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Una palma panameña ingresa a la industria mundial de alta costura
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La exótica palma tropical llamada "Tagua" despierta de su letargo comercial de más de medio siglo.Lo hace de la mejor forma, interesando a las más importantes casas de moda de Europa y Estados Unidos, motivadas para fabricar hermosos botones, prendedores, fichas de ajedrez y peines, utilizando el denominado "Marfil Vegetal".Esta espinosa palma, de apariencia poco estética, sólo crece en las espesas selvas húmedas de Panamá, Colombia, Ecuador y Brasil.En su interior lleva una especie de pulpa llena de pequeñas frutas que son utilizadas desde tiempos inmemoriales por los indios panameños Emberá Wounam para tallar bellas figuras de animales.La exportación de Tagua de estos países hacia Estados Unidos, Europa y Japón alcanza en la actualidad cinco millones de dólares al año.Las figuras de Tagua pueden durar inalterables hasta 50 años, preservando íntegro su color marfil.El interés europeo por la Tagua data de la llegada de los españoles a América.La Tagua alcanzó su época dorada entre 1900 y 1920, cuando era exportada en grandes cantidades a Hamburgo y Londres, en Europa y Estados Unidos para la fabricación de botones y prendedores de alta calidad.En esta época, el 20 por ciento de los botones producidos en Estados Unidos eran de Tagua.Los mayores beneficiados con esta bonanza fueron inicialmente los indios Emberá Wounam, pero después, el auge benefició a los grandes intermediarios.La Revolución del Plástico terminó con el liderazgo de la Tagua.Sin embargo, 58 años después, la naturaleza vuelve a imponerse sobre lo artificial.La tendencia mundial por preservar el medio ambiente y la prohibición de cazar elefantes y rinocerontes para extraer el marfil animal por el peligro de extinción que enfrentan, ha motivado el renacer de la Tagua.Esta corriente ha hecho que los compradores europeos y estadounidenses estén dispuestos a sancionar o premiar con su bolsillo a las industrias que atentan o preservan la naturaleza, lo que las ha puesto en el dilema de usar productos naturales o perder mercado.Los grandes diseñadores europeos imprimen en sus prendas de vestir la llamada etiqueta verde que garantiza que sus productos son naturales.En sus primeros meses, el renacer de la Tagua ha producido en Panamá exportaciones por medio millón de dólares y con tendencia ascendente, lo que representa una importante inyección a la economía de alejadas y precarias comunidades indígenas de Panamá.Pero el interés de las casas europeas no termina allí, una muy importante establecida en Italia adelanta negociaciones con el gobierno panameño para instalar una procesadora de Tagua en las selvas del Darién, en la frontera con Colombia.FINCAS DE TAGUAEl auge de la Tagua ha motivado al Gobierno panameño y al internacional Instituto Smithsonians de Investigaciones Tropicales a realizar estudios (con fondos de la Organización de Maderas Tropicales con sede en Japón) para determinar la posibilidad de que esta exótica palma pueda ser cultivada en grandes cantidades fuera de la espesa selva.Stanley Heckadon, el científico del Smithsonians encargado del proyecto, dijo que el renacer de la Tagua ha producido un interés inusual hacia esta planta, no sólo de parte de los Emberá Wounam, que tradicionalmente la han explotado, sino también de otros grupos que buscan comercializarla en grandes cantidades.El proyecto pretende aumentar el casi nulo conocimiento que tiene la sociedad científica panameña sobre la Tagua para saber su ciclo reproductivo y estudiar la posibilidad de cultivarla en fincas ubicadas en su hábitat natural, es decir, selva adentro.Heckadon sostuvo que en la actualidad los Emberá Wounam tienen que internarse hasta tres días en la montaña para encontrar palmas de Tagua, cuando antes esto les tomaba sólo unas horas.La Tagua ha dejado de ser una humilde palma regional para convertirse en un producto de extraordinario valor comercial a nivel mundial, con los consiguientes riesgos para su preservación.Ahora, la ciencia entrará a jugar un papel importante para tratar de proteger su condición de recurso natural renovable.El Gobierno busca con las fincas de Tagua tener un control de la producción y explotación de este recurso, con lo cual espera garantizar que los indios Emberá Wounam sigan siendo los principales beneficiarios de esta industria.La Tagua forma parte de la historia de este pueblo indígena, debido a que en sus museos guarda figuras de animales y dioses talladas por sus antepasados con herramientas muy rudimentarias.Es común observar figuras de Tagua en lujosas residencias de la aristocracia panameña y el interés preferencial que demuestran por ellas los turistas.Pero, de ahora en adelante, esta palma, procedente de las inhóspitas selvas del Darién se paseará por el mundo en diferentes formas sobre lujosas prendas de vestir.El proyecto de explotación sostenible de la Tagua es parte de un paquete que busca identificar en el bosque productos no maderables para su explotación.Panamá es un país compuesto por ocho millones de hectáreas y hasta el momento dos millones de ellas han sido degradadas, principalmente por taladores de madera y ganaderos.La idea es convencer a estos sectores de que es más rentable preservar el bosque y explotar en forma sostenible otros recursos como resinas, semillas, frutas, fibras, medicinas, etc..La idea es convencer a estos sectores de que es más rentable preservar el bosque y explotar en forma sostenible otros recursos como resinas, semillas, frutas, fibras, medicinas, etc..Heckadon recordó que el bosque todavía es desconocido para la ciencia y puso como ejemplo de esto el hecho de que de las 1,500 especies de árboles que hay en Panamá, sólo 50 han sido estudiadas en profundidad.El problema ambiental de Panamá se ha tornado tan grave que el gobierno importa semillas de especies en extinción procedentes de Honduras y Guatemala, a un costo de 3,000 dólares el kilo.A juicio de Heckadon, una vez los campesinos vean los frutos económicos de la explotación sostenible de la naturaleza, la mentalidad destructiva del medio ambiente cambiará.Apoyo esta afirmación en que ningún ganadero mata a su mejor padrote para ganar unos cuantos dólares.El futuro de este proyecto es halagador, si consideramos que la Tagua es un producto no maderable que ha empezado a rendir beneficios económicos importantes para un sector marginado de la sociedad panameña.Por el momento, Panamá hace su contribución a la industria mundial de alta costura a través de esta planta.