hermanas a graduarse de auxiliar, mientras que la otra estudiaba en Santiago.
Eredia no entiende cómo se puede haber registrado una tragedia como ésta, la cual terminó en un homicidio.
"Cómo pudo morir así mi hijo, si él nunca tuvo problemas en ningún colegio en donde había laborado por muchos años", dijo evidentemente consternada la madre del hoy fallecido profesor del IPT de David.
Mientras De Gracia se debatía entre la vida y la muerte, su victimario confesaba ante las autoridades que lo ultimó, porque le ordenó ponerse la corbata de lo contrario "no me dejaría entrar a su clase... así que le disparé".
Sostuvo también que constantemente tenía problemas con el profesor y que incluso en una ocasión éste último lo llevó ante la dirección.
Lo cierto es que nada pudo hacerse. Sus compañeros, al reanudarse las clases el 5 de diciembre de 2003, recolectaron dinero para ayudar en los gastos del abogado contratado y continuar con el proceso penal que se le seguiría al estudiante.
En el momento el temor de los educadores del plantel IPT de David era que el joven saliera en libertad y no pagará por el delito.
Sin embargo, desde el asesinato del educador el estudiante imputado permaneció recluido en el Centro de Rehabilitación de Menores de David, en espera del proceso judicial que se realizó este año.
Después de la muerte del docente, el Ministerio de Educación decidió la expulsión definitiva del plantel del alumno, las clases fueron suspendidas, pero luego se llegó a un acuerdo con los padres de familia para atender a los estudiantes durante el periodo de exámenes, especialmente a aquellos que presentaban alguna deficiencia y una vez terminaran, se retirarían a sus casas.
La directora del plantel, Leyla De Gracia indicó que el ambiente que reinaba después del hecho era de intranquilidad, sobre todo porque los profesores estaban afectados.
No obstante, se culminó el años escolar con todas las pruebas bimestrales de manera normal y dentro del periodo que se tenía previsto.
Por otro lado, la dirección del plantel decidió suspender las actividades bailables previstas para los estudiantes graduados.
Fueron días de luto. Aquel 1 de diciembre, Día del Maestro, no lo olvidarán pues les tocó despedir a un amigo y colega. Esta vez, a diferencia de años anteriores, no hubo espacio para celebraciones.
En la despedida del profesor participaron amigos, familiares, compañeros de trabajo y la ex ministra de Educación Doris Rosa de Mata, quien acudió a la comunidad de Santa Cruz de Las Lajas, el pueblo natal de quien en vida soñaba ser un profesional no sólo de las Matemáticas, sino también de Física.
El menor infractor fue condenado a 70 meses de cárcel en un Centro de Rehabilitación ubicado en el distrito de David, provincia de Chiriquí.
En tanto, la familia y amigos del profesor Alfonso De Gracia no están conformes con la sanción impuesta, pero aseguran que sólo les queda resignarse.
Una simple llamada de atención por no estar correctamente uniformado, trajo como consecuencia este hecho que llenó de luto no sólo a la familia de De Gracia, sino a la comunidad educadora.
Se deben tomar medidas más estrictas en los planteles para evitar que se ingrese armas y objetos que no tienen que ver con la educación.
La historia de esta tragedia data del 24 de noviembre cuando a eso de la 1:40 de la tarde. De Gracia le ordenó a uno de sus estudiantes del Instituto Profesional y Técnico de David, de 16 años, que se pusiera la corbata, luego de esto, una reacción inesperada puso fin a su vida.
El menor enfurecido empuñó un arma y le disparó en la cabeza. De Gracia no murió instantáneamente, quedó en coma, recluido en la sala de Cuidados Intensivos del Hospital Regional de David. El 29 de noviembre su cuerpo se dio por vencido y falleció, a sus 36 años.
Al respecto, el fiscal Fernando Fabián señaló en su momento que se aplicó la detención preventiva al estudiante, pero si en cinco meses no se realizaba un juicio, saldría en libertad porque así lo establece la ley.
