EJEMPLO**Si hay un ciudadano común y corriente, con quien este país tiene una acumulada una deuda impagable de gratitud, ese es el joven empresario Roberto Lombana. No sólo fue el primero en darse cuenta y advertir con varios años de antelación sobre

EJEMPLO**Si hay un ciudadano común y corriente, con quien este país tiene una acumulada una deuda impagable de gratitud, ese es el joven empresario Roberto Lombana. No sólo fue el primero en darse cuenta y advertir con varios años de antelación sobre la grave situación financiera del Seguro Social mientras fungía como representante del sector privado en su directiva, sino que tiene una extensa, valiosa y decisiva hoja de servicio en materia electoral.
TRAYECTORIA**Fue fundador y presidente del Cuerpo de Delegados Electorales, el grupo de voluntarios que, sin cobrar un centavo, sacrifican su tranquilidad, su tiempo y exponen su vida para procurar que cada elección transcurra con normalidad y pacíficamente. Además, fue presidente de la Junta Nacional de Escrutinio en 1994 y 1999, y presidió los resultados del referéndum sobre la reelección en 1998. Es un hombre recio, valiente y honesto hasta el tuétano.
PELIGRO**Pues ese hombre acaba de comunicar a los magistrados del Tribunal Electoral su renuncia como delegado electoral y miembro de su Junta Consultiva. Temiendo lo peor, lo entrevistamos. El resultado fue más grave de lo imaginado. Dijo lapidariamente: "Hay peligros muy grandes sobre la sociedad". Siente que los magistrados han perdido la autoridad y el control del proceso electoral, de lo que son muestras los desafueros de la presidenta. Nuestra democracia pende al borde del abismo.