Un pueblo fantasma llamado Prados del Este
Publicado 2005/09/14 23:00:00
- Aleida Samaniego C.
La barriada se ha convertido en supermercado y ferretería de los malhechores.
La crecida del río Cabra hace un año llenó de luto a varias familias panameñas y desnudó la irresponsabilidad al momento de desarrollar un proyecto habitacional.
Un ejemplo conocido es Prados del Este, en el corregimiento de Pacora, en donde 495 familias resultaron afectadas por las inundaciones.
El 17 de septiembre será recordado por cada uno de los habitantes de este residencial, ya que el agua llegó hasta el techo de algunas viviendas.
A un año de la tragedia las familias afectadas han sido reubicadas en otros proyectos del área y el ambiente que se respira en lo que prometía ser un residencial tranquilo, es abandono.
En un recorrido realizado por Panamá América encontramos sólo paredes rayadas señalando el fraude que fue haber comprado casas en este proyecto habitacional.
Sin embargo, Prados del Este no solo ha sido víctima de los manejos irregulares, de las inclemencias del tiempo, sino también de los delincuentes que han quitado las puertas, lavamanos, inodoros, sistema eléctrico y verjas, para venderlos.
Los robos han llevado a las autoridades colocar una garita de seguridad con policías en la entrada, ya que hasta los techos se los han llevado.
Incluso en el centro de acopio en donde las autoridades del Ministerio de Vivienda (MIVI ) guardan lo que se ha podido recuperar los ladrones han tratado de abrir agujeros en la pared y en el techo, pero no han logrado su cometido que es robar los objetos que allí se guardan.
El vandalismo en el área es notorio, ya que hay casas sin puertas, sin ventanas, inodoros tirados en las calles, incluso han roto tinas para lavar.
Todavía las casas tienen huellas de la inundación que demuestran que el agua llegó a un metro y medio de altura, así como letras en sus fachada que indican deshabitadas (DH), por descuento directo (DD), residencia con hipoteca en Caja de Ahorros ( CA) y el Banco Nacional de Panamá (BNP) y con otras entidades bancarias. Cada casa evidencia que allí vivió una familia con ilusiones y deseos de una vida mejor, ya que en algunas hay pedazos de televisores, muebles, cortinas, así como madera tallada que dicen "Dios Bendiga este Hogar" o "Bienvenidos Familia Sánchez". Sin embargo, estas viviendas se convirtieron en un lago, que ha llevado al residencial a ser un pueblo fantasma.
Un ejemplo conocido es Prados del Este, en el corregimiento de Pacora, en donde 495 familias resultaron afectadas por las inundaciones.
El 17 de septiembre será recordado por cada uno de los habitantes de este residencial, ya que el agua llegó hasta el techo de algunas viviendas.
A un año de la tragedia las familias afectadas han sido reubicadas en otros proyectos del área y el ambiente que se respira en lo que prometía ser un residencial tranquilo, es abandono.
En un recorrido realizado por Panamá América encontramos sólo paredes rayadas señalando el fraude que fue haber comprado casas en este proyecto habitacional.
Sin embargo, Prados del Este no solo ha sido víctima de los manejos irregulares, de las inclemencias del tiempo, sino también de los delincuentes que han quitado las puertas, lavamanos, inodoros, sistema eléctrico y verjas, para venderlos.
Los robos han llevado a las autoridades colocar una garita de seguridad con policías en la entrada, ya que hasta los techos se los han llevado.
Incluso en el centro de acopio en donde las autoridades del Ministerio de Vivienda (MIVI ) guardan lo que se ha podido recuperar los ladrones han tratado de abrir agujeros en la pared y en el techo, pero no han logrado su cometido que es robar los objetos que allí se guardan.
El vandalismo en el área es notorio, ya que hay casas sin puertas, sin ventanas, inodoros tirados en las calles, incluso han roto tinas para lavar.
Todavía las casas tienen huellas de la inundación que demuestran que el agua llegó a un metro y medio de altura, así como letras en sus fachada que indican deshabitadas (DH), por descuento directo (DD), residencia con hipoteca en Caja de Ahorros ( CA) y el Banco Nacional de Panamá (BNP) y con otras entidades bancarias. Cada casa evidencia que allí vivió una familia con ilusiones y deseos de una vida mejor, ya que en algunas hay pedazos de televisores, muebles, cortinas, así como madera tallada que dicen "Dios Bendiga este Hogar" o "Bienvenidos Familia Sánchez". Sin embargo, estas viviendas se convirtieron en un lago, que ha llevado al residencial a ser un pueblo fantasma.
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