Sin embargo, el sumario fue remitido a la Fiscalía Superior para presentárselo al Juzgado de Menores, específicamente al fiscal Abdiel Samudio.
El juez de menores, Edgar Torres, le interpuso una condena de siete años de cárcel, la pena máxima para un menor infractor. Sin embargo, se le aplicó una rebaja inmediata de 14 meses, por confesar el homicidio del profesor.
La madre del educador Alfonso De Gracia, Eredia Moreno, describió a su hijo como un hombre sacrificado y luchador, tanto por su superación como la de su familia.
"Lo eduqué con mucho empeño y él lo sabía, por eso siempre fue muy agradecido, al punto que colaboraba con la educación de sus hermanas", dijo la señora Moreno, en una entrevista concedida a El Panamá América.
De Gracia, quien estaba por obtener una maestría en Física, ayudó a una de sus hermanas a graduarse de auxiliar, mientras que la otra estudiaba en Santiago.
Eredia no entiende cómo se puede haber registrado una tragedia como ésta, la cual terminó en un homicidio.
"Cómo pudo morir así mi hijo, si él nunca tuvo problemas en ningún colegio en donde había laborado por muchos años", dijo evidentemente consternada la madre del hoy fallecido profesor del IPT de David.
Mientras De Gracia se debatía entre la vida y la muerte, su victimario confesaba ante las autoridades que lo ultimó, porque le ordenó ponerse la corbata de lo contrario "no me dejaría entrar a su clase... así que le disparé".
Sostuvo también que constantemente tenía problemas con el profesor y que incluso en una ocasión éste último lo llevó ante la dirección.
Lo cierto es que nada pudo hacerse. Sus compañeros, al reanudarse las clases el 5 de diciembre de 2003, recolectaron dinero para ayudar en los gastos del abogado contratado y continuar con el proceso penal que se le seguiría al estudiante.
En el momento el temor de los educadores del plantel IPT de David era que el joven saliera en libertad y no pagará por el delito.
Sin embargo, desde el asesinato del educador el estudiante imputado permaneció recluido en el Centro de Rehabilitación de Menores de David, en espera del proceso judicial que se realizó este año.
Después de la muerte del docente, el Ministerio de Educación decidió la expulsión definitiva del plantel del alumno, las clases fueron suspendidas, pero luego se llegó a un acuerdo con los padres de familia para atender a los estudiantes durante el periodo de exámenes, especialmente a aquellos que presentaban alguna deficiencia y una vez terminaran, se retirarían a sus casas.
La directora del plantel, Leyla De Gracia indicó que el ambiente que reinaba después del hecho era de intranquilidad, sobre todo porque los profesores estaban afectados.
No obstante, se culminó el años escolar con todas las pruebas bimestrales de manera normal y dentro del periodo que se tenía previsto.
Por otro lado, la dirección del plantel decidió suspender las actividades bailables previstas para los estudiantes graduados.
Fueron días de luto. Aquel 1 de diciembre, Día del Maestro, no lo olvidarán pues les tocó despedir a un amigo y colega. Esta vez, a diferencia de años anteriores, no hubo espacio para celebraciones.
En la despedida del profesor participaron amigos, familiares, compañeros de trabajo y la ex ministra de Educación Doris Rosa de Mata, quien acudió a la comunidad de Santa Cruz de Las Lajas, el pueblo natal de quien en vida soñaba ser un profesional no sólo de las Matemáticas, sino también de Física.
El menor infractor fue condenado a 70 meses de cárcel en un Centro de Rehabilitación ubicado en el distrito de David, provincia de Chiriquí.
En tanto, la familia y amigos del profesor Alfonso De Gracia no están conformes con la sanción impuesta, pero aseguran que sólo les queda resignarse.
Una simple llamada de atención por no estar correctamente uniformado, trajo como consecuencia este hecho que llenó de luto no sólo a la familia de De Gracia, sino a la comunidad educadora.
Se deben tomar medidas más estrictas en los planteles para evitar que se ingrese armas y objetos que no tienen que ver con la educación.
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