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Llega un Sumo Pontífice no italiano al Vaticano
REDACCION - Publicado:
LA ELECCIÓN de Karol Wojtyla como Papa en 1978 sorprendió al mundo católico.Ningún analista había apostado que el obispo de Cracovia de 58 años alcanzaría la jerarquía de Sumo Pontífice.En ese momento, Wojtyla era respetado debido a su resistencia al régimen comunista de Polonia, pero no formaba parte de la "comunidad" del Vaticano y, fundamentalmente, no era italiano.A LAS 18:18 horas del 16 de octubre de 1978 salió de la chimenea de la Capilla Sixtina el inconfundible humo blanco anunciador que el mundo "Habemus Papam" (tenemos Papa) y el arzobispo de Cracovia, Karol Wojtyla, se convertía en el 263 sucesor de San Pedro.En ese momento, Juan Pablo II asume el gobierno pastoral de más de 900 millones de católicos de todo el mundo.Sus primeras palabras fueron "No temáis, abrid el corazón a Cristo".Este Papa era muy diferente y este solo era el comienzo.Pocos podían suponer entonces que el "Papa polaco" (el primer Pontífice no italiano de los últimos cuatro siglos) pasaría a los anales de la historia; y no sólo de la eclesiástica, por su longevo papado o por sus numerosos escritos doctrinales, sino también de la política por su protagonismo en la caída del comunismo, e incluso en la historia de las civilizaciones, debido a su profunda implicación en los problemas de las distintas sociedades que conforman el planeta.Con su escogencia se rompió con una tradición de siglos, la Iglesia Católica sorprendió a propios y extraños al elegir a un Papa polaco que temió defraudar a los romanos por no ser italiano y no hablar bien el idioma, rompiendo una tradición de 455 años de pontífices de este país.Días atrás, en el palacio pontificio de Castelgandolfo, había muerto Paulo VI y los cardenales eligieron a Albino Luciani, conocido como el "Papa de la sonrisa" por su personalidad alegre y amical.Pero su pontificado duró poco: 33 días después lo sorprendió la muerte.Los cardenales fueron convocados otra vez para un nuevo cónclave y elegir al pastor.Tras largas deliberaciones, la reunión del 13 de octubre no llegó a elección alguna y una densa humareda negra brotó de la chimenea de la Capilla Sixtina, señal de que la votación había fracasado.El cardenal de Cracovia, de 58 años, que se incorporó con retraso al cónclave, el 14 de octubre de 1978, fue elegido Papa en el octavo escrutinio con 99 votos sobre un total de 111.La opinión pública en general y los romanos en particular desconocían al joven purpurado, quien se los ganó en pocos minutos al presentarse ante ellos, desde el balcón central de la basílica de San Pedro, con aquel requerimiento de benevolencia plasmado en la frase "se mi sbaglio, mi corrigerete" ("corregidme si me equivoco").A partir de ese día se puso en marcha un pontificado mediático que ha cambiado la forma de hacer de la Iglesia, y con un Pontífice que llegó al Trono de San Pedro cuando existían los dos bloques, separados por el Muro de Berlín, y que pasará a la historia como el Papa que contribuyó decisivamente a la caída del comunismo, gracias a su conocimiento personal de ese modelo político con el que convivió más de tres décadas